El 12 de agosto, en nombre de los caficultores colombianos y como gerente de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), Germán Bahamón Jaramillo expresó una profunda solidaridad con los productores de café en Brasil que enfrentaban las severas heladas que afectaron los cultivos.
De acuerdo con el dirigente, estos fenómenos extremos, exacerbados por el cambio climático, recordaron la creciente vulnerabilidad del cinturón productor de café alrededor del mundo ante tales fenómenos.
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Al respecto, señaló, por medio de X, que “nos preocupa seriamente el impacto que estas adversidades puedan tener no solo en la estabilidad de la oferta mundial de café, sino también en el equilibrio entre oferta y demanda”. Además, que “un desbalance significativo en el mercado podría afectar negativamente el consumo mundial, y es fundamental que la comunidad internacional se una para mitigar estos riesgos y trabajar en la sostenibilidad de la industria”.
Sobre la situación, dijo que “los cafeteros en nuestros campos asumimos el mayor riesgo y es necesario encontrar una alternativa para proteger al único eslabón indispensable de la cadena”. Asimismo, que “me resta pedir a Dios por las familias afectadas”.
Déficit de lluvias
Bahamón Jaramillo, ante la disparada del precio del grano a nivel mundial en 7%, volvió a referirse a la situación y dejó sendas preocupaciones ante lo que puede venir a nivel nacional.
“Advertí la primera semana de agosto, el problema de helada en el Brasil en medio de un dÉficit de lluvias, además, expresando mi solidaridad como cafetero por esta difícil situación. No concibo la celebración de las calamidades, soy cafetero y entiendo a mis pares”, escribió en X.
De igual forma, alertó que hoy se registra con preocupación el estrés hídrico que se enfrenta en la mayor parte de Colombia, previo a la cosecha principal que apenas empezó. Y con este, agregó, la aparición de focos de enfermedades fúngicas.
Enfatizó en que los informes meteorológicos internos invitan a tener una esperanza en la aparición de lluvias sobre las plantaciones durante septiembre.
También informó que se seguirá trabajando con el equipo del Centro Nacional de Investigaciones de Café (Cenicafé) para desarrollar variedades cada vez más preparadas para afrontar los retos que nos impone el cambio climático, y acompañar al cafetero con las prácticas de fertilización y control de plagas que aseguren la sostenibilidad del primer renglón agrícola del país.
“No hay un país cafetero con una mayor solidez que la que nos brinda el mejor centro de investigación y desarrollo del mundo cafetero como lo es Cenicafe y el maravilloso servicio de extensión de FNC. La reactivación económica seguirá teniendo al café como protagonista”, afirmó el gerente de la FNC, Germán Bahamón Jaramillo.
Cómo está la producción de café en Colombia
La producción de café en Colombia alcanzó cifras récord en los primeros seis meses del año 2024, según informes recientes de la Federación Nacional de Cafeteros. Esta situación refleja un notable crecimiento en el sector en medio de un año globalmente desafiante para la industria cafetera.
Los datos revelados indican que en el primer semestre del año la producción alcanzó los 5.82 millones de sacos de 60 kilogramos, lo que representa un incremento del 16% comparado con el mismo periodo del año anterior.
El aumento en la producción no es la única buena noticia para los caficultores colombianos. La exportación también experimentó un notable crecimiento. De acuerdo con la Federación Nacional de Cafeteros, se registró un total de 5,74 millones de sacos exportados en los primeros seis meses del 2024, lo que significa un incremento del 36% respecto al mismo mes de 2023, lo que consolida así un aumento del 15% en comparación con los datos del mismo periodo del año anterior.
Desde 2022 no se había visto que la cosecha alcanzara los 12,14 millones de sacos en un solo semestre. Esta cifra implica un aumento significativo del 23% en comparación al año anterior, destacando la recuperación continua del sector
El incremento en producción y exportación se da en un contexto donde las importaciones disminuyeron. Registraron una baja del 64%, lo que se traduce en 1,2 millones de sacos, menos de la mitad de las cifras que se manejaban en el 2022. Mientras tanto, el consumo interno en el territorio nacional se ha mantenido relativamente estable, con 2,22 millones de sacos anuales.