A la espera de que el FMI haga un gesto, el equipo de Caputo prefiere el paso a paso

El 2,4% de inflación de noviembre envalentonó al Gobierno de una manera inesperada. Ni el equipo económico se había animado a predecir un número tan favorable, ayudado por las bajas estacionales de los alimentos (rubro que aumentó apenas 0,9%). Queda claro que el impulso residual del IPC viene de la mano de los servicios, tanto públicos como privados. En ese contexto hay que leer la nueva denuncia por cartelización que recibieron las empresas de medicina prepaga (cuyo aumento en noviembre casi duplicó el promedio general). La lectura que hace el presidente Javier Milei de este nivel de desaceleración es que si se toma en cuenta que el dólar oficial se ajusta 2% al mes y que la inflación estadounidense corre a 0,5%, la Argentina ya está convergiendo a un sendero de estabilidad de precios.

Luis Caputo y Santiago Bausili, sin embargo, prefieren ir paso a paso. En conversaciones reservadas, sostienen que el ritmo de ajuste del dólar descenderá a 1% recién en marzo. Nadie quiere hacer olas en el verano, sobre todo cuando la demanda de dinero cae tras el período de vacaciones.

Javier Milei

La canasta media de consumo en supermercados registró en lo que va de diciembre una variación de 0,4%. Algunos esperan que haya repuntes de precios por las Fiestas, pero al ritmo actual, el IPC del último mes del año puede dar otra sorpresa.

En su discurso por cadena nacional, Milei hizo varias promesas: anticipó que se viene una reforma impositiva (quiere eliminar 90% de los gravámenes), que la ola de desregulaciones será aún más profunda y que habrá novedades sobre el fin del cepo cambiario en el primer trimestre. No habló de dolarización pero aseguró que la economía ya es bimonetaria, un elemento que se reforzará no solo por la exposición de precios en dólares sino por la chance de comprar directamente con esa moneda con una tarjeta de débito.

El cepo cambiario, según coinciden los integrantes del equipo de Caputo, se resolverá cuando el BCRA acumule los dólares necesarios para salir de las reservas netas negativas. El Presidente señaló que espera la ayuda del FMI para alcanzar ese objetivo o bien hacer un acuerdo con el sector privado.

La Argentina y el Fondo están jugando a las escondidas. Desde Washington sostienen que tienen vocación y espacio para apurar un acuerdo. El Gobierno prefiere esperar a que asuma Donald Trump, porque consideran que es su as de espadas para poner sobre la mesa de negociación.

La actividad económica puede llegar a caer menos de 3% este año, asegurando un rebote de 5% el próximo. Pero muchos de los planes para el 2025 requieren pasar por el Congreso, un dato para no pasar por alto.