
En las costas de Andalucía, se desarrolla una alarmante crisis ecológica. Una montaña de 40.000 toneladas de un algas invasora, conocida como Rugulopteryx okamurae, se acumula en un vertedero provisional en el municipio de Tarifa, descomponiéndose bajo el sol sin una solución a la vista. Este fenómeno, que comenzó hace casi una década, ha transformado los ecosistemas marinos de la región, desplazando especies autóctonas y alterando la cadena trófica. Según informó National Geographic, esta alga, originaria del Pacífico noroccidental, ha colonizado extensas áreas del fondo marino, desde los 50 metros de profundidad hasta la superficie, generando un impacto sin precedentes en las aguas europeas.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica PLOS, Rugulopteryx okamurae fue detectada por primera vez en Europa en 2002, en la laguna de Thau, al suroeste de Francia. Se cree que llegó accidentalmente junto con ostras japonesas importadas para la acuicultura. En 2015, esta alga apareció en las costas de Ceuta, probablemente transportada por barcos comerciales que operan en el puerto de Tánger-Med. Desde entonces, su expansión ha sido explosiva, afectando tanto a las costas del norte de África como a las del sur de la península ibérica.
El Estrecho de Gibraltar, con su intenso tráfico marítimo y complejas corrientes hidrodinámicas, ha facilitado la propagación de esta especie. Según el estudio de PLOS, las corrientes secundarias en el estrecho podrían haber permitido el transporte de fragmentos de alga entre las costas norte y sur, incluso sin intervención humana directa. Estas corrientes, combinadas con la capacidad de esta alga para sobrevivir en condiciones extremas, han contribuido a su rápida colonización.
El éxito de la Rugulopteryx okamurae como especie invasora se debe a una combinación de factores ambientales y fisiológicos. Según explicó Félix López-Figueroa, catedrático de Ecología y director del Instituto Andaluz de Biotecnología y Desarrollo Azul, a National Geographic, esta alga puede prosperar en aguas con altas concentraciones de nitrógeno, como las que resultan de la actividad agrícola en la región. Además, el cambio climático ha incrementado las temperaturas en el Estrecho de Gibraltar, creando un entorno aún más favorable para su crecimiento.
Otro aspecto clave es su capacidad de reproducción vegetativa. Pequeños fragmentos de alga pueden desprenderse, fijarse en nuevos sustratos y colonizar rápidamente grandes áreas. Su resistencia es notable: puede sobrevivir en profundidades extremas, en completa oscuridad y adherirse a superficies artificiales como plásticos o neumáticos.
Innovación desde el deporte: camisetas sostenibles con algas
En medio de esta crisis, el club de fútbol español Real Betis ha encontrado una forma innovadora de abordar el problema. A través de su programa de sostenibilidad Forever Green, el club ha desarrollado camisetas de fútbol confeccionadas con fibras derivadas de la Rugulopteryx okamurae, plásticos reciclados del océano y pulpa de madera. Según explicó Rafael Muela, director de la Fundación Real Betis Balompié, a National Geographic, el objetivo de esta iniciativa es concienciar sobre la gravedad de la invasión y promover soluciones sostenibles.
El proceso de fabricación, detallado por Muela, ha requerido la colaboración de científicos y empresas especializadas. Las fibras textiles, conocidas como lyocell seacell, se obtienen mezclando algodón orgánico con algas marinas. Además, el poliéster utilizado en las camisetas proviene de botellas de plástico recicladas. Aunque el gramaje del tejido es ligeramente superior al de una camiseta convencional, cumple con los estándares técnicos para el deporte de élite.
La lucha contra la Rugulopteryx okamurae plantea desafíos significativos. Según el estudio de Plos, aunque el tráfico marítimo es un factor importante en su propagación, las corrientes hidrodinámicas del Estrecho de Gibraltar también juegan un papel crucial. Estas, que incluyen flujos secundarios y variaciones inducidas por las mareas, pueden transportar fragmentos de alga a grandes distancias, facilitando su colonización en nuevas áreas.
Los investigadores han señalado la necesidad de estudios más detallados para comprender mejor los mecanismos de propagación y desarrollar estrategias efectivas de control. Mientras tanto, iniciativas como la del Real Betis Balompié ofrecen un ejemplo de cómo la innovación puede contribuir a mitigar los efectos de esta crisis ecológica.