La pesadilla que vive el hijo mayor de Demichelis y que ubicó a Evangelina Anderson en la mira

Martín Demichelis y Evangelina Anderson probablemente hayan atravesado por uno de los años más turbulentos de su pareja. Con más de 20 años, la vuelta de Micho a Argentina como DT de River no fue la esperada y allí comenzaron los dramas.

En su arribo a México para transformarse en DT de Rayados de Monterrey, fue Yanina Latorre la que se animó a confirmar que ambos estaban separados, producto de una supuesta infidelidad del ex jugador de la Selección Argentina.

En medio de todo este revuelo, trascendió públicamente que Demichelis tenía un hijo extramatrimonial, de un amorío pasado antes de estar con Evangelina. Si bien toda su familia lo sabía, era la primera vez que públicamente salía a la luz.

El joven en cuestión es Facundo Bono, quien habló en los últimos días y reveló el mal momento que pasa. Aunque visibilizar su historia podría ser una gran alivio para él, finalmente optó por bajar su perfil y solo espera poder encontrar paz.

Te respondo con un audio como me lo pediste. Que quede claro que es el primer mensaje que te respondo, porque tuviste buena forma de comunicarte conmigo. Fueron más los mensajes de apoyo que de preguntas morbosas por toda la situación, a diferencia de varios periodistas y abogados”, comenzó diciendo el joven.

QUÉ OCURRE CON FACUNDO BONO, EL HIJO DE MARTÍN DEMICHELIS

En diálogo con el programa Team Ubfal, el hijo de Demichelis agradeció que lo hayan tratado bien a la hora de contactarlo. En un cambio de vida radical que tuvo, Facundo contó cuáles son sus expectativas de cara al futuro.

Pido tranquilidad, y nada más que eso. Paz, es lo que busqué durante tantos años. Simplemente, quiero que puertas para adentro siga todo lo más bien, normal y por el camino sanador que están yendo las cosas. Espero que, dentro de poco, la noticia sea otra así nos dejan en paz”, explicó Bono.

Y sobre el cierre de su relato, también agregó: “Durante la secundaria fui albañil, pintor, gasista, electricista, kioskero, heladero, mozo y canillita. En mi casa no había para los gustos, entonces había que ganárselos. Después en paralelo a mi carrera universitaria me dediqué siete años a viajar y conocer muchos lugares y gente mediante el turismo en temporada alta, después hice pasantías en estudios de arquitectura”.