Cuáles son las lecturas y el Evangelio del domingo 18 de agosto de 2024: “Llénense del Espíritu Santo”

Dentro del cristianismo y el catolicismo, la celebración de la misa es un momento de suma importancia, donde la persona se encuentra con Jesús al comulgar, practica la introspección y escucha las lecturas y el Evangelio del día.

Cada día, los pasajes bíblicos ofrecen a los practicantes de la religión una oportunidad para su interpretación y comprensión. A continuación, se ofrecen las lecturas y el Evangelio del domingo 18 de agosto, según el sitio web oficial del Vaticano.

Archivo.- El papa Francisco, en su audiencia general semanal, en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el 18 de octubre de 2023

Lecturas del domingo 18 de agosto de 2024

Primera lectura

Lectura del Libro de los Proverbios

Prv 9, 1-6

La sabiduría se ha edificado una casa,

ha preparado un banquete,

ha mezclado el vino

y puesto la mesa.

Ha enviado a sus criados para que,

desde los puntos que dominan la ciudad, anuncien esto:

“Si alguno es sencillo, que venga acá”.

Y a los faltos de juicio les dice:

“Vengan a comer de mi pan

y a beber del vino que he preparado.

Dejen su ignorancia y vivirán;

avancen por el camino de la prudencia”.

Las lecturas del domingo 18 de agosto de 2024

Segunda lectura

Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Efesios

Ef 5, 15-20

Hermanos, tengan cuidado de portarse no como insensatos, sino como prudentes, aprovechando el momento presente, porque los tiempos son malos.

No sean irreflexivos, antes bien, traten de entender cuál es la voluntad de Dios. No se embriaguen, porque el vino lleva al libertinaje. Llénense, más bien, del Espíritu Santo; expresen sus sentimientos con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando con todo el corazón las alabanzas al Señor. Den continuamente gracias a Dios Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Evangelio del domingo 18 de agosto de 2024

Lectura del santo Evangelio según San Juan

Jn 6, 51-58

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida”.

Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: “¿Cómo puede este darnos a comer su carne?”

Jesús les dijo: “Yo les aseguro: si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.

Un grupo de nazarenos es visto durante la procesión del Domingo de Pascua en Hospitalet

Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.

Este es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre”.