Mark David Chapman, el hombre que mató a John Lennon, permanece encarcelado casi medio siglo después del asesinato del ex Beatle. Su condena a cadena perpetua refleja la gravedad de un crimen que impactó al mundo y dejó un vacío en la música. A pesar de múltiples intentos de obtener la libertad condicional, sigue bajo custodia en el Centro Correccional de Green Haven, Nueva York.
El lunes 8 de diciembre de 1980, Chapman disparó cinco veces contra John Lennon en la entrada del edificio Dakota, donde el músico vivía con Yoko Ono. Cuatro de las balas impactaron en el artista británico, quien falleció minutos después. El asesino, de 25 años en ese entonces, permaneció en el lugar hasta ser detenido. Entre sus pertenencias estaba un ejemplar de El guardián entre el centeno, libro que consideraba influyente en sus acciones.
El ataque fue premeditado. Según Chapman, planificó el crimen durante meses, motivado por su desilusión con Lennon, a quien había odiado desde 1966, cuando declaró que “los Beatles eran más populares que Jesucristo”. Lo acusaba de ser “hipócrita”, llevar un estilo de vida indecente y despreciar la fe cristiana en canciones como Imagine y God. Además, confesó que buscaba fama al asesinar al ex Beatle y describió este acto como su “gran respuesta a todo”.
Mark David Chapman: sus confesiones y los pedidos de libertad condicional denegados
En una transcripción publicada por Associated Press, Chapman confesó a las autoridades del estado de Nueva York: “Sabía lo que estaba haciendo, sabía que era malvado, sabía que estaba mal, pero deseaba tanto la fama que estaba dispuesto a darlo todo y quitarle la vida a una persona”.
Fue condenado a un mínimo de 20 años de prisión hasta cadena perpetua tras declararse culpable de asesinato en segundo grado. Aunque técnicamente puede solicitar libertad condicional, la junta penitenciaria rechazó sus peticiones en 12 ocasiones hasta el momento. Su última audiencia estaba programada para febrero de este año. Sin embargo, no hay noticias de su resultado.
La junta describió su acto como una “consideración egoísta por la vida humana de importancia mundial”. Además, informes psiquiátricos indican que Chapman sufre esquizofrenia y psicopatía, lo que refuerza la decisión de mantenerlo encarcelado.
La relación de Mark David Chapman con la religión y el remordimiento
Chapman se aferró a su fe cristiana en prisión, para buscar perdón por sus actos. Sin embargo, su cercanía a la religión no es nueva, sino que ya la practicaba antes del crimen. De acuerdo a lo reconstruido por The New York Times en 1981, se dio un diálogo particular entre el fiscal Allen Sullivan y el acusado en el juicio.
Chapman afirmó que su decisión de declararse culpable por el asesinato de Lennon fue tanto su elección personal como una orden divina. Ante las preguntas de Sullivan, detalló que no escuchó voces audibles, pero que, tras una serie de oraciones, sintió que Dios le ordenaba asumir la responsabilidad. “Fue su directiva, su mandato”, aseguró, aunque también reconoció que el acto final de aceptar esa decisión fue resultado de su propia voluntad.
Durante su tiempo tras las rejas, el asesino reconoció sentir remordimientos. Sin embargo, su diagnóstico psiquiátrico y el impacto global de su delito complican aún más su caso. Los psiquiatras lo describen como un individuo con trastornos severos, lo que hace poco probable que reciba una oportunidad de reintegrarse a la sociedad.
Miles de seguidores aún recuerdan a Lennon como un símbolo de paz y creatividad. Pero el asesinato de Lennon no solo marcó el fin de una era, sino que también convirtió a Chapman en una de las figuras más repudiadas de la historia. “Herí a muchas personas en todas partes, y si alguien quiere odiarme, está bien, lo entiendo”, declaró Chapman en la audiencia de agosto de 2022.