Hay que ser insensible para no conmoverse frente a tanta adversidad. Pero hay que ser mucho más insensible si quien aún se sabe parte del desastre reparte culpas a otros.
A ningún espacio político le queda grande el sombrero de la responsabilidad frente a la tragedia que viven los bahienses.
Hace solo un año y tres meses Bahía Blanca vivía un hecho calcado. Hubo tres muertos menos que ahora. Sus vidas parecen no haber valido para evitar el desastre del viernes. El fenómeno natural de una tormenta que arrojó en pocas horas la misma cantidad de agua que ese suelo recibe en meses se podría haber amenguado al menos si se hubiese invertido en obras.
El Gobierno nacional deberá decidir qué hacer con la asistencia a las Provincias en situación de catástrofe. Hasta ahora la ayuda enviada no es poca: 600 efectivos de las tres fuerzas federales: Ejército, Armada, Fuerza Aérea (30 agentes, dos aviones Hércules, con materiales de reconstrucción, un puesto de comunicación y un avión Embraer); camiones cisterna; helicópteros para sobrevolar la zona; botes y hospitales móviles
La ministra Petovello brilló por su ausencia, pero a través de Capital Humano aportó la carga completa de cinco aviones Hércules completos.
El Ministerio de Salud envió el equipamiento del hospital reubicable que tiene una capacidad de cuarenta camas simples más seis de terapia intensiva, además de colchones, andadores (en su mayoría los envió el PAMI) sillas de ruedas, camas e insumos médicos. Por ahora envió también $10 mil millones para una primera etapa de reconstrucción de la Ciudad. Luego se comprometió a destinar otros $200 mil millones más, administrados desde el Estado nacional.
El municipio hoy no está en condiciones de afrontar solo los $400 mil millones de los que habló el intendente Susbielles. ¿Y entonces? La Provincia de Buenos Aires, te preguntarás seguramente. No. Kicillof está en otro partido.
El Gobernador aseguró de manera indirecta que la responsabilidad de la inundación la tiene el gobierno de Milei por no mandar plata a las provincias por fuera de la coparticipación. Stop. Si, lo dijo Kicillof. El mismo que gobierna la Provincia de Buenos Aires hace 5 años. El mismo que la gobernaba cuando se inundó a fines del 2023 dejando un saldo de 13 muertos.
Ahora con otros 16 fallecidos, producto del mismo desastre menos de un año y medio después, la Provincia destina $273 mil millones a Bahía Blanca repartidos en subsidios de $800 mil para 30 mil familias.
Entre las medidas dispuestas por el Gobernador hay créditos a devolver en cuotas sin interés para la compra de electrodomésticos, la exención del pago del impuesto inmobiliario urbano por un año, la condonación del pago de la patente para los vehículos afectados y el boleto gratuito por un mes. Así y todo, parece que nada alcanza.
Kicillof le pidió una reunión a Milei en medio de su conferencia de prensa. Y desafió al Ejecutivo a utilizar parte del préstamo del Fondo Monetario a paliar los efectos del desastre. El Gobernador sabe aún en su pedido que eso es imposible. El préstamo del FMI se otorga para solucionar temas de la macroeconomía. Para lo social la Nación puede recurrir al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o al Banco Mundial. Pero no al FMI.

Desde la Rosada evitaron caer en lo que entendieron como una provocación. “No hubo ningún pedido formal de reunión”, dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni. Y calificó de “estupidez” lo señalado sobre el dinero del Fondo. La línea era no confrontar en el medio del drama, aunque sí aludieron al mandatario en el comunicado que emitió OPRA por la tarde.
Ni con uno ni con otro. Cristina, desde sus redes, también cuestionó al Presidente. Arrancó con un “Che Milei” el tuit en el que resaltaba la ausencia de Milei en Bahía Blanca. Sí, así como lo leés. Cristina que no estuvo ni en las inundaciones de La Plata ni en la tragedia del Sarmiento. Brillaba por su ausencia. Pero se ve que se olvidó. Cristina que fue presidenta dos veces de la Argentina. De esta Argentina que hoy sufre las consecuencias de un abandono de años de la clase política en determinados puntos del mapa. Lo de Bahía Blanca no es de los últimos 12 meses y Cristina lo sabe. Todos lo saben.
De la misma forma apareció Mauricio Macri. Que le dijo al Presidente que se tiene que bancar trabajar con Kicillof aunque no le guste para sacar a Bahía Blanca adelante. Y les avisó por suerte a los bahienses que la reconstrucción de su municipio va a llevar mucho tiempo.
El Presidente rompió ayer con la sorpresa de viajar a Bahía Blanca. Había permanecido los primeros cinco días después de la inundación refugiado en la Quinta de Olivos monitoreando la situación. Su entorno lo convenció de que lo mejor era que fuera. Pero lo más conveniente fue que los medios no se enteraran. Que los bahienses no lo supieran. El enojo en medio del dolor podía hacerse más fuerte y el equipo presidencial prefirió evitarse un dolor de cabeza.
De todos modos, no fueron muchos los vecinos que pudieron verlo. Llegó con su hermana Karina, y con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Se juntó con Patricia Bullrich y con Luis Petri. También con el intendente. El operativo de seguridad fue tan importante que le evitaron a Milei el contacto con el dolor cercano.
En camioneta y con sus funcionarios recorrió las zonas inundadas. A lo lejos se escuchaba a algún bahiense enojado que le gritaba que eso no era ir a ver a la gente. Algún otro le recordaba que cuando fue en 2023, en el medio de la primera inundación les recomendó que se aprendieran la frase “vivir con lo nuestro”.
El costo político es de toda la dirigencia. Aún no hay trabajos al respecto. Pero ninguno puede tirar la primera piedra. En esta escena todos pierden un poco frente a los que lo perdieron todo.