Los constantes incrementos en las tarifas de electricidad y servicios públicos generan un gran impacto en las finanzas personales, sobre todo en verano e invierno dos estaciones que se caracterizan por un clima extremo.
En este sentido, resulta primordial aplicar estrategias que permitan ahorrar dinero y disminuir el consumo. Estas tácticas, en la mayoría de los casos, no implican una reducción en el confort, como suele asociarse cuando se habla de eficiencia energética.
Buscar una mayor eficiencia en el consumo
Para pagar menos de electricidad, es necesario reducir el consumo, aunque no implica hacer grandes modificaciones. Pequeños cambios en los hábitos diarios pueden tener un gran impacto. Por ejemplo, acortar el tiempo en la ducha y optar por agua tibia en lugar de caliente reduce tanto el consumo de energía como el de agua.
Además, desconectar los aparatos electrónicos cuando no se usan evita el consumo en modo de espera. Según el Departamento de Energía de EE.UU., estos ajustes pueden reducir hasta un 10% de la factura de electricidad.
Mantenimiento del hogar: reparar fugas y mejorar el aislamiento
Las fugas en tuberías y problemas de aislamiento incrementan los costos de agua y energía. Las tuberías con fugas desperdician agua y afectan la eficiencia de los sistemas de calefacción y refrigeración. En paralelo, grietas en ventanas y puertas permiten la pérdida de calor o frío, obligando a los sistemas de climatización a trabajar más.
Un estudio de Energy Saver sugiere que arreglar fugas y mejorar el aislamiento puede reducir hasta un 20% los costos de calefacción y refrigeración. En Chicago, donde los inviernos son especialmente fríos, sellar ventanas y puertas es crucial para mantener el calor dentro del hogar.
Comprar electrodomésticos inverter o de alta eficiencia energética
Cambiar electrodomésticos viejos por nuevos de bajo consumo supone una inversión inicial, pero sus beneficios a largo plazo superan el gasto. Los electrodomésticos con la etiqueta Energy Star están diseñados para consumir menos energía, resultando en facturas más bajas.
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Además, los dispositivos con tecnología inverter, como los aires acondicionados, pueden gastar hasta un 70% menos que los convencionales.
En Chicago, el programa “ComEd Energy Efficiency” ofrece descuentos e incentivos para la compra de electrodomésticos eficientes. Según el Programa Energy Star, los hogares que optan por electrodomésticos eficientes pueden ahorrar entre $75 y $150 al año en costos de energía.
Utilizar energía renovable
La inversión inicial en tecnología como los paneles solares puede ser elevada, pero los ahorros a largo plazo en la factura de electricidad serían mayores. En Chicago, existen incentivos fiscales y programas de financiamiento que ayudan a compensar el costo inicial de la instalación de paneles solares.
El programa “Illinois Solar for All” proporciona créditos verdes y tarifas de interés reducidas para la implementación de esta tecnología si el hogar es elegible para la aplicación del beneficio. Esto puede llevar a una reducción drástica en la dependencia de la red eléctrica y en los costos asociados.
Instalar termostatos inteligentes
Los termostatos inteligentes son una solución para optimizar el uso de la calefacción y la refrigeración en el hogar. Estos dispositivos ajustan automáticamente la temperatura según los hábitos y preferencias del hogar, generando ahorros de entre 10% y 15% en las facturas de energía.
Según E&E News y según los datos recopilados por ELPC’s Howard Learner, los termostatos inteligentes pueden ahorrar a los residentes de Chicago un promedio de US$131 al año en costos de energía.
De esta forma, aplicando uno o varios de estos consejos, no solo se reduce el costo de las facturas de servicios públicos como el agua y la electricidad, sino que se contribuye a una sociedad más sustentable.