Además de ser una excelente opción para condimentar las comidas, hay una hierba que se destaca por sus propiedades medicinales y nutricionales, que pueden ayudar con dolores, digestiones, infecciones, y más.
Se trata del orégano, popular en la cocina mediterránea, rico en nutrientes esenciales como el potasio, el magnesio y la vitamina A.
Además, sus aceites, ricos en carvacrol y timol, actúan como antiinflamatorios naturales y analgésicos efectivos.
Su capacidad para potenciar la circulación sanguínea en todo el organismo también es clave para el cuerpo, facilitando un mayor flujo de nutrientes hacia los tejidos afectados y promoviendo su recuperación.

¿Cuáles son los beneficios del orégano?
Integrar el orégano en la alimentación diaria aporta un alivio del dolor muscular y potencia promoción del colágeno. Esta especia medicinal ofrece una amplia gama de beneficios para la salud general:
- Refuerza el sistema inmunológico.
- Mejora la digestión: en la medicina natural austriaca, la infusión de orégano se utiliza para tratar trastornos gastrointestinales.
- Posee propiedades antimicrobianas y ayuda a combatir infecciones: el aceite de orégano, debido a su contenido de carvacrol, es un potente antimicrobiano capaz incluso de aniquilar bacterias resistentes a antibióticos.
- Puede ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre.
- Fortalece el corazón.
- Puede ayudar a acelerar el metabolismo.
- Actúa como un expectorante: este alimento puede aliviar la congestión nasal y los síntomas respiratorios. Se puede utilizar para tratar catarros y dolores de garganta por su efecto antiinflamatorio, analgésico y antiséptico.
- Puede tener efectos calmantes: ya que ayuda a aliviar dolores menstruales, dolor de oído y muelas, y otras molestias musculares.
- Podría ayudar a aliviar dolores de cabeza, malestares estomacales y estreñimiento. También se menciona su uso para aliviar los síntomas del asma y la tos.

¿Cómo consumir orégano para aprovechar sus beneficios?
Para disfrutar de las propiedades medicinales del orégano, puedes incorporarlo en tu dieta diaria de diversas formas:
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Infusión.
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Aceite esencial.
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Condimento.
Aunque el orégano es seguro para la mayoría de las personas, su consumo excesivo o el uso de aceite esencial sin diluir puede causar irritaciones o efectos adversos.