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23-02-2025 Vol 19

El colmo de Gago: el DT de Boca, del espejo en el “equipo chino” al mensaje interno que le mandó Zenón por su expulsión

“Una paliza a la paternidad”. El martes 19 de agosto de 2009, en Pekín, la selección argentina le ganó a Brasil por 3-0 y así accedió a la final de los Juegos Olímpicos. El título de LA NACION elogiaba un trabajo colectivo general, pero sobre todo calificaba con 10 puntos a tres futbolistas: Fernando Gago, Javier Mascherano y Sergio Agüero. Aquel equipo superofensivo dirigido por Checho Batista jugaba 4-2-3-1 y por delante del doble 5 compuesto por el actual DT de Boca y el actual técnico de Inter Miami estaban: Lionel Messi, Juan Román Riquelme, Ángel Di María y el mencionado Kun Agüero.

En un extracto de la crónica de aquel partido, se dijo: “Un párrafo aparte para los dos volantes centrales: Gago y Mascherano hicieron un partido perfecto en corte, quites, sincronización y garra contra el equipo de Ronaldinho, Rafiñha, Marcelo y Cía, dirigida por Dunga. No sólo fueron importantes en la recuperación, sino también a la hora de hacer jugar al equipo. Hasta se sacaron chispas con rivales brasileños. De ellos nació la nueva Argentina, esa que fabricó la fórmula para ganarle a Brasil”. Tras el partido, el Checho había dicho: “Se ganó con una actitud terrible e inteligencia. Con estos jugadores voy a Irak y le peleo a cualquiera”. La final sería con Nigeria, pero se había entendido la metáfora. Si ese no fue el mejor partido en la carrera de Fernando Gago como volante central, al menos se asegura un lugar en el Top 3.

Gago y Mascherano vs. Brasil en 2008

Si bien Gago, en la actualidad y desde que asumió en Boca, probó diferentes esquemas tácticos (4-3-3, 4-2-3-1, 3-4-3, 4-1-3-2 y… 4-2-4), su prioridad está en jugar con cuatro delanteros. Él tiene argumentos y defiende, como lo hizo luego de la derrota con Racing, que “Palacios es volante” y que “el problema no estuvo en el mediocampo”. Hay que reconocerle (entre otras de sus virtudes como entrenador) que Gago suele hablar de fútbol, explica lo que vio o lo que pensó, pero quizás el campo de juego refleje otros matices.

Frente a Racing, Gago formó 4-2-3-1 con Belmonte y Alarcón como doble 5; por delante Merentiel, Palacios y Velasco; Cavani. El problema, como le viene sucediendo a Boca en el torneo Apertura (salvo cuando jugó con línea de 3 ante Unión y resuelto con éxito desde los roles colectivos en la primera etapa) es que le sobra un delantero y le falta un mediocampista, porque -así como están repartidas las cartas ahora- en el péndulo de los esfuerzos y recorridos, los laterales no llegan a compensar los metros para adelante y los delanteros se desgastan demasiado, retrocediendo mucho (y no siempre bien). Belmonte y Alarcón, por más esfuerzos que hagan (o se pueden poner las sociedades que se quieran, Ander Herrera-Rey Domenech, Belmonte-Miramón, etc, etc) no son los Gago y Mascherano de China.

Gago no coincide. Después de Racing, afirmó: “Teníamos tres en el medio, Palacios fue el tercero en el medio, tuvimos tres, no dos. Si no hice el cambio, creía y sentía que el partido no era cuestión de la mitad de la cancha, sino generar situaciones de juego por el lado izquierdo. No veo que falte creación en el medio, no lo veo así“.

Boca, expuesto ante Racing

Parece contradictorio que Gago, que siempre tuvo una visión amplia de juego y conexión, les dé más importancia a los delanteros que a la construcción con mayor pausa y toque de los voantes. Pero está en la búsqueda y está en su derecho a elegir a los intérpretes que mejor ve en la semana para plasmar su idea.

En donde Boca falla es en la generación de juego, desde lo simple a lo complejo. El equipo xeneize arranca por lo complejo: da la impresión que los futbolistas eligen la forma más incómoda de resolver, ya sea desde los pases, los controles, los envíos largos, los centros, las definiciones (muchas forzadas, con remates desde afuera apresurados). Entre que los adversarios se las arreglan para contrarrestarlos siempre con superioridad numérica en el mediocampo, cuando la pelota pasa por ahí Boca parece resolver con decisiones unilaterales que terminan más veces con la acción en una finalización individual que en algo ensayado en la semana. Gago es un entrenador muy trabajador, tacticista, preparado, pero algo falla entre el mensaje que da el entrenador y lo que termina haciendo el plantel luego en los partidos: no fue casualidad (ni lógico) que el sábado ya a los diez minutos esté pegándole gritos desesperados a los jugadores porque no estaban resolviendo de la manera que deberían. Y esto también sucedió en partidos anteriores.

El momento en que Yael Falcón Pérez le muestra la tarjeta roja a Zenón vs. Racing

Palacios es otro caso para el análisis: el chileno llegó como “volante” y es uno de los que más se destaca en la eficacia con los pases para adelante. Dentro de la desconexión de líneas que sufre Boca, es uno de los que más “cicatriza” con entregas fáciles y cortas o con búsquedas más largas, pero siempre por abajo. Y así logra juntar líneas, pero tiene un biotipo de delantero desde la contextura física y lo que puede resolver con remates y asistencias, no cuenta hoy con ese recorrido que se le pide a un volante. Velasco tiene más características de delantero que de enganche. Y así se podría seguir con la lista: el propio Zeballos había hablado con Diego Martínez (el técnico anterior) que no se sentía cómodo jugando por afuera más retrasado o como falso enganche, donde también lo había ubicado en el ciclo pasado. Brian Aguirre, a quién Gago ya conocía y conoce su forma de trabajar por Heinze, es otro wing que le genera dolores de cabeza demasiado rápido y así lo evidencia desde el banco de suplentes con gestos e indicaciones.

Gago mantuvo su análisis: “Estamos en una construcción de un equipo, de lograr una identidad para jugar, de tener situaciones, de ir acomodando a los jugadores que se sientan cómodos, formar un equipo que el equipo juegue, por momentos lo tuvimos y por momentos no; el rival también juega y nos llevó a defendernos. Pero esto recién empieza, necesitamos seguir trabajando y confío plenamente en estos chicos”. Zenón, uno de los mejores jugadores xeneizes en 2024, hace rato se siente incómodo ingresando en la función de falso extremo derecho (aunque luego por su perfil zurdo se corra al medio), pero la lista sigue: allí están también Merentiel, Belmonte, Cavani, Milton Giménez, Saracchi, Advíncula, Zeballos…

A Boca le cuesta mucho generar situaciones de gol, parecen no reconocerse entre los propios compañeros desde los roles y las sincronizaciones. La excepción fue el golazo para el 2-1 de Palacios a Huracán. Ante Racing fueron remates desde afuera, forzados, de Velasco y Alarcón, una individual de Cavani y otra de Barinaga; más alguna pelota parada. En las tarjetas que recibe el equipo también se notan las “incomodidades”, tener que resolver casi siempre en desventaja numérica, como la de Ayrton Costa por salir lejos para evitar un contraataque. Pero hay otras “incomodidades”: la de Cavani por protestar, Barinaga por avanzar rápido tras un saque veloz (y forzado también) de Marchesín… El error de Belmonte en el nacimiento de la jugada del 0-2 tiene mérito del rival pero ¿también pudo ser “cansancio mental” por tener que hacer un despliegue desordenado todo el partido durante demasiados metros?

Fernando Gago, pensativo mientras observa el partido de Boca ante Racing

La roja de Zenón ni que hablar: ingresó y a los 7 minutos se fue expulsado. ¿Reacción infantil? Seguro, pero también allí Gago debería revisar si, además de lo que le está costando (por lógica pura) ensamblar un equipo con muchos nuevos futbolistas, además no está retrocediendo con los mejores referentes de lo poco bueno que había hecho Boca en 2024. Un equipo está claro que no se construye de un día para el otro, pero se ven demasiadas diferencias entre lo que pretende el DT y lo que luego hacen los jugadores en el campo de juego, más los gestos que llegan desde el banco y las caras que ofrecen de los futbolistas al banco.

Hoy, por cómo evolucionó el fútbol, quizás esa “selección china” del Checho tampoco sería posible aún teniendo como volantes sólo a Gago y Mascherano. O sí, pero aquel día necesitó a dos futbolistas que hicieron historia como mediocampistas centrales además en su máxima expresión, jugando para 10 puntos ambos. Es incomprobable, pero al menos puede ponerse a debate. Hoy Boca no tiene a un Gago ni un Mascherano. ¿Puede Gago jugar con 4 delanteros? Sí, de hecho lo está haciendo. Pero esta fórmula actual no sólo le genera dolores de cabeza defensivos sino que, al mismo tiempo, no le garantiza soluciones ofensivas. Zenón, claro de manera inconsciente, le mandó un mensaje interno al DT. ¿Lo escuchará?

M.M