Las alarmas sonaron innecesariamente. Fue el domingo pasado cuando trascendió el resumen del proyecto de ley de Presupuesto para 2025 que el Gobierno estaba enviando al Congreso al mismo tiempo que el presidente Javier Milei hablaba frente a los legisladores.
En las proyecciones macroeconómicas se preveía un incremento de ciento por ciento de los ingresos del Estado en materia de Derechos de Exportación (DEX). El campo es responsable del 80% del tributo. La pregunta era inevitable ¿Había un mazazo encubierto o se trataba de un error?
Los integrantes del equipo del ministro de Economía, Luis Caputo, tuvieron que salir en las horas siguientes a aclarar la cifra. Dijeron que, en rigor, eso correspondía a que en 2023 se adelantó el pago de DEX por efecto de las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE), producto de la creación del “dólar soja”, durante la gestión Massa-Fernández. Y también que se proyecta un mayor aporte de otros sectores, como el de la energía.
“Como el agro en promedio aporta 85% de la recaudación total de las DEX, serían $8,8 billones, lo que implicaría una variación del 65% respecto a este año. Sí, un poco lejos del 100% previsto en el presupuesto”, sostuvo David Miazzo, economista especializado en agro.
No obstante, la primera conclusión obvia que se extrajo de la presentación del Presupuesto es que el Gobierno no tiene intención de bajar las retenciones en el corto plazo. Hubo quienes habían albergado alguna expectativa respecto del discurso del presidente Milei y también otros que se animaron a reclamar la baja de los DEX públicamente. Nada de eso ocurrió. Es más: el jefe de Estado dijo que vetaría cualquier proyecto que atente contra el objetivo de lograr el superávit fiscal. En otras palabras, si hay un legislador vinculado al agro que sueñe con lograr una baja de los DEX vía un proyecto de ley, ya sabe que será un pérdida de tiempo.
Otra de las explicaciones oficiales sobre la mejora de la recaudación vía DEX, llegó del secretario de Hacienda, Carlos Guberman. “Hay una expectativa de precios de commodities mejores a los de este año. Esperamos una mejora en la soja. Ahora estamos pasando una etapa de precios de commodities muy malos. La expectativa es que mejore mucho”, dijo en declaraciones a LN+.
Sin embargo, la mayoría de los fundamentos del mercado dicen exactamente lo contrario. Se esperan muy buenas cosechas de soja y maíz en los Estados Unidos, grandes siembras en Brasil, aunque con problemas climáticos, y una demanda importadora, como la de China, que está aprovechando los bajos precios y cerrar negocios.
Uno de los pocos fundamentos que parecen haber emitido una señal positiva en los últimos días fue la baja de las tasas de interés que dispuso la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) que hace más atractivas a las commodities para los fondos de inversión y especulación que actúan en Chicago.
“Esta baja de tasas de la Fed es positiva aunque no tiene gran impacto en los precios”, explicó Carlos Poullier, analista de mercados de la consultora AZ-Group. “Es una buena noticia que haya sido de 50 puntos básicos, pero no es un gran factor de mercado”, explicó y consideró que “el clima puede ser un factor importante en las próximos semanas o meses”.
Según sostuvo, “los precios de Chicago posiblemente ya hayan tocado un mínimo hace un par de semanas” y ahora se recomponen levemente en función del comportamiento de los fondos. Para el especialista, “hay que seguir sobre todo la demanda de China que es bastante oportunista y bastante errática”, pero “ahora no da señales de gran tonicidad”.
Poullier destacó: “tenemos una Niña de por medio, pero parecería ser una Niña bastante moderada”.
En otras palabras, a menos que el Gobierno provoque alguna sorpresa con el levantamiento del cepo y la unificación cambiaria, nada hace pensar que se disponga en el corto plazo a modificar el impuesto más distorsivo que enfrenta la producción. Más allá de la comprensión o las simpatías que se expresen en relación con la política oficial, el campo no será el sector que contribuirá a la recuperación de la economía. Continuará a media máquina, con inversiones y gastos justos y con poco impacto en el desarrollo de las comunidades donde se origina la riqueza.
El presidente Milei continuará siendo bien recibido en exposiciones del agro, con aplausos y sonrisas, pero la respuesta del bolsillo será diferente. Es lo que hay.