Desde la detención de Edgardo Kueider en Paraguay hace 10 días, luego de intentar cruzar desde Brasil a ese país con más de 200 mil dólares sin declarar, la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, inició una suerte de intercambio con el Congreso de la Nación.
Casi como primera medida, solicitó que el Senado trate su desafuero para iniciar un camino que fuentes ligadas a la causa esperan que acabe con la detención de Kueider y su posterior extradición. El frustrado cruce fronterizo le dio la oportunidad a la jueza de impulsar la causa local en la que se lo investiga por el presunto cobro de sobornos de la empresa seguridad privada Seguritas, cuando el ahora exsenador estaba al frente de Enersa, la empresa estatal de la provincia de Entre Ríos.
La respuesta del Senado fue contundente: por muy amplio margen determinó arrancarle de un tirón su condición de senador, sin siquiera permitirle a Kueider emitir un descargo. Tal como consignó este medio, algunos legisladores barajaban la posibilidad de sancionarlo con una suspensión, pero la orden que dictó la jueza de allanar 13 domicilios, torció de manera definitiva la suerte de Kueider.
Ahora, en este nuevo ida y vuelta con la Cámara alta, Arroyo Salgado está a la espera de otra señal para que la causa avance: luego de la expulsión, como parte de un nuevo paquete de medidas, la jueza ordenó el allanamiento de su despacho, pero para ingresar, a merced de un artículo del Código Penal, necesita del aval de las autoridades del cuerpo.
Con Javier Milei en Italia, Victoria Villarruel pasó a ocupar la primera magistratura, y convirtió a Bartolomé Abdala, tercero en la cadena de mando, en el presidente del cuerpo. Pero con la vuelta de Milei al país y a la Jefatura de Estado, la vice volverá a tener la llave del despacho de Kueider, que hasta el viernes a la tarde se encontraba cerrado con las mismas fajas que colocó la seguridad de la Cámara.
Tal como se consignó en el oficio que la Justicia envió al Senado, el artículo 226 del Código Procesal Penal Federal señala que “para la entrada y registro del Congreso, el juez necesitará la autorización del presidente de la Cámara respectiva”.
En el escrito, la jueza subrayó que dentro del despacho que Kueider pretende proteger –presentó un amparo con ese objetivo, entre otros- “podrían hallarse elementos de prueba que permitan corroborar las hipótesis delictivas bajo examen”
Fuentes del Senado señalaron a LA NACION que no habrá trabas para cumplir con el procedimiento. Independientemente de quien ponga su rúbrica para el trámite, aseguran que para el miércoles, la fecha apuntada para ingresar al despacho del exsenador, se tendrá todo listo. “Se va a autorizar”, aseguraban cerca de Bartolomé Abdala, presidente provisorio del Senado, a quien Arroyo Salgada dirigió el pedido.
Paraguay
La entrada al despacho del exsenador es solo una de las patas de una causa que tiene su espejo en Paraguay. Allí, donde pretende permanecer, el exsenador “no está sometido al proceso”, consideraba una fuente local al tanto de la investigación. “La justicia paraguaya podría liberarlo”, agregaba.
El desafuero, que finalmente se cristalizó con la expulsión, es el primer nudo del lazo con el que la Justicia local pretender traer de vuelta a Kueider de Ciudad del Este, donde cumple el arresto domiciliario que dispuso el juez paraguayo Humberto Otazú Lo que no implica que el senador, una vez aquí, deba permanecer detenido, resaltaba una fuente que trabaja en la causa.
Aparte de la ley de extradición, el país cuenta con un tratado particular para ese fin con Paraguay, donde esperan poder llevar a cabo un proceso prolijo. “[la extradición] es una figura jurídica que no deja margen de decisión unilateral; se necesita un trabajo coordinado”, advertía un actor del Ministerio Público Fiscal paraguayo, quien aguarda alguna señal formal por parte de la Justicia local.
Llegado el caso, la jueza Arroyo Salgado, deberá elevar otro pedido, esta vez al Poder Ejecutivo, para que se tramite un exhorto vía Cancillería. Sin embargo, la Justicia paraguaya podría rechazarlo para juzgarlo primero allí. “Si se trabaja de manera coordinada puede resolverse ese conflicto y propiciar la entrega a Argentina”, insistía la misma voz.
Además de permanecer en suelo guaraní, Kueider busca volver a escudarse detrás de los fueros que hasta su destitución, le otorgaban su banca. Las dudas que emergieron desde el propio oficialismo en torno a la legitimidad de la sesión que lo expulsó –por el presunto enredo de funciones entre Milei y Villarruel- y el amparo que el entrerriano presentó en la Justicia –en el que además de lo anterior, sostiene que no lo dejaron defenderse– son las dos hebras del fino hilo que desde Paraguay lo ata a sus extintos fueros parlamentarios.