Kroshik no quiere bajar de peso: el gato de 17 kilos queda atrapado tras intento de fuga de “centro de rehabilitación”

Durante su travesía trató de escapar y quedó atrapado en un estante para zapatos. (VK/cat_Kroshik)

Kroshik, quien ganó fama internacional tras ser rescatado y declarado como uno de los cinco probables gatos “más gordos del mundo”, inició su camino para bajar de peso, sin embargo, no estuvo libre de inconvenientes.

Según reportes del periódico estadounidense The New York Post, la mascota de 17 kilos trató de escapar de un “centro de rehabilitación” en el que hace todo tipo de ejercicios para deshacerse del peso extra y quedó atrapado en un zapatero.

Fue descubierto por personal del centro de cuidado ubicado en la ciudad de Perm, Rusia, donde le fue impuesto un estricto régimen alimenticio y de ejercicios. Kroshik quedó atrapado entre los barrotes del mueble para zapatos y con las patas colgando tras no tener éxito durante su escape.

Una lucha por su salud

Kroshik comenzó su lucha por bajar de peso y no estuvo exenta de contratiempos.

Ekaterina Bedakova, experta veterinaria en rehabilitación, declaró que el felino “causó un alboroto” durante su escape el pasado 11 de septiembre en una publicación de Telegram citada por el Post.

“Se puso muy disgustado cuando lo encontramos disfrazado de pantuflas, pero… después de una porción de comida, se tranquilizó”, añadió Bedakova.

A pesar de este pequeño incidente, su camino hacia la rehabilitación se encuentra más viva que nunca. Cuidadores a cargo de Kroshik abrieron una cuenta en la red social VK a través de la que comparten sus avances.

En una publicación con fecha del 13 de septiembre, los encargados del perfil compartieron que Kroshik es “el más especial de los pupilos del refugio Matroskin”, albergue que lo rescató del sótano de un hospital.

Informaron que ahora se recupera en el programa de rehabilitación “DogMas”, que incluye hidroterapia y kinesioterapia de tres a cuatro veces por semana.

Sus sesiones tienen un costo de entre 1.000 y 1.3000 rublos (un aproximado de 11 y 14 dólares estadounidenses de acuerdo con el tipo de cambio actual).

Desde el momento de su salvamento, el gato recibió atención médica especializada y fue puesto a dieta. (VK/Refugio Matroskin Perm)

“Gracias a su amor, Kroshik está haciendo grandes progresos y definitivamente se convertirá en un gato feliz y saludable”, se lee en la publicación.

Ese mismo día, sus cuidadores temporales compartieron los detalles del primer pesaje de Kroshik después de dos semanas de recuperación en DogMas y celebraron que bajara un kilo y 100 gramos.

Especialistas del centro de rehabilitación le atribuyen tan impresionante hito a “la eliminación del exceso de líquido”, así como al aumento de la actividad física.”En el futuro decaerá mucho más lentamente. Pero somos pacientes y hacemos todo lo posible para estar sanos y felices”, escribieron los guardianes temporales del gato.

Uno de los detalles que saltaron a la vista fue la barriga rasurada de Kroshik que, según sus rescatistas, se encuentra así ya que permite que los especialistas atiendan sus problemas dermatológicos y le proporcionen la atención necesaria con mayor felicidad.

Explicaron también que, debido al exceso de peso, Kroshik sufre lipidosis hepática -condición que podría traerle graves problemas de salud en el futuro-, por lo que no sólo lucha por perder esos kilos de más, sino también “recupera su salud”.

“Recibe todo el tratamiento y rehabilitación necesarios. Sólo gracias a tu amor, por primera vez en su vida, Kroshik sabrá lo que se siente al ser amado de verdad”, se lee en la publicación.

¿Quién es Kroshik?

Kroshik fue rescatado del sótano de un hospital, sus 17 kilogramos de peso le hacían muy difícil moverse y caminar.

El gato de 17 kilos se convirtió en noticia durante la semana del 9 de septiembre después de que el refugio Matroskin Perm diera a conocer su historia.

Kroshik fue encontrado en el sótano de un hospital y apenas se podía mover. Su sobrepeso fue propiciado por una dieta excesiva fruto del gran amor que tenían sus antiguos dueños por él.

En el pasado era alimentado con una mezcla de galletas y sopa que le impidió caminar y que se acumulara una capa de grasa debajo de su piel que le dificultó a los expertos realizar ecografías para asegurar su estado de salud.