
El hielo, un elemento cotidiano y asequible, ha ganado popularidad como recurso en las rutinas de cuidado facial, especialmente para combatir las ojeras y las bolsas bajo los ojos.
Según explicó la maquilladora profesional Cristina Lobato, envolver cubitos de hielo en un paño suave y aplicarlos durante 15 minutos bajo los ojos puede reducir la inflamación y descongestionar la zona.
Sin embargo, el uso de este método no está exento de precauciones, ya que los especialistas advierten sobre los posibles riesgos si no se utiliza de manera adecuada teniendo en cuenta varios factores, como el tipo de piel de cara persona.
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De acuerdo con un artículo publicado por El País, el hielo puede ofrecer ciertos beneficios para la piel, como mejorar la circulación y promover la elasticidad, lo que podría retrasar la aparición de arrugas prematuras. No obstante, la dermatóloga Leire Barrutia enfatizó que no existe evidencia científica que respalde que el hielo mejore la salud de la piel. Por el contrario, su uso directo sobre el rostro podría ocasionar quemaduras, un efecto adverso que debe ser considerado con seriedad.
La dermatóloga Jessica Garelik, de la Universidad de Nueva York, explicó al medio que el contacto directo del hielo con la piel puede tener consecuencias negativas, especialmente en personas con piel seca o sensible. Garelik advirtió que las bajas temperaturas pueden dañar la barrera cutánea, lo que podría agravar problemas preexistentes. Este riesgo subraya la importancia de considerar las características individuales de la piel antes de recurrir a este tipo de tratamientos.
Por otro lado, la dermatóloga Elizabeth Kiracofe, propietaria de Airia Dermatology en Chicago, destacó que uno de los principales desafíos para evaluar los beneficios de los tratamientos faciales con hielo es su naturaleza subjetiva. Según detalló National Geographic, medir aspectos como el “brillo” de la piel o la reducción de la hinchazón resulta complicado, ya que estas percepciones varían de una persona a otra.
El hielo y sus efectos en la piel
Para evitar daños, los expertos recomiendan no aplicar el hielo directamente sobre la piel. En su lugar, sugieren utilizar una toalla o un paño como barrera entre el hielo y el rostro. Este método no solo protege la piel de posibles quemaduras, sino que también permite aprovechar los efectos positivos del frío, como la reducción de la inflamación en áreas que tienden a acumular líquido, como las bolsas bajo los ojos.
Cristina Lobato, en su explicación sobre el uso del hielo, destacó que este puede ser un aliado eficaz para combatir las ojeras, que con el tiempo pueden transformarse en bolsas arrugadas y poco estéticas. Según la maquilladora, el frío ayuda a descongestionar estas áreas, mejorando su apariencia temporalmente. Sin embargo, es importante recordar que este tipo de prácticas no debe sustituir el asesoramiento profesional.
El País señaló que cada tipo de piel tiene características y necesidades específicas, por lo que es fundamental consultar a un dermatólogo antes de incorporar el hielo u otros métodos similares en la rutina de cuidado facial. Los especialistas pueden evaluar las condiciones particulares de cada persona y determinar si esta técnica es adecuada o si podría generar efectos adversos.
A pesar de la falta de evidencia científica concluyente, el interés por estas terapias sigue creciendo, impulsado en gran medida por las redes sociales. Sin embargo, los especialistas insisten en que es fundamental abordar estas prácticas con precaución y consultar a un dermatólogo antes de incorporarlas a la rutina de cuidado facial.
En última instancia, los especialistas recomiendan priorizar tratamientos dermatológicos con evidencia científica comprobada y evitar seguir tendencias que, aunque populares, podrían no ser seguras para todos.