Miguel Arturo López Abad, un camionero de 65 años, perdió la vida en un trágico accidente ocurrido en Barrancas, Maipú en la provincia de Mendoza, ayer jueves por la tarde.
Según la información proporcionada por la Policía , el incidente se produjo cuando López Abad detuvo su vehículo cerca de la Ruta Provincial 14 y una calle pública para inspeccionar un desperfecto mecánico. Al descender del camión, los frenos se desactivaron inesperadamente, provocando que el vehículo se moviera y lo aplastara.
El accidente ocurrió poco después de las 18 horas, cuando López Abad intentaba solucionar el problema mecánico que había detectado al ingresar a un callejón. A pesar de la rápida llegada de los servicios médicos tras el aviso de los testigos al 911, las heridas sufridas por la víctima fueron fatales y se confirmó su fallecimiento en el lugar según lo informó el portal MDZ.
Las autoridades locales, incluyendo personal de la comisaría de la jurisdicción de Maipú, así como efectivos de la policía vial y científica, se desplazaron al sitio del accidente para llevar a cabo las investigaciones pertinentes.
Y en un hecho con aristas similares pero no con un desenlace trágico, ocurrió a fines del mes de agosto pasado cuando un hombre fue aplastado por un camión que fue embestido por un colectivo.
La víctima estaba tirada sobre la calzada, reparando el vehículo en el que trabajaba, cuando un chofer de la línea 325 que circulaba por Gregorio de Laferrere, lo embistió. El colectivero fue imputado por lesiones culposas.
El trágico episodio ocurrió en el partido de La Matanza, en el cruce de Ascassubi y la ruta provincial 21. Allí estaba el conductor de un camión Deutz Agrale, de 50 años, quien permanecía en el piso reparando su vehículo. Para ello, había colocado un trapo rojo sobre la parte trasera con el fin de señalizar la situación y advertir a los transeúntes.
Pocos segundos después, un colectivo que debía atravesar por la estrecha calle, rozó al camión desde el lateral derecho y provocó su desplazamiento. Como consecuencia, la víctima, que estaba debajo del vehículo, fue aplastada y sufrió heridas graves.
De inmediato, un vecino que se encontraba en esa cuadra corrió a ver lo que había sucedido y advirtió la presencia del herido debajo del camión. Otras personas también se acercaron alarmados y pidieron ayuda.
En tanto, el conductor de la línea 325, un hombre de 42 años, continuó su marcha durante pocos metros y estacionó en la esquina. Posteriormente, descendió y cruzó la calle para dirigirse hacia el lugar donde había ocurrido el siniestro. Sin embargo, nunca notó que abajo del vehículo estaba el hombre que había sido aplastado. Así, caminó unos pocos pasos, hasta que recogió una parte del colectivo que se le había desprendido producto del choque. Luego, regresó a la unidad.
La víctima fue trasladada con politraumatismos de forma urgente al Hospital Simplemente Evita, situado sobre la avenida José Esquiza y a poco menos de 7 kilómetros de la escena del hecho. Una vez en el centro de salud, el hombre del camión fue derivado a terapia intensiva en un estado de “coma inducido”.
Tras el hecho, el fiscal Fernando Garate, quien está a cargo de la investigación, dispuso pericias en ambos vehículos involucrados. En simultáneo, el chofer del colectivo se presentó y quedó a disposición de la Justicia. Fue imputado por lesiones culposas, según detallaron fuentes del caso.
Miguel, un testigo que presenció el accidente, contó que “un rato antes, este hombre que trabaja en la empresa Suburbano -dedicada al transporte de mercadería-, dejó los repuestos y como se le rompió el camión, pidió que lo vengan a auxiliar desde el taller. Puso el trapito rojo y lo dejó parado. Desarmó la rueda y puso el crique”, comenzó a narrar.
A su vez, remarcó que la calle Ascassubi es “muy estrecha” y aseguró: “No pasa un colectivo”. “Me fui adentro del negocio y a los cinco minutos sentimos el impacto, y vimos que el hombre estaba abajo. Gracias a Dios, no era la cabeza”, remarcó.
Y amplió sobre el momento del accidente: “Cuando el colectivo giró, con la cola pegó al camión y lo empujó al señor que estaba reparando el vehículo. Inmediatamente, un cliente nuestro había salido pensando que había fallecido porque estaba sangrando mucho. Entonces, con la gente corrimos el camión para atrás para sacar al señor”, detalló el comerciante.
Y reveló: “Uno de los empleados corrió al colectivero hasta la parada que está a 100 metros y le contó. Le dijo: ‘No, yo no fui. Fue otro interno’. A la media hora, volvió de la mano contraria a ver el hecho”.