El calendario marca al próximo martes como una fecha clave para el Gobierno. El blanqueo hizo florecer los depósitos en dólares, pero ese día, cuando se levante la veda para quienes depositaron menos de u$s 100.000 en las cuentas especiales (CERA), una porción de los más de u$s 7000 millones que se sumaron desde el inicio del proceso de exteriorización podrían volver al cobijo del colchón, en lugar de contribuir a atender la demanda de divisas en el mercado y dinamizar una economía que intenta salir de la recesión.
Las mediciones que dio a conocer el Indec mostraron que, tal como ocurriera en julio 2023, la actividad económica registró hace dos meses un moderado crecimiento respecto de junio último, aunque desde una base más baja. Si ello marca el piso de la recesión, está por verse.
Por lo pronto, la consultora FIEL observó que la industria retrocedió 0,7% mensual en agosto pasado y la Cámara Argentina de Comercio y Servicios comprobó una caída de otro 1,8% en un consumo ya de por sí deprimido, lo que no son buenas señales. La esperanza radica en la leve baja de la inflación que las consultoras anticipan para este mes y el efecto que el cambio de etapa del blanqueo puede tener en el mercado cambiario.
Los especialistas recuerdan que octubre es un mes importante, porque en términos de flujo de divisas suele mostrarse bastante deficitario. Y que por esa, entre otras razones, el Gobierno necesita que aquella persona que blanquea, liquide esos dólares en el mercado cambiario.
Si esto no ocurre, subirá la presión sobre el dólar financiero, ya que muchos inversores encontrarán los precios actuales, con paridades de $ 1200, como una oportunidad de dolarizarse.
Podría ser el fin de la primavera cambiaria y una ampliación de la brecha que complique la tarea de llevar la inflación al ritmo de 2% del crawling peg. Esa fue una de las condiciones que planteó Javier Milei para levantar el cepo, una barrera que pone a la defensiva a potenciales inversores, más allá de que lo reciban en Wall Street para tocar la campana en la bolsa.
Por ello, no fue extraño que se decidiera extender la primera fase del blanqueo de manera de permitir, al menos durante un mes delicado para el mercado cambiario, el ingreso de todos aquellos que, en la cuenta regresiva de la fecha límite, le perdieron el temor a la incautación y se convencieron de aprovechar las ventajas impositivas.
Y, sobre todo, los que se mostraron interesados en mover grandes sumas. Son dólares que deberán mantenerse en las CERA hasta fin de 2025 o pagar un 5% de retención para extraerlos, aunque se prevé que, mayormente, terminarán volcándose a inversiones. Una pequeña parte de lo que se necesita para salir de la recesión..