La Navidad está a la vuelta de la esquina y, en cada rincón del Perú, se empieza a sentir la magia de estas fiestas. En las ciudades y pueblos, las luces adornan las calles y las familias se preparan para reunirse. En el norte, el calor de la costa se mezcla con la emoción de los niños esperando sus regalos, mientras que en las alturas de los Andes, el espíritu navideño llena de esperanza los corazones de quienes celebran con alegría.
El espíritu navideño se siente de muchas formas en las semanas previas a la Nochebuena. Sin embargo, hay una tradición que sobresale y que realmente une a la familia: el armado del árbol de Navidad. Este momento especial reúne a todos, grandes y pequeños, en una tarea compartida de colocar adornos, luces y estrellas.
El espíritu navideño se siente de muchas formas en las semanas previas a la Nochebuena. Sin embargo, hay una tradición que sobresale por su capacidad para unir a la familia: el armado del árbol de Navidad. Este momento especial reúne a todos, grandes y pequeños, en una tarea compartida de colocar adornos, luces y estrellas.
Las familias de diferentes partes del mundo suelen armar el árbol de Navidad el 8 de diciembre, día de la festividad de la Inmaculada Concepción. Sin embargo, algunas prefieren adelantar esta fecha, con el propósito de disfrutar de la magia de la Navidad desde antes.
Mientras se cuelgan bolas de colores brillantes, estrellas doradas y cintas rojas y verdes, es probable que alguien se pregunte sobre el origen y el verdadero significado de esta tradición. Tampoco faltará quien se cuestione por qué se establece el 8 de diciembre como la fecha para montarlo.
¿Por qué el árbol navideño se arma el 8 de diciembre?
El 8 de diciembre se arma el árbol de Navidad debido a la combinación de una tradición religiosa y cultural que tiene sus raíces en la historia de la Iglesia católica y en las costumbres populares de diversos países. Esta fecha está marcada por la celebración de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, un dogma proclamado en 1854 por el papa Pío IX.
Según este dogma, la Virgen María fue concebida sin pecado original, lo que la hace un símbolo de pureza y preparación para la venida de Jesucristo al mundo.
La elección del 8 de diciembre tiene un marcado carácter simbólico. En muchos hogares, se considera que este día es el inicio oficial de la temporada navideña. A partir de ese momento, las familias decoran su hogar, colocan el árbol y otros adornos, y comienzan a vivir el espíritu navideño.
Es importante señalar que existen diversas leyendas que explican la razón del armado del árbol en esta fecha. Según una de las versiones nórdicas, los celtas celebraban el 8 de diciembre el nacimiento de Frey, el dios del sol y la fertilidad, rindiéndole homenaje con un árbol. Con la llegada del cristianismo, esta festividad se adaptó para conmemorar el nacimiento de Cristo. El árbol simboliza para los cristianos el amor de Dios, y su forma triangular representa a la Santísima Trinidad.
¿Cuál es el significado del árbol de Navidad?
El árbol de Navidad tiene diversos significados. En primer lugar, se asocia con el nacimiento de Jesucristo y con el amor eterno de Dios. Además, a partir del siglo VIII, San Bonifacio le atribuyó otro significado al elegir el pino por sus hojas perennes, que permanecen vivas tanto en invierno como en verano. Por esta razón, se le considera un “árbol de la vida”.
Este elemento decorativo también ha sido interpretado como una representación del árbol del Paraíso, del cual Adán y Eva comieron y a través del cual entró el pecado original. Por otro lado, simboliza la llegada del Mesías, el verdadero árbol de la vida, quien al morir por la humanidad borra el pecado y ofrece la reconciliación con Dios.
Origen del árbol navideño
El árbol de Navidad, tal y como lo conocemos hoy en día, tiene sus raíces en Alemania, en el siglo XVI, aunque la tradición de decorar árboles perennes para celebrar festividades invernales es mucho más antigua y proviene de diversas culturas paganas. Sin embargo, fue en ese momento cuando se consolidó como una tradición cristiana que daría forma al árbol de Navidad moderno.
Antes de que este objeto se asociara con la Navidad, diversas culturas ya utilizaban árboles o ramas perennes durante el solsticio de invierno. En la antigua Roma, por ejemplo, durante la festividad de Saturnalia, las casas se decoraban con ramas de pino como símbolo de renovación y esperanza.
La relación del árbol con el cristianismo comenzó con San Bonifacio. En un acto destinado a demostrar la supremacía del cristianismo sobre las creencias paganas, el religioso convocó a la comunidad local y, frente a ellos, derribó el roble con un hacha. Según la leyenda, en lugar de ser castigado por los dioses, como muchos temían, salió ileso, lo que llevó a muchos presentes a convertirse al cristianismo. Para reforzar su mensaje, señaló un pequeño pino que crecía cerca del lugar donde había caído el roble.
El árbol de Navidad tal como lo conocemos comenzó a surgir en Alemania, donde las familias empezaron a decorar árboles de pino en sus hogares para celebrar el nacimiento de Cristo. Las decoraciones consistían principalmente en manzanas rojas, que simbolizaban el pecado original, y velas, que representaban la luz de Cristo. Durante el siglo XVI, las primeras evidencias de la tradición del árbol navideño decorado comenzaron a aparecer en documentos históricos y en las celebraciones alemanas.
A lo largo del siglo XVIII, la tradición se fue extendiendo por otros países europeos, pero fue en el siglo XIX cuando este elemento decorativo alcanzó una popularidad más generalizada. En 1848, un grabado que mostraba a la familia real británica, la reina Victoria y su esposo, el príncipe Alberto, reunidos alrededor de un árbol de Navidad decorado, ayudó a consolidar la costumbre en el Reino Unido y en otras partes del mundo.
La introducción de las luces eléctricas en los árboles de Navidad a finales del siglo XIX marcó otro hito importante en la evolución de esta tradición. Las velas, que originalmente se usaban para iluminar el árbol, eran peligrosas, por lo que en 1882, un electricista estadounidense llamado Edward H. Johnson fue el primero en colocar luces eléctricas en un árbol.
Finalmente, en muchos hogares, este objeto lleno de simbolismos se ha convertido en el centro de la celebración navideña, alrededor del cual se colocan los regalos y las familias se reúnen para compartir momentos especiales.