Este lunes, una inesperada noticia causó conmoción en el mundo del espectáculo: ayer, Daniel “La Tota” Santillán fue encontrado sin vida en su casa de Ituzaingó, en la provincia de Buenos Aires. Este lunes, sus familiares, amigos, allegados y fans se acercaron a la sala velatoria de la localidad bonaerense de Morón para darle un último adiós.
Los motivos del deceso del conductor, que tenía 57 años, en un principio no estuvieron claros, pero horas después de que trascendiera la noticia, se conocieron algunos detalles más de la escena: hacía varios días que su familia no podía encontrarlo y su cuerpo estaba quemado.
De acuerdo a los resultados preliminares de la autopsia, el conductor de Pasión de Sábado murió asfixiado. Además, la autopsia arrojó como resultado que Santillán tenía el 90% del cuerpo quemado y que no había signos de violencia.
Antes de que llegasen los restos del conductor, su hermano Horacio, ofreció declaraciones a la prensa en la puerta de la sala velatoria de la localidad de Morón en la que se llevaría a cabo la despedida de Santillan. Allí, entre lágrimas, indicó: “Queremos que se recuerde lo mejor de mi hermano. Más allá de preguntas que me puedan hacer y conteste o no, voy a decir cómo era mi hermano. Era el ser más bueno del mundo. Al que pudo lo ayudó. Quiero que lo recuerden con alegría y sin mala leche. Nunca fue mala leche para nada. Siempre le pagaron mal. Siempre lo dejaron solo”.
Luego, enfatizó: “Fue un accidente, nada más. La pericia general del cuerpo todavía no está. Pero yo sé que él no se quitó la vida. Para nada. Si él se hubiera sentido mal, nosotros lo hubiésemos sacado al toque”. Además, reveló que mantuvo una conversación telefónica con su hermano dos semanas atrás e indicó: “Lo escuché bien. Extrañaba a sus hijos y todas esas cosas. Pero nada más”.
Según el parte policial al que accedió LA NACIÓN, al conductor, un personaje célebre de la movida tropical, lo encontraron tirado en el piso, muerto y con quemaduras aparentemente provocadas por un posible foco ígneo. Los peritos científicos encontraron en el lugar, cerca de donde estaba el cuerpo del artista, una botella de líquido inflamable y gran cantidad de fósforos.