Eugenia Tobal comenzó a desarrollar una incipiente pasión por la actuación a los 15 años. Mientras proseguía sus estudios universitarios, simultáneamente se adentraba en el mundo del teatro, inquieta por explorar un ámbito que le resultaba cada vez más atractivo.
Fue en este cruce de caminos donde Eugenia enfrentó uno de sus mayores dilemas: seguir con una licenciatura que parecía tener poca relación con sus intereses artísticos, o lanzarse completamente en el competitivo universo de la actuación.
Optando por seguir sus instintos, Eugenia finalmente eligió la actuación, un camino lleno de incertidumbres pero también de recompensas esperadas. Si bien para quienes recién comienzan puede que no haya “fórmulas mágicas” para lograr un sólo papel, la misma Tobal evidenció que la creatividad a veces toma formas inesperadas y las decisiones audaces pueden abrir puertas.
Dentro del competitivo mundo del espectáculo, la carrera de cada artista es una recopilación de momentos únicos, cada uno de ellos marcado por decisiones que pueden definir el rumbo hacia el éxito o el olvido.
En una reciente entrevista con Sebastián Wainraich, la reconocida actriz Eugenia Tobal compartió una de esas decisiones que, aunque común en sus tiempos, hoy resulta reveladora: en sus inicios, prefirió ‘acomodar’ su currículum, confiando en que nadie se tomaría la molestia de verificar ciertos datos. “¿Quién lo iba a chequear?”, comentó entre risas.
La actriz confiesa que durante esa etapa incluyó trabajos que nunca realizó, como su supuesta participación en una novela de la que ni siquiera formó parte. La estrategia, según Tobal, era simple: si te faltan experiencias para mostrar en un currículum joven, el mejor camino era fantasear una que otra realidad. Claramente, la táctica le sirvió, y mucho.
“Si te piden un currículum y no hiciste nada, tenés que inventar, no lo hagan en casa”, confesó la actriz. Esto causo las risas y sorpresas en el conductor al escuchar la anécdota de su invitada en el programa.