Centrada en el estudiante: cómo será la nueva secundaria que empezará a probarse en 30 escuelas porteñas

Va a ser el nuevo secundario, sin repetir el año, con materias previas que se recuperan en la cursada, con proyectos de investigación y con aprendizaje por niveles. La ciudad de Buenos Aires acaba de anunciar un plan piloto, llamado Secundaria Aprende, que a partir de marzo próximo empezará a probarse en 30 escuelas, 19 públicas y 11 privadas. Según sean los resultados, el proyecto se podría ampliar al resto de los colegios porteños.

La novedad fue compartida por el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, junto a la ministra de Educación, Mercedes Miguel. Aunque todavía no se dieron a conocer los nombres de las instituciones que participarán, sí se informó que son escuelas de distintos barrios de la ciudad, tanto bachilleres como técnicas, o con orientaciones artísticas o deportivas. Las instituciones se inscribieron voluntariamente para ser parte de este plan piloto que busca comprender por qué los adolescentes egresan con tan pocas competencias para el mundo universitario y laboral. Y revertirlo. Según se indicó, en la última semana otras dos instituciones solicitaron sumarse a la experiencia y se estaba analizando su participación.

“El sistema no está funcionando, esto es una obviedad. No solo en la Argentina, en el mundo la secundaria está en crisis. Y muchos países han emprendido hace bastante este camino que hoy empezamos a recorrer nosotros. Esa crisis tiene que ver con la tecnología, con los cambios culturales. Son las primeras generaciones que saben más que los adultos en muchos temas. La horizontalidad ha generado una crisis más profunda. Esto, en la Argentina, se potencia con un sistema que ya no andaba bien. Entonces tenemos la tormenta perfecta. Queremos ponerle fin a una forma de educación que quedó en el siglo pasado”, dijo Macri.

Según resumieron las autoridades, la idea es virar el sistema de enseñanza hacia un aprendizaje por niveles y por proyectos. No se modificará el plan curricular actual, advirtieron. Y toda la reforma se puede llevar adelante sin modificar el estatuto docente, dijeron. ¿Cuál es la diferencia con el secundario actual y con la reforma, por ejemplo que impulsa el Gobierno bonaerense? Tampoco se repetirá de año. Sin embargo, se aprobará por materia, sin que eso signifique recursar las asignaturas aprobadas. Tampoco habrá que volver a cursar las desaprobadas, sino que mediante un sistema de tutorías, se recuperará el contenido durante el mismo año, explicaron. Se reorganizarán las horas docentes para que los profesores puedan permanecer más horas en una misma escuela y no tengan que ir de una institución a otra. Los llamados docentes “taxis”. Esto, porque se busca que los profesores se involucren y sean un factor de motivación en las trayectorias de sus estudiantes. Y para ello, se necesita que los conozcan.

“Melina Furman, en su libro Enseñar distinto, manifestaba muchas de las cosas que nosotros estamos tratando de lograr. Ella hablaba del aprendizaje profundo, el que es relevante. Hay mucha investigación y nosotros tenemos nuestros propios datos de esto que dicen los chicos que la escuela no motiva. Sabemos que si no hay motivación, no hay aprendizaje, se estudia para probar, para las notas, para promover, pero ahí está faltando algo, que las escuelas técnicas y las artísticas tienen mucho más apropiado, y es el sentido”, indicó Miguel.

Organización

Según se explicó, se buscará que cada equipo docente pueda organizar los aprendizajes por área y no por materia. Esto significará que se priorice el aprendizaje por proyectos, que atraviesen distintas materias. Por ejemplo, el cambio no implicará que una materia como Geografía pase a ser opcional. Sin embargo, como se busca que los alumnos vayan construyendo sus recorridos de aprendizaje en función de sus intereses, los docentes podrán determinar que de los 30 temas que se enseñan a lo largo del año, 15 son prioritarios y comunes a todos, y los demás, se pueden profundizar en función de los intereses de los estudiantes.

Además, los chicos deberán participar de proyectos de investigación que cruzarán distintas temáticas e involucrarán diferentes materias. Según el rendimiento que el adolescente tenga, tendrá calificaciones que serán numéricas e individuales. No recibirá una nota global por el trabajo, sino que cada docente de las áreas involucradas pondrá su propia nota. ¿ Con cuánto deben aprobar para pasar de nivel? Cada nivel cuenta con contenidos nodales y otros de profundización. Los alumnos deben acreditar el 100% de los primeros contenidos, se detalló.

También habrá notas de concepto y otras de progreso. Porque lo que se busca con esta prueba piloto es que el equipo de asesores del Ministerio de Educación trabaje codo a codo con los docentes para que desarrollen una planificación que no sea general e igual para todo el curso, sino que esté personalizada para los intereses de cada estudiante.

Las autoridades porteñas apuntaron, que si bien los resultados de las evaluaciones estandarizadas, como Aprender o PISA, sitúan a la ciudad de Buenos Aires en mejores condiciones que otros distritos, hay una realidad que indica que solo cuatro de cada 10 adolescentes porteños aprenden lo que tienen que aprender. Y solo uno de cada 10 termina el secundario con habilidades como para emprender su vida con cierta libertad. Además, también preocupa el ausentismo, ya que el 30% de los estudiantes dice que falta al menos una vez cada diez días.

Cambios

Hoy los alumnos no están aprendiendo o aprenden poco. Cuatro de cada diez alumnos de tercer año tiene el desempeño más bajo en lengua, y en matemática son seis de cada 10. Solo tres de cada 10 llega a quinto año en tiempo y forma. Y los problemas de bienestar socioemocional son cada vez más frecuentes. ¿Qué dicen los estudiantes? En encuestas realizadas por el Ministerio de Educación porteño, el 55% pidió seleccionar asignaturas acordes a sus intereses y el 30% solicitó espacios dedicados al trabajo de las emociones, entre otras variables.

Todos estos números explican una gran apatía respecto de lo que se enseña hoy y de cómo se enseña en la secundaria, se detalló. Por eso, las autoridades están convencidas de que el modelo actual de la secundaria fracasó. Y aseguraron que más allá de las diferencias ideológicas y políticas, existe un consenso entre los docentes de que se requieren cambios.

Sin embargo, la reforma que impulsa el Gobierno porteño genera preguntas entre los docentes. La semana pasada, una movilización convocada por Asociación de Enseñanza Media y Superior (Ademys), que nuclea un sector minoritario de los profesores porteños, en las puertas del la Jefatura de Gobierno, en Uspallata al 3100, evidenció las dudas e incertidumbres que genera este cambio. Aunque las autoridades de Educación afirmaron que no será así, los docentes que tomaban el micrófono en la movilización insistieron en hablar de precarización, de despidos y del temor a que las materias tengan una organización similar a la de la escuela primaria, agrupándose en áreas como ciencias sociales, naturales, prácticas del lenguaje y matemática. Desde el gobierno de la ciudad se desmintió que fuera así y afirmaron que están en contacto permanente con los docentes de las escuelas involucradas, para trabajar con ellos.

Modelos

Las autoridades de Educación aseguraron que, ante la inquietud de cómo transformar la secundaria para motivar a estudiantes y docentes, decidieron mirar las experiencias internacionales de países y ciudades que mejores resultados están teniendo y que obtuvieron mayores calificaciones en las pruebas PISA. Algunos de los ejemplos que se citaron fueron: ciudades como San Pablo en Brasil, o países como Colombia, Singapur, Reino Unido, Israel, Corea del Sur, Noruega y Finlandia. Estos han logrado avances significativos en sus sistemas educativos así como provincias de la Argentina que ya tienen sus innovaciones. Según se explicó, a nivel de experiencia local, las escuelas que mejores resultados y motivación producen son aquellas que tienen orientaciones específicas, como artística o deportes, o bien las técnicas. Por el contrario, los bachilleratos, por su perfil generalista, encuentran más dificultades en involucrar a los estudiantes con los contenidos.

Para ilustrar cómo será el aprendizaje por niveles de profundidad, las autoridades apuntaron al ejemplo del estudio de inglés. Allí, el docente planifica un mismo contenido pero con distintos niveles de complejidad porque sabe que en el aula tiene estudiantes con mayor o menor conocimiento de la lengua. Además, no por el nivel pedagógico sino también por el nivel de interés del tema, el docente deberá diseñar etapas de profundización diferenciada.

Otro de los grandes cambios que traerá este plan piloto, es que ya no se repetirá de año por acumular previas. Las materias son las mismas, ya que no se modifica el diseño curricular. ¿Repiten? Sí, pero los contenidos y materias que no aprobaron. No repiten las materias que ya aprobaron ni un año entero, se explicó. Para aprobar, tendrán exámenes, trabajos prácticos y deberán mostrar comprensión de lo aprendido.

No podrán egresan si tienen niveles adeudados. Ahora, si no se aprueba un nivel no se puede avanzar hasta lograrlo. Solo recibirán el título los estudiantes que hayan aprobado todas las materias.

Experiencia

La Ciudad explica que el foco de los cambios es transformar la clase en una experiencia motivadora para el alumno. Y las autoridades no dudan en mencionar un ejemplo como Merlí, el docente de la serie de Netflix. “La clase tiene que ser una experiencia atractiva e interesante”, afirmaron.

Uno de los cambios fundamentales, explicaron, es que se pasa a un aprendizaje por niveles. La secundaria se seguirá organizando por años como ahora. No cambia la duración. Los grupos de alumnos siempre pasarán de año juntos. Avanzarán por niveles en cada materia si cumplen los objetivos. “Como el aprendizaje va a ser personalizado, en una clase podrán convivir chicos que estén aprendiendo matemática de tercero, con otros que deban la materia de segundo. Todos a su ritmo”, detalla Miguel. “Todo el sistema estará mirando y acompañando a ese alumno porque también se busca terminar con la idea de que los chicos están en la escuela solo para pasar de año. Si aprenden no se van a llevar materias ni repetirlas. El valor es aprender”, agregó.

El programa se implementará el año próximo en un grupo de “escuelas pioneras” que eligieron sumarse voluntariamente, y se extenderá en forma gradual a partir de 2026 en los establecimientos de gestión privada y estatal.

En Secundaria Aprende no se cambia el diseño curricular: las materias serán las mismas, pero desaparecen las previas. Sin embargo, si no se aprueba un nivel o contenido no se podrá avanzar en ese nivel hasta aprobarlo. Un alumno no puede cursar, por ejemplo, matemática de cuarto año si no aprobó la de tercero. Esto sucede porque se deja de lado la rigidez de los años escolares tradicionales.

Cada nivel prevé contenidos nodales y contenidos de profundización divididos en bimestres o cuatrimestres. Los estudiantes que hayan logrado los aprendizajes esperados en esos períodos de tiempo continuarán profundizando contenidos y conocimientos; quienes no seguirán trabajando en el nivel con refuerzos de tutorías docentes y en otros espacios extraclase. “Y para que la experiencia sea más interesante para el alumno, el mundo ha descubierto que tienen que poder elegir parte de las cosas que más les interesan. Hay una formación que es básica, común a todos; y una participación mayor, según el interés de cada uno, en distintos talleres. Algunos son de educación física, otros de ciencias, otros de arte. Los chicos tienen distintos intereses y es necesario que estén motivados y que se involucren para aprender”, agregó Miguel.