Las monedas de plata han sido históricamente un activo valioso tanto para inversores como para coleccionistas. Su atractivo radica en su contenido de metales preciosos, rareza y la historia detrás de cada ejemplar. Si bien muchas de estas aumentaron su valor con el tiempo y se convirtieron en piezas codiciadas en subastas y mercados especializados, hay cuatro tipos que resaltan.
Las monedas de plata, una oportunidad de inversión
A lo largo de los años, algunos ejemplares han destacado por su rareza, demanda y potencial de apreciación en el tiempo. De acuerdo con expertos en numismática y metales preciosos, existen ciertas piezas que representan una oportunidad de inversión.
La oficina del Oro de Estados Unidos identificó los cuatro tipos de monedas de plata recomendadas para aquellos que buscan invertir o iniciar una colección de numismática.
1. Dólar de plata Morgan
El dólar Morgan es una de las piezas más icónicas de EE.UU. Fue acuñada por primera vez en 1878 y su producción se mantuvo hasta 1904, con una breve reanudación en 1921. Su diseño, elaborado por George T. Morgan, presenta el rostro de la Libertad en el anverso y un águila con las alas extendidas en el reverso.
Uno de los ejemplares más codiciados es el dólar Morgan de 1889 con la marca “CC” de la Casa de la Moneda de Carson City. Debido a su baja producción, estas han alcanzado valores que superan los US$600 mil en subastas.
Se estima que se acuñaron menos de 350 piezas en esta emisión, lo que las convierte en monedas extremadamente escasas.
El valor de un dólar Morgan varía según su estado y su procedencia. En condiciones de circulación, pueden costar entre US$400 y US$22.000. Sin embargo, aquellas en perfectas condiciones podrían venderse por más de un millón de dólares.
2. Dólar de plata de la Paz
El dólar de la Paz comenzó a acuñarse en 1921 con el objetivo de conmemorar el fin de la Primera Guerra Mundial. Su diseño, creado por Anthony de Francisci, muestra a la Libertad con una corona radiante en el anverso y un águila posada en una roca en el reverso.
Debido a la retirada de plata durante la Segunda Guerra Mundial, muchos de estos dólares fueron fundidos, lo que incrementó su rareza. En particular, los ejemplares con acabado mate de 1922 son altamente valorados por coleccionistas.
En una subasta, una de estas piezas alcanzó un precio de US$144 mil debido a su escasez y características únicas.
3. Moneda de plata Barber
La moneda de plata Barber, acuñada entre 1892 y 1916, es otra opción relevante en el mercado de la numismática. Diseñado por Charles E. Barber, estas piezas circularon ampliamente en EE.UU. a finales del siglo XIX y principios del XX.
Entre los ejemplares más destacados se encuentra el Barber Quarter de 1898, cuya versión de prueba con acabado Cameo ha sido vendida en el mercado por más de US$40.000. Este tipo de monedas eran producidas con técnicas especiales para garantizar un mayor detalle en su diseño y se destinaban principalmente a coleccionistas de la época.
Hoy en día, la serie Barber es apreciada por quienes buscan piezas históricas con un alto nivel de conservación y potencial de revalorización.
4. Moneda de plata con la Libertad Sentada
La moneda de la Libertad Sentada fue acuñada entre 1840 y 1873 y representa uno de los últimos ejemplares de plata emitidos antes de la Ley de Acuñación de 1873, que eliminó el uso de este metal en muchas denominaciones.
Diseñada por Christian Gobrecht, esta pieza muestra a la Libertad sentada con un escudo y una bandera en el anverso, mientras que el reverso presenta un águila con la inscripción “In God We Trust”. Su escasez se debe a que muchas fueron fundidas debido a la alta demanda de plata en el siglo XIX.
Un ejemplar acuñado en 1871 en la Casa de la Moneda de Carson City fue subastado por US$456 mil, lo que demuestra su atractivo en el mercado numismático. Dependiendo del estado de conservación, estas pueden costar entre US$11.500 y US$150 mil, aunque algunas en condiciones excepcionales han superado los US$500 mil.
Además de su valor intrínseco por el metal, muchas de estas piezas tienen un alto potencial de revalorización debido a su historia y rareza.