Está demostrado que realizar caminatas diarias brinda grandes beneficios a la salud. Además de su impacto general, de acuerdo con la Universidad de Harvard, otros de sus aportes son: el alivio del dolor articular, la lucha contra la genética que predispone al sobrepeso y hasta la reducción del riesgo de cáncer de mama.
Existe una creencia muy popular que sostiene que para mantenerse en forma y reducir los riesgos de desarrollar enfermedades cardiovasculares debido al sedentarismo hay que caminar 10.000 pasos por día. Sin embargo, numerosos estudios han desmentido este mito.
Un estudio reciente publicado en el British Journal of Sports Medicine, reveló todas las concepciones erróneas que tenemos al respecto y determinó a partir de qué cantidad de pasos diarios podemos ver un impacto en nuestro organismo.
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Falso: no son 10.000 pasos ¿cuánto hay que caminar al día para mantenerse saludable?
La investigación liderada por el Dr. Matthew N Ahmadi de la Universidad de Sydney en Australia descubrió que el número de pasos necesario para reducir el riesgo de muerte y enfermedades del corazón es mucho menor al que se creía: tan solo 2200.
Sin embargo, el gran nuevo hallazgo de este estudio es la revelación de que caminar entre 9000 y 10.000 pasos tiene la capacidad de contrarrestar los efectos negativos de una vida sedentaria que comprenda más de 10,5 horas diarias sentado o acostado (sin contar el tiempo de sueño).
De acuerdo con los especialistas, estos resultados obtenidos sobre un análisis de la actividad de 70.000 sujetos reflejaron una reducción del 39% en el riesgo de mortalidad y un 21% en el riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria.
¿Cómo incorporar caminatas a tu día y mejorar la salud?
La mejor manera de comenzar a caminar regularmente para generar un impacto positivo en tu salud es establecer metas realistas. Siempre es mejor empezar de a poco e ir elevando la intensidad lentamente. Esto ayuda a crear un hábito sostenible sin abrumar la rutina actual.
Un truco para aprovechar el entorno cotidiano para realizar distancias más largas. Por ejemplo, estacionar el auto más lejos de tu destino, bajar una parada antes en el transporte público, o usar las escaleras en vez del ascensor.
Además, integrar las caminatas con otras actividades como escuchar podcasts o charlar con amigos, permite que se haga más llevadero y te mantenga motivado en tu proceso de ejercicio.