El Gobierno anunció que la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia y el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) deberán intervenir para analizar la compra de Telefónica Argentina por parte de Telecom, perteneciente al Grupo Clarín.
Según advirtieron desde la Oficina del Presidente, la operación dejaría a cerca del 70% de los servicios de telecomunicaciones en manos de un solo grupo económico. En el caso de los ingresos, Telecom y Telefónica reúnen el 55% de todo el sector, según informó el docente e investigador en tecnologías de la información, Martín Becerra.
— Oficina del Presidente (@OPRArgentina) February 24, 2025
En todos los niveles del Gobierno hay consenso de que se trata de un jugador monopólico. El presidente Javier Milei reforzó que se trata de un monopolio, mientras que el secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Dario Genua, aseguró que la compra implicará la creación de un jugador monopólico “creado desde el Estado” por los “beneficios” que recibió el grupo.
Más allá de las críticas, los procesos pueden llevar más tiempo que el golpe de efecto.
Si bien en teoría la CNDC tiene 45 días para expedirse, el plazo rige desde que se terminó de recabar la información necesaria para avanzar en el análisis. En los hechos, podría demorar hasta un año.
Especialistas en defensa de la competencia señalaron que una operación como la que está en discusión demoraría mucho tiempo en cualquier lado, por los montos y las divisiones que tienen las empresas.
El ejemplo más conocido para esto último fue la aplicada a la fusión de Disney y Fox, con el argumento de que -al concentrar la mayoría de las transmisiones de eventos deportivos- condicionaba la competencia y “perjudicaba el interés económico general”.
El caso reviste sus complejidades propias que lo diferencian de la fusión entre Cablevisión y Telecom, ya que en esa oportunidad se trató de una fusión convergente entre un jugador que era fuerte en dos ramas de operaciones (televisión y telefonía) con uno mejor posicionado en otra (internet).
En este caso, se trata de dos grandes operadores en la misma materia, en un mercado con fuertes barreras de entrada.
Otra diferencia es que en ese caso se pasaba de 4 a 3 jugadores en el mismo segmento, mientras que en esta oportunidad se pasaría de 3 a 2 (para la telefonía móvil).
Para empezar, todas las operaciones que impliquen la fusión de dos empresas, la compra de una a otra o de una parte de sus operaciones y la operación supere un determinado umbral sobre el total de la facturación de las empresas afectadas en Argentina.
La intervención de la CNDC debe darse de todas maneras, más allá de la decisión del Gobierno. Conocedores en la materia aseguraron a El Cronista que la intervención es indiscutible ya que la operación (por u$s 1.250 millones) supera por mucho los umbrales establecidos.

El umbral a partir del que se debe informar la operación es si excede las 100 millones de unidades móviles. Estas son una unidad de medida cuyo valor se actualiza por inflación. En febrero, ese valor era de $1102,28.
La otra alternativa por la que se debe informar a la Comisión es si la fusión puede derivar en una participación de mercado significativa que limite la competencia de manera sustancial.
Esta realizará luego un análisis sobre las operaciones para evaluar si la empresa refuerza su influencia en el mercado y puede afectar con ello la libre competencia.
Por último, la CNDC decidirá si aprueba, rechaza o pide remediar la operación. En ese caso, lo habitual es una orden de desinversión en alguna de las divisiones de negocios de las compañías.
Estos son los factores que alimentan las dudas de que la Comisión pueda aceptar la operación sin remediaciones.