En mayo, los salarios privados y en blanco crecieron muy por encima de la inflación. Sin embargo, en promedio sigue casi un 20% abajo del punto en el que estaban en el mismo mes del año pasado. Contra noviembre de 2017, están casi 25% abajo. La recuperación del poder adquisitivo pinta para largo.
Desde marzo, la variación mensual de los salarios medidos por el Indec le gana a la inflación mensual. Sin embargo, en la comparación interanual, tienen una variación 70 puntos inferior a la inflación.
Con la suba del salario mínimo pautada por el Gobierno por la falta de acuerdo y muchas de las paritarias trabadas, la explicación fundamental de la suba de los salarios en la comparación mensual es la baja de la inflación.
Esto radica en que la mayoría de los salarios se indexan a la variación de precios, así que las paritarias se negocian según la inflación pasada, lo que hace que tiendan a mostrar una suba que los acerque a los precios. En la etapa que vivió Argentina en los últimos meses, de una suba pronunciada de la inflación seguida de un acelerado recorte de la misma, hace que las negociaciones tomen en promedio una referencia mayor a la del mes que se negocia.
“Estuvimos viendo que la baja de la inflación hace que los salarios en términos reales puedan aumentar, pero cuando vemos la película larga, están todavía significativamente por debajo”, dijo Tomás Canosa, coordinador del equipo de Economía de Fundar.
Esta recuperación que se vio en los últimos meses es parcial. Según analizó el economista y director de CP Consultora, Federico Pastrana, contra noviembre de 2023, previo a la devaluación que aplicó el Gobierno en diciembre, los salarios están 6% por debajo. Esto sin considerar que en promedio los salarios acumulan 6 años con tendencia a la baja.
Se abre una nueva grieta
Pastrana agregó que si se toman distintos indicadores como los convenios colectivos, el sistema integrado previsional (SIPA) e Indec, en comparación con sus niveles de diciembre, todos están por abajo hasta un 21% en el caso del RIPTE, indicador cuestionado porque ha perdido representatividad.
No solo los indicadores muestran significativas diferencias en su medición, sino que dentro del universo de los trabajadores se acrecientan las diferencias tanto sobre lo perdido como sobre una posible recuperación.
Canosa explicó que la menor caída interanual hoy la reflejan los salarios registrados privados que, según datos del Indec, están un 8% por abajo de su nivel en mayo del año pasado. La situación se agrava entre los trabajadores públicos, que están un 20% por abajo, mientras que el peor escenario lo tienen los no registrados, que están 23% por abajo.
Hay esperanza para unos pocos
Respecto de una eventual recuperación de los salarios, Pastrana arriesga que es difícil que eso ocurra si no se recupera la actividad. “Lo que venimos viendo son datos dispares de lo que pasa con la actividad y ese va a ser el determinante del cierre del salario real a fin de año”.
Al respecto, los datos de actividad económica del Indec reflejan esta desigualdad. La recuperación que se vio en mayo estuvo marcada por la recuperación del agro (103%) y de la minería (7,6%). En el sentido contrario, la industria profundizó su caída (-15,9%) y la construcción desaceleró la baja aunque sigue alta (-33,7%).
“Hay un punto que tiene que ver con las distintas modalidades de trabajo que tiene Argentina. Hay un grupo privilegiado de 6 millones de trabajadores formales registrados que hoy pertenecen al grupo con mejores condiciones. Después hay un grupo sumamente amplio que tienen menos poder de negociación para conseguir aumentos que están más en línea con el aumento de precios”, agregó Canosa.
“En la medida que siga bajando la inflación todavía tenemos para un par de meses más en los que el salario le gane por poco a los precios, pero es algo que se va a agotar pronto. En el mejor de los casos iremos a un salario relativamente estabilizado en niveles similares a los de fines del año pasado en el sector privado registrado (un 20% abajo de principios de 2018) y en el sector público también se estabilizará, pero en un escalón más bajo ya que no creo que se recupere toda la caída de diciembre y enero”, sostuvo Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma.
Además, sintetizó que si el plan del Gobierno es exitoso y no devalúa, habrá estabilidad de salarios pero un ajuste en el empleo. Cabe recordar que el empleo acumula siete meses consecutivos de caídas y la perspectiva es que no mejore: según la Encuesta de Indicadores Laborales, la tasa de entrada a las empresas, esto son las contrataciones, se encuentra en mínimos, solo superada por la pandemia y el 2001.
“Si el plan del Gobierno fracasa y tienen que devaluar, va a estar más complicado”, agregó. Sobre el salario agregó que no sería raro que en los próximos meses el sector privado vea una recuperación de lo perdido desde diciembre, pero el nivel va a quedar muy lejos todavía de los años anteriores. Para el sector público, las expectativas de recuperación son mucho más bajas.