Los insurgentes sirios entraron el jueves en la ciudad de Hama, en el centro del país, tras días de intensos enfrentamientos con las fuerzas del gobierno, mientras siguen adelante con su ofensiva de una semana que ha puesto bajo su control grandes partes de Siria.
El ejército sirio dijo que se retiró de Hama después de que los insurgentes atravesaran sus defensas, lo que supuso otro revés para el presidente Bashar Al Assad, días después de perder Alepo, la mayor ciudad del país. El ejército sirio dijo que se había replegado de Hama y había tomado posiciones fuera de la ciudad para proteger las vidas de los civiles.
El siguiente objetivo de los insurgentes fue la ciudad de Homs, en el centro del país, la tercera más grande del país. Homs, que se encuentra a unos 40 kilómetros al sur de Hama, fue la puerta de entrada a la capital, Damasco, la sede del poder de Assad y la región costera que es una base de apoyo para él.
La captura de Hama, la cuarta ciudad más grande de Siria, fue otro golpe para Assad días después de que los insurgentes capturaron gran parte de la ciudad norteña de Alepo, la más grande del país.
Este domingo por la mañana, las milicias yihadistas ingresaron a la capital y comunicaron que el “tirano” Bashar al Assad “ha huido” del país, y llamaron a los ciudadanos en el exterior regresar a una “Siria Libre”.
“El tirano Bashar al Asad ha huido” y “declaramos a la ciudad de Damasco libre”, expresaron en Telegram las facciones rebeldes. Agregaron que “después de 50 años de opresión bajo el mando del (partido) Baaz y 13 años de crímenes y desplazamiento forzado (…) anunciamos hoy el fin de este período oscuro y el inicio de una nueva era para Siria”.
Al-Golani es el líder del grupo insurgente más poderoso de Siria, Hayat Tahrir al-Sham (Organismo de Liberación del Levante, HTS, por sus siglas en inglés), que durante mucho tiempo sirvió como una rama de Al Qaeda en Siria y es considerado un grupo terrorista por la ONU, así como por países como Estados Unidos.
El miércoles recorrió públicamente la ciudad de Alepo y el jueves habló sobre Hama desde un lugar no revelado en lo que parece ser un vídeo filmado con un teléfono móvil.
El jueves por la mañana, los insurgentes sirios dijeron que habían entrado en Hama después de tres días de intensos enfrentamientos con las fuerzas del gobierno en sus afueras, parte de una ofensiva en curso.
El ejército sirio dijo en un comunicado más tarde que varios soldados murieron después de resistir a los insurgentes durante días. Acusó a los atacantes de recurrir a ataques suicidas para romper las defensas de la ciudad.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, un grupo de la oposición que monitorea la guerra, dijo que después de feroces batallas dentro de Hama, los hombres armados de la oposición controlaban ahora la sede del comando policial en la ciudad, así como la extensa base aérea y la prisión central desde donde fueron liberados cientos de detenidos.
“Si Hama cae, significa que ha comenzado el comienzo de la caída del régimen”, había comunicado el jefe del Observatorio, Rami Abdurrahman, a la agencia de noticias AP antes de la captura de dicha ciudad.
Hama es una de las pocas ciudades que permaneció bajo control total del gobierno durante el conflicto de Siria, que estalló en marzo de 2011 después de un levantamiento popular. La toma de Alepo fue un revés importante para Assad.
Los insurgentes afirmaron el jueves en el canal de su Departamento de Operaciones Militares en la aplicación Telegram que habían entrado en Hama y que estaban marchando hacia su centro.
“Nuestros guerreros santos están librando feroces batallas en los barrios de Hama con las fuerzas del régimen criminal”, dijo el canal citando a un comandante local identificado como el mayor Hassan Abdul-Ghani.
Hama es un importante punto de intersección en Siria que une el centro de ese país con el norte, así como con el este y el oeste. Está a unos 200 kilómetros al norte de la capital, Damasco, sede del poder de Assad. La provincia de Hama también limita con la provincia costera de Latakia, una base principal de apoyo popular para Assad.
El nombre de la ciudad es conocido por la masacre de Hama de 1982, una de las más notorias en el Medio Oriente moderno, cuando las fuerzas de seguridad bajo el mando del difunto padre de Assad, Hafez Assad, mataron a miles de personas para aplastar un levantamiento de la Hermandad Musulmana.
La ofensiva fue liderada por el grupo yihadista HTS, así como por un grupo paraguas de milicias sirias respaldadas por Turquía, llamado Ejército Nacional Sirio. Su repentina captura de la ciudad norteña de Alepo, un antiguo centro comercial, fue un premio sorprendente para los oponentes de Assad.
La toma de Alepo marcó el primer ataque de la oposición a la ciudad desde 2016, cuando una brutal campaña aérea rusa la había recuperado para Assad después de que las fuerzas rebeldes la habían tomado inicialmente. La intervención de Rusia, Irán y Hezbollah, aliado de Irán, y otros grupos militantes han permitido que Assad permaneciera en el poder.
El último estallido en la larga guerra civil de Siria se produjo en un momento en que los principales partidarios regionales e internacionales de Assad, Rusia e Irán, están preocupados por sus propias guerras.
Decenas de miles de personas fueron desplazadas por la reanudación de los combates, que comenzaron con la ofensiva sorpresa de la oposición el 27 de noviembre.