ROMA.- “El Papa ha pasado una noche tranquila y está descansando”, dijo este miércoles, sin dar mayores detalles, el vocero papal, Matteo Bruni, mientras fuentes del Vaticano hicieron saber que esta tarde, cuando su equipo médico difundirá un nuevo parte médico, se conocerá el resultado de la tomografía axial computada (TAC) en los pulmones que ayer le realizaron para valorar la situación de la neumonía bilateral. La anterior, del martes 18 de febrero, fue la que permitió diagnosticar la enfermedad.
En el día número 13 de internación en el hospital Gemelli, también dijeron que el Papa, de 88 años, seguía con su terapia, “sentado en un sillón” y que continúa alimentándose normalmente. Y que su condición clínica general seguía igual a lo que indicó el último parte: “crítica, pero estacionaria”. Es decir, aún no fuera de peligro, según aclararon. Y, en un dato más que positivo, sin que haya más presentado ninguna crisis respiratoria -de hecho respira autónomamente y cuando necesita oxígeno lo recibe- y con los parámetros hemodinámicos estables.
También detalló que el Papa retomó su trabajo, algo que quedó evidente cuando se informó ayer que recibió el lunes al cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado y número dos, y al arzobispo venezolano Edgar Peña Parra, para firmar los decretos de algunos nuevos santos y beatos y convocar a un consistorio de cardenales para causas de canonización, pero sin fecha.
En medio de un clima de gran tensión, especulaciones de todo tipo y noticias falsas, esa visita, que el Vaticano llamó formalmente “audiencia”, creó varios interrogantes. No sólo porque muchos recordaron que Benedicto XVI anunció su decisión de renunciar justamente en un consistorio, que es una reunión solemne de cardenales para hablar de determinados temas, en este caso, para causas de canonización, el 11 de febrero de 2013. Sino también porque lo normal es que estos temas los siga el Dicasterio para las Causas de los Santos y no el cardenal Parolin, ni monseñor Peña Parra. ¿Por qué fueron ellos?
Respondió a esa pregunta la persona más indicada, el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos que, en una entrevista con el Corriere della Sera, explicó que fue él quien le mandó al Papa una carpeta con los decretos para firmar, a través de la Secretaría de Estado. Como es sabido, debido a su estado delicado y con pronóstico reservado, de hecho, el Papa no recibe visitas, salvo excepciones. “Estaba de acuerdo con el Papa en que le habría hecho llegar la carpeta a través de Parolin y Peña Perra”, indicó Semeraro al destacar que ya tenía en su poder los documentos con la diminuta firma de Francisco y la fecha del lunes 24 de febrero, que definió “una señal de esperanza”.
“Cuando me avisaron que había firmado los decretos me dije a mí mismo ‘así, alguien se podrá convencer que no se está muriendo’. Claro, hay dificultades, que tienen que ver con las condiciones de salud y con la edad. Pero, un poco bromeando, también podría decir que quizás todo esto le servirá como una lección para calmarse y cuidarse más en el futuro”, reflexionó.
Francisco, en efecto, debió ser internado el viernes 14 de febrero después de arrastrar durante semanas una fea bronquitis que se trataba en forma doméstica en Santa Marta, que no detuvo su agenda de audiencias, incluso al aire libre, exponiéndose al frío. En esas semanas, cuando se lo veía con el rostro hinchado por los corticoides, él mismo públicamente admitió dificultades en la respiración, excusándose y dándole a leer sus textos a un colaborador.
Semeraro, de 77 años, es muy cercano a Francisco, a quien conoció cuando era cardenal arzobispo de Buenos Aires en septiembre de 2001, cuando él era secretario especial en la décima asamblea del sínodo de obispos y el relator general, el arzobispo de Nueva York [Edward Egan], debido al atentado a las Torres Gemelas debió volver a Estados Unidos y Bergoglio lo reemplazó. Desde entonces forjaron una amistad y cuando en 2013 Bergoglio fue electo, lo designó secretario del Consejo de Cardenales y después, en 2020, prefecto de la también llamada “fábrica de santos”.
No por nada Semeraro destacó “la fuerza de ánimo” que tiene su jefe máximo, que consideró “fundamental para poder sostener esta situación y reaccionar sin nunca deprimirse”. “No es sólo esa energía psicológica que se puede ver en muchas personas, sino es algo distinto, más profundo. Es una fuerza espiritual interior, que es a lo que se refería con la famosa frase ‘se gobierna con la cabeza, no con las piernas’. La lucidez mental, claro, pero también el hecho de que Francisco alimenta sus jornadas con largos momentos de oración. Es como cuando se llena el tanque de nafta antes de un largo viaje: se levanta cada mañana antes del alba y le dedica al menos dos horas a la oración personal”, subrayó.
Designación de obispos
Demostrando que la maquinaria vaticana no se detiene aunque el Papa siga enfermo y hospitalizado, el Vaticano en su boletín cotidiano del mediodía también este miércoles anunció otras cuatro nuevas designaciones de obispos. Difundió, además un quirógrafo papal, es decir, un decreto, titulado “Commissio de donationibus pro Sancta Sede” con el que Francisco creó una comisión permanente dedicada a recolectar donaciones y ofertas para la Sede Apostólica, “considerada la actual situación económica”. El decreto, que dice que la tarea de la comisión será “incentivar las donaciones, con específicas campañas ante los fieles, las conferencias espiscopales y otros potenciales benefactores”, fue firmado el 11 de febrero pasado, tres días antes de ser internado.
Además, publicó la catequesis que debería haber pronunciado el Papa en la tradicional audiencia de los miércoles de hoy. En este caso, Bruni aclaró que se trata de un texto que es parte del ciclo “Jesús, nuestra esperanza”, sobre la infancia de Cristo, “preparada tiempo atrás”. Quiso evitar, así, que a nadie se le ocurriera interpretar las palabras allí evocadad y pronunciadas en el templo por Simeón cuando abraza al niño, como algo relacionado con una renuncia del Pontífice. algo esperable en medio del clima de psicosis de fin de pontificado que reina en Roma, sobre todo entre las legiones de periodistas llegados desde todo el mundo para cubrir el “papal event”.
El padre Gabriel Romanelli, el párroco de Gaza con quien el Papa se comunica a diario desde hace más de 15 meses, que el lunes recibió un llamado desde el hospital después de algunos días de silencio, según hizo saber el Vaticano, en tanto, resaltó en su canal de Youtube “esa bendita llamada”. “Como lo hizo diariamente desde el inicio de esta terrible guerra, el Papa Francisco, nos ha llamado una vez más, para manifestar su cercanía, rezar por nosotros y darnos su bendición”, contó. “Como Parroquia de la Sagrada Familia de Gaza, que pertenece al Patriarcado Latino de Jerusalén, nos alegramos al escuchar su voz. Lo cual es siempre reconfortante -añadió-. Saber que a pesar de su delicado estado de salud, sigue pensando y rezando por todos, por la Paz en Gaza y agradecernos, a la vez, nuestras oraciones constantes, nos da gran alegría aún en medio de tantas pruebas”.