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La cercanía de Musk con el presidente electo Donald Trump podría tener una influencia significativa sobre la forma en que el gobierno federal interactúa con las empresas de Bezos.
Hace unos meses, un intercambio de tres publicaciones entre Jeff Bezos y Elon Musk en la X de Musk habría pasado por tijeretazos mezquinos entre rivales multimillonarios.
Pero los tiempos han cambiado.
“Esta noche, en Mar-a-Lago, me acabo de enterar de que Jeff Bezos estaba diciendo a todo el mundo que @realDonaldTrump perdería de seguro, así que deberían vender todas sus acciones de Tesla y SpaceX”, escribió Musk el miércoles por la noche, refiriéndose a dos de sus empresas. Añadió un emoji de una cara riéndose, con una mano tapándose la boca.
“No. 100% falso”, respondió Bezos el jueves por la mañana.
“Bueno, entonces, rectifico”, respondió Musk, con un emoji de risa y llanto.
Con el historial de animosidad del presidente electo Donald Trump hacia Bezos, las publicaciones contenían un mensaje tácito sobre el creciente poder de Musk en el gobierno entrante.
El intercambio –breve, descarado y bastante típico de la abrumadora presencia de Musk en X– podría presagiar unos próximos años llenos de baches para Bezos y las empresas que fundó, Amazon y el fabricante de cohetes Blue Origin. También fue un recordatorio de que la dinámica de poder en la larga rivalidad entre los dos hombres más ricos del mundo cambió el 5 de noviembre.
Muchos ejecutivos tecnológicos han provocado la ira de Trump en los últimos años. Quizá ninguno más que Bezos, en gran parte porque es propietario de The Washington Post, que con frecuencia ha escrito críticamente sobre Trump. (El Post no apoyó a ningún candidato presidencial este año, decisión que enfureció a muchos de sus lectores y que Bezos defendió públicamente).
Trump se quejó de que Amazon tenía un trato injusto con el Servicio Postal. También hubo una batalla legal sobre si se había entrometido en un contrato militar de computación en la nube de 10.000 millones de dólares que muchos esperaban que ganara Amazon. El contrato se adjudicó a Microsoft antes de cancelarse por completo.
Pocos barones empresariales, si es que ha habido alguno, han tenido tanta influencia sobre un gobierno presidencial entrante como la que parece tener Musk. Se enganchó a la campaña de Trump, convirtiéndose en un patrocinador financiero clave, y se ha convertido en una presencia casi constante en la finca Mar-a-Lago de Trump.
Trump nombró a Musk codirector de lo que el presidente electo ha denominado Departamento de Eficiencia Gubernamental, dándole amplia autoridad para encontrar formas de recortar el gasto federal y la burocracia. Musk podría tener una influencia significativa sobre la forma en que el gobierno federal interactúa con las empresas de Bezos.
Trump y Musk también se han convertido en compañeros de viaje. El fin de semana, estuvieron uno junto al otro en el evento del Ultimate Fighting Championship en el Madison Square Garden de Nueva York. Y el martes, Trump asistió al vuelo de prueba del cohete Starship de Musk en Texas.
Los representantes de Musk y Bezos no respondieron inmediatamente a las peticiones de comentarios.
Ambos han sido rivales durante mucho tiempo, sobre todo en sus ambiciones espaciales. Musk cree que la humanidad debe dirigirse a Marte, y a través de SpaceX, su empresa espacial privada, se ha convertido por mucho en el principal lanzador de cohetes del mundo.
Bezos fundó Blue Origin hace más de dos décadas, y se ha convertido en su principal objetivo desde que dejó de ser director ejecutivo de Amazon en 2021. Blue Origin ha lanzado varios viajes espaciales comerciales de corta duración, pero aún no ha puesto nada en órbita. En febrero, dijo que tenía previsto probar un cohete masivo, el New Glenn, a finales de año.
Musk ha calificado repetidamente a Bezos de imitador, y ambas empresas se han enfrentado judicialmente. En una entrevista de 2021 con The Financial Times, Musk se burló de la gestión de Blue Origin por parte de Bezos.
“En cierto modo, intento incitarlo a que dedique más tiempo a Blue Origin para que progresen más”, dijo. “Como dice un amigo mío, debería pasar más tiempo en Blue Origin y menos en el jacuzzi”.
Karen Weise escribe sobre tecnología y reside en Seattle. Su cobertura se centra en Amazon y Microsoft, dos de las empresas más poderosas de Estados Unidos. Más de Karen Weise