El problema que enfrentan Nicole Neumann y Manu Urcera a 9 meses de casarse: “Él tiene…”

Nicole Neumann atraviesa un presente magnífico de su vida y a sus 43 años logró alcanzar uno de sus sueños más esperados: ser mamá de un varón. En diciembre de 2023 se casaba oficialmente con Manu Urcera y hacía pública la noticia que Cruz estaba en camino.

A partir de ese momento todo fue para mejor; la relación con su hija Indiana Cubero mejoró drásticamente e incluso logró, luego de 7 largos años, llegar a un acuerdo legal con Fabián Cubero, aunque la polémica con Mica Viciconte por el momento no se terminó.

Pero en su vinculación con Manu no todo siempre fue color de rosa y Neumann debió ceder en varios aspectos. Y en ese sentido, salió a la luz la fuerte diferencia que atravesó la pareja por los perros de la modelo y la forma en que ella estaba acostumbrada a vivir.

“Soy estructurada con las rutinas, por ejemplo, pero en otros temas soy relajada como los perros o los gatos… leí que es mucho mejor para que los bebés no tengan alergia”, destacó Neumann, quien se informó sobre todo antes y luego de volver a ser mamá.

NICOLE NEUMANN CONTÓ LA INTERNA QUE TIENE CON SU MARIDO

Ciertas formas que ella adoptó en su vida con los perros y gatos no son las mismas que tenía Urcera, o al menos a las que estaba acostumbrado y a día de hoy le cuesta ver que un gato se suba arriba de la cama.

Con mis hijas dormían mi perrita en los pies en la cama, cuando el bebé comía, el gato saltaba a la silla de comer. Nunca fui de ‘ahora las mascotas afuera, no las quiero cerca’. En ese Manu tiene más miedo, me dice ‘cómo va a subir el perro a la cama’ y yo le digo que se relaje porque las tres mías se criaron así”, explicó Nicole en su entrevista con Stephanie Demner para Premium Lab.

Y en el cierre de su relato, sumó por qué se lo toma con tanta naturalidad: “Por ahí decís que las mascotas y los pelos, pero nada que ver. Hace bien que se críen con las mascotas. Ellas aprendieron a compartir gracias a eso, se criaron comiendo a la par con las mascotas, que les robaban la medialuna, la manzana de la mano, los juguetes. Iban al jardín y ya sabían compartir. Por eso, a esas cosas las sigo igual”.