El sol peruano es el nuevo dólar en Bolivia: la moneda nacional aumentó su valor debido a la falta de dólares

Una persona mira los carteles de una casa de cambio, en La Paz, Bolivia, Feb 19, 2024. REUTERS/Claudia Morales

La falta de liquidez de dólares que sufre Bolivia desde principios de 2023 ha impactado significativamente en el valor de otras monedas extranjeras como el sol peruano. Actualmente, el tipo de cambio oficial se encuentra en torno a 1.8 bolivianos por sol, mientras que en las casas de cambio llega a 3 bolivianos, lo que refleja la creciente demanda de soles debido a la crisis cambiaria interna.

Un informe difundido este domingo por el diario La Razón reseña que, para adquirir divisas, los bolivianos han recurrido a la compra de soles, que luego cambian por dólares en la frontera. Esta práctica es rentable, ya que el dólar se cambia a 3.77 soles por unidad. Para comprar 100 soles peruanos, que equivalen a aproximadamente $26.7, un boliviano debe desembolsar 180 bolivianos al tipo de cambio oficial, mientras que en el mercado paralelo, esa misma cantidad de dólares cuesta 320.4 bolivianos, con un tipo de cambio no oficial de 12 bolivianos por dólar.

Este diferencial de 140 bolivianos ha incrementado la demanda de soles peruanos, lo que elevó su precio en casas de cambio de La Paz. Según comerciantes de la zona, el precio del sol comenzó a subir significativamente en abril de este año en medio de la crisis de los dólares en el país. El tipo de cambio del sol alcanzó un pico de 3 bolivianos en agosto, su nivel más alto en 2023.

A falta de dólares, tanto ciudadanos como empresarios recurren al sol peruano para sus transacciones. En regiones fronterizas como Desaguadero, el sol es ampliamente aceptado y la demanda ha presionado al alza su cotización. El diario resalta que, aunque la economía peruana enfrenta desafíos, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) ha logrado mantener cierta estabilidad en el sol mediante políticas monetarias restrictivas, un panorama que incrementa la confianza en la moneda.

Fotografía de archivo de una mujer aimara caminand frente a una casa de cambio, en La Paz (Bolivia). EFE/Martín Alipaz

Los comerciantes afirman que el sol peruano es más seguro en comparación con el dólar. “Perú mantiene una moneda más estable”, dijo un informante en La Paz. Algunos sectores incluso han comenzado a ahorrar en moneda peruana o a utilizarlos en transacciones comerciales, lo cual es aprovechado por los librecambistas.

Sin embargo, el aumento del precio del sol afecta la economía boliviana, especialmente en regiones fronterizas donde se importa productos de Perú. Los mismos comerciantes ahora necesitan más bolivianos para adquirir los mismos bienes en soles, lo que incrementa los precios para los consumidores finales. La situación ha llevado al Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y del Consumidor a intentar controlar el alza de precios.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia cerró agosto con una tasa de inflación de 1.58%, con una inflación acumulada de 4.61% al octavo mes del año, comparado con una inflación del 2.12% en 2023. A pesar de estabilizarse en torno a los 10 bolivianos en el mercado paralelo, el dólar sigue siendo una preocupación, ya que alcanzó hasta 15 bolivianos a mediados de año.

Fotografía de archivo de la sede del Banco Central de Bolivia, en La Paz (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas

Aunque el Banco Central de Bolivia asegura mantener el tipo de cambio para estabilidad económica, no ha explicado la causa de la escasez dela divisa estadounidense. En contraste, el tipo de cambio del dólar en Perú se ha mantenido estable gracias a sus reservas internacionales, con un rango de 3.73 a 3.83 soles por unidad. Por ese motivo, además, los bolivianos han empezado a ahorrar en soles y realizar transacciones en el país vecino.

Según Gas Energy Latin America, la política energética estatista y nacionalista podría causar el éxodo de más de un millón de bolivianos al Perú y una masiva fuga de dólares, similar a lo ocurrido en Venezuela. Se calcula que el país vecino se quedaría sin suficiente gas natural para atender su demanda interna en 2028.