Los agricultores franceses, otra vez en pie de guerra contra el acuerdo UE-Mercosur

PARÍS.- Los agricultores franceses se movilizan este lunes en todo el país para manifestarse contra el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el bloque Mercosur. Respaldados por su gobierno, argumentan que el tratado pone en riesgo sus medios de vida al permitir la entrada masiva de productos agrícolas sudamericanos, elaborados bajo estándares ambientales menos exigentes.

Las protestas incluyen concentraciones en prefecturas y bloqueos en rotondas. Si bien los eventos fueron de menor escala, ya se registraron manifestaciones como el bloqueo de una autopista al suroeste de París, donde un grupo de tractores interrumpió el tráfico la noche del domingo. Según testigos, los manifestantes habían despejado el lugar hacia el mediodía del lunes.

Agricultores bloquean una carretera para protestar contra el acuerdo comercial UE-Mercosur, el lunes 18 de noviembre de 2024 en Velizy-Villacoublay, a las afueras de París. (AP Photo/Christophe Ena)

El acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur (que incluye a Brasil, la Argentina, Paraguay, Uruguay y Bolivia) fue anunciado en 2019, pero enfrenta oposición de agricultores y gobiernos europeos, especialmente Francia. El ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Noël Barrot, declaró que el tratado es “inaceptable en su forma actual”.

Sin embargo, Francia podría tener las manos atadas. Existe temor de que el acuerdo sea finalizado durante la cumbre del G20 en Brasil esta semana, o en las próximas, incluso sin el apoyo francés, ya que el país no posee derecho a veto. Alemania y España, en cambio, respaldan el tratado, buscando fortalecer lazos comerciales con América del Sur.

El ministro de Agricultura español, Luis Planas, defendió el pacto argumentando que la Unión Europea no debe cerrarse al comercio global. “En el contexto geopolítico actual, necesitamos ampliar nuestra red de acuerdos comerciales para mantener nuestra influencia económica y comercial”, declaró antes de una reunión ministerial en Bruselas.

Esta imagen de archivo difundida por la Presidencia brasileña muestra al presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva (d) y a la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen (i) sonriendo durante una reunión en Río de Janeiro el 17 de noviembre de 2024, antes de la Cumbre del G20.

Por un lado, el acuerdo permitiría a los países del Mercosur aumentar las exportaciones de carne vacuna, aviar y porcina, además de productos como miel y azúcar, a la Unión Europea. Sin embargo, los gremios agropecuarios europeos denuncian que estas importaciones representan una competencia desleal, ya que los productos sudamericanos no están sujetos a las mismas exigencias ambientales, sociales y sanitarias que rigen en Europa.

En Francia, las críticas al acuerdo están lideradas por sindicatos agrícolas que rechazan las importaciones libres de aranceles en estos productos al considerarlas una competencia desleal. La Coordinación Rural, un sindicato cercano a la extrema derecha, anunció bloqueos de transporte de alimentos en Auch y Agen, en el suroeste del país.

Por otro lado, los defensores del acuerdo señalan que este eliminaría aranceles para exportaciones europeas como maquinaria, químicos y automóviles, ofreciendo mayores oportunidades económicas para las empresas europeas.

El rechazo francés también tiene un componente ambiental. La ministra de Agricultura, Annie Genevard, expresó su preocupación por los riesgos de deforestación y la posible entrada de carne tratada con hormonas. “No queremos este acuerdo porque es perjudicial. Traerá productos prohibidos en Europa y afectará nuestra producción local”, afirmó en una entrevista.

Agricultores en tractores circulan por una carretera durante una protesta nacional contra el acuerdo UE-Mercosur en Aviñón, sur de Francia, el 18 de noviembre de 2024.

El presidente Emmanuel Macron también se ha mostrado crítico del pacto, exigiendo que los productores sudamericanos cumplan con los estándares europeos.

Con protestas que buscan presionar tanto al gobierno francés como a los líderes europeos, los agricultores esperan bloquear o renegociar un acuerdo que, según ellos, amenaza no solo sus trabajos, sino también la seguridad alimentaria y el medio ambiente.

Posturas de otros países europeos

La oposición al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur no es exclusiva de Francia. Organizaciones agropecuarias en Alemania, España, Italia y otros países europeos han expresado su descontento, aunque con diferencias en la postura de sus gobiernos. Mientras Francia lidera con firmeza la resistencia, otros países como Alemania y España adoptan posiciones más favorables al pacto, que resaltan posibles beneficios para sus economías.

En Alemania, la Asociación Alemana de Agricultores (DBV) ha pedido renegociar el tratado que “llevaría a sustituir la producción nacional por importaciones con estándares del siglo pasado, en detrimento de los consumidores, los agricultores, los animales, el medio ambiente y el clima”.

Los participantes del G20 se reúnen en Rio de Janeiro, Brasil.

“La agricultura de la UE no puede sobrevivir sin mecanismos que compensen las diferencias entre las normas internacionales y europeas”, advirtió el presidente del DBV, Joachim Rukwied.

Por el momento los gremios germanos no convocaron a ninguna protesta, lo cual no debería impedir confluencias de manifestantes en la frontera con Francia, al igual que en la frontera entre Francia y España.

Por su parte, en España, los gremios han señalado que el acuerdo podría ser perjudicial para sectores como la ganadería, pero el gobierno de Pedro Sánchez defiende que también abre oportunidades para el aceite de oliva, el vino y los lácteos. En Italia, Coldiretti, la principal organización agrícola, ha manifestado una “profunda preocupación” y busca colaborar con Francia para bloquear el acuerdo en su forma actual.

El rechazo al acuerdo también se extiende a Holanda donde el principal sindicato agrícola, LTO, llamó a “detener las negociaciones”, argumentando que estas representan una amenaza para la producción avícola y láctea. Sin embargo, el asesor de estrategia política de LTO, Klaas Johan Osinga, señaló que el tratado “podría en cambio ser beneficioso para el sector quesero y una oportunidad para la horticultura, pero se trata de sumas relativamente pequeñas”.

En Polonia, el ministerio de Agricultura expresó sus “serias reservas” sobre un proyecto que “quizás traiga algunos beneficios para la industria, el transporte marítimo y ciertos servicios, en detrimento de la mayoría de los segmentos de la producción agroalimentaria”.

Agencias AFP y AP