Ayer, en su discurso de balance del primer año de gestión, el presidente Javier Milei dijo que, ‘desde ahora, cada argentino va a poder comprar, vender y facturar en dólares o en la moneda que considere’. Esta medida podría tener un impacto importante en los productores agropecuarios, quienes verían la posibilidad de empezar a cobrar por sus granos o comprar insumos en divisa extranjera. Sin embargo, desde el sector se advirtió que para que esta medida sea viable se necesita una modificación del mercado regulatorio que permita a los exportadores mantenerse en dólares al liquidar.
En cadena nacional, el mandatario también hizo referencia a las acciones para cerrar el Banco Central y combatir la inflación. “Hemos anunciado un esquema de competencia de monedas para que todos los argentinos puedan utilizar la moneda que quieran en sus transacciones cotidianas. Van a poder hacer las transacciones en la moneda que ustedes quieran. Créase o no, lo estamos haciendo. Esto quiere decir que desde ahora cada argentino va a poder comprar, vender y facturar en dólares o en la moneda que considere, exceptuando el pago de impuestos, que por ahora seguirá siendo en pesos”, dijo Milei.
En diálogo con LA NACION, fuentes de la exportación indicaron que esta medida podría ser positiva para los productores, quienes se beneficiarían de operar en la moneda en la que cotizan las commodities, lo que también podría generar una mayor fluidez en el mercado. “El productor se sentiría más cómodo cobrando en divisa y pagando también en divisa sus insumos”, señalaron desde el sector exportador.
No obstante, aclararon que para que esto se haga realidad, en primer lugar, se debe eliminarse la obligación de transformar los dólares cobrados del exterior en pesos, lo que actualmente obliga a los exportadores a ingresar el 80% de los dólares por el Mercado Único Libre de Cambios (MULC) y el 20% restante a través del Contado con Liquidación (CCL). “El Banco Central saca de la cuenta los dólares automáticamente y los transforma en pesos. Eso debería eliminarse para que tengas los dólares en tu cuenta y puedas pagar. Esa es la primera condición”, explicaron fuentes del sector.
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Asimismo, consideraron fundamental que el ingreso de divisas no dependa exclusivamente de las operaciones de cobranza de exportación y prefinanciación. “Hoy son 30 días; debería ser un año para que puedas operar en el mercado de granos comprando a plazo, sin necesidad de estar rindiendo esos dólares en el Banco Central”, añadieron. Sostuvieron que es necesario permitir operaciones cambiarias sin tantas restricciones, lo que incluye la provisión de pago en divisas.
El director de la consultora AZ Group, Nicolás Udaquiola, también ve la medida con buenos ojos, pero subraya que no resolvería las demandas más estructurales del negocio agropecuario. “Creo que la respuesta es positiva desde el punto de vista de que sería un volver a normalizar algo que está naturalizado en el negocio, sobre todo en países vecinos”, afirmó Udaquiola. Sin embargo, añadió que lo que realmente interesa a los productores es la reducción de impuestos, especialmente los derechos de exportación, que siguen siendo un lastre para la competitividad del sector. “Hoy el foco del productor está puesto en el negocio, más allá de cobrar en dólares. El negocio está en un equilibrio muy delicado. Todo el ajuste vivido durante este año impactó sustancialmente en la parte de costos y no en los ingresos”.
El analista de mercados Gustavo López también señaló que, si bien la medida podría facilitar la operatoria de los productores, el verdadero obstáculo está en la situación del dólar. “Actualmente el punto no pasa exactamente por si se puede o no hacer transacciones en dólares. Más bien, creo que el tema central es el valor relativo de la moneda, es el nivel del dólar”, sostuvo.
Según el analista, la falta de un movimiento significativo en el tipo de cambio, con un mercado del dólar blue estancado y el avance limitado del dólar oficial, “está frenando”, en cierta medida, las ventas de los productores. “Hoy, con los últimos datos oficiales, vemos que hay cerca de 7500 millones de dólares por ingresar, de los cuales aproximadamente 7200 millones de dolares corresponden a soja y el resto a maíz. Esto sucede porque los productores siguen sentados sobre su soja porque no les conviene y tienen márgenes relativamente negativos”, dijo.
López explicó que muchas empresas habían previsto que este año se registraría un ritmo de devaluación mucho mayor, y se esperaba que el dólar llegara a los $2000. Sin embargo, la cotización actual está por debajo del valor registrado el año pasado, lo que ha generado “quebrantos importantes en los balances” de estas empresas.
En cuanto a los insumos, López explicó que, al ser muchos de ellos importados, sería “mucho más transparente” que los productores pudieran operar en dólares para cubrir sus costos.”Por ahora, hay casos de productores que quieren pagar algunas cosas en dólares y hoy se les complica, porque tienen que realizar cambios y otros trámites. No obstante, quizás en el futuro, si estas medidas se implementan, podrían volverse más ágiles y transparentes”, concluyó.
Por su parte, la analista de mercados Lorena D’Angelo sostuvo que la medida generaría mayor estabilidad para los productores. “Les daría más homogeneidad en sus ingresos y egresos, ya que tendrían una moneda más estable, el dólar, como referencia”, señaló.
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Sin embargo, también destacó la dificultad de implementar esta medida debido a los obstáculos regulatorios. “El esquema 80-20 es un sistema de liquidación de exportaciones que establece que el 80% de los dólares se ingresan por el Mercado Único Libre de Cambios (MULC), lo que lleva a que el exportador reciba pesos, y el 20% restante a través del Contado con Liquidación (CCL). En ese caso, sí tiene el dólar billete, pero no es el 100%”, dijo.
“El productor que tenga dólares podría estar comprando insumos en dólares o cobrando los granos en dólares”, expresó. Señaló que si baja el impuesto PAIS el productor podría acceder a los insumos al mismo costo que un uruguayo o brasileño que tiene costos en dólares. “Pero eso sí, no debe haber brechas ni impuestos adicionales”, agregó.