Los habitantes de Villa Inflamable, en Sarandí, partido de Avellaneda, fueron sorprendidos esta mañana por el repentino cambio de coloración del arroyo Sarandí, que se tiñó de rojo.
Imágenes y videos de la particular escena comenzaron a reproducirse en la redes sociales, con comentarios del estilo “es evidente el nivel de contaminación que soportan los vecinos”. Es que muy cerca de allí funcionan destilerías y otras industrias, que –según denuncian los habitantes de la zona– realizan vertidos ilegales.
Esta vez no parece ser la excepción: las autoridades recolectaron muestras del agua enrojecida del arroyo y las sospechas apuntan a la presencia de anilina.
Desde la Municipalidad de Avellaneda confirmaron a LA NACION que esta mañana tomaron una muestra e hicieron la denuncia en la Autoridad del Agua, dependiente del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense. Este organismo es el encargado de investigar de dónde proviene la sustancia, ya que Sarandí está situado en la punta final del curso de agua, que llega tras atravesar Lomas de Zamora y Lanús.
Las sospechas, dijeron las fuentes, apuntan a que la supuesta anilina tenga origen en una fábrica textil o curtiembre que haya tirado desechos al arroyo o bien haya tenido algún desperfecto que provocó el vertido. Añadieron que, tras tomar las muestras, inspeccionaron las industrias que trabajan en la zona.
La municipalidad también dio aviso al Ministerio de Ambiente de la provincia para que intervenga. “Tendrán que hacer peritajes y decidir las medidas correspondientes”, indicaron fuentes de la intendencia.
Esta tarde trabajaban en el lugar agentes de la Municipalidad, de Bomberos, de la Prefectura Naval Argentina y de Ambiente bonaerense, que tomó más muestras.
Desde el Ministerio de Ambiente provincial afirmaron haber recibido esta mañana la denuncia de la situación del arroyo, por lo que desplazaron un laboratorio móvil de análisis ambientales. “Tomamos muestras de dos litros de agua para hacer análisis básicos químicos y analizar por cromatología líquida con el objetivo de evaluar qué sustancia orgánica está generando la decoloración”, dijeron las fuentes. Además, estimaron que podría ser algún tipo de colorante orgánico.
“Soy vecina de toda la vida de acá. Hoy tenemos así, el agua roja. Ha estado gris, ha estado verde, ha estado color medio violeta, azulada, cuando está podrida el agua, con grasa. También, bien marrón, de todo tipo aceite parece arriba. Yo he hablado hace un rato con la gente del municipio y me decían que creen que es más arriba”, dijo a LA NACION María Ducomls, de 52 años.
Y luego apuntó contra el funcionamiento de una empresa de tratamiento de residuos especiales y peligrosos. “Vino en el año 93. Está denunciada hace años, está dentro de la causa Mendoza también por el mismo tema de la contaminación [la impulsada por vecinos para el saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo]. Yo veo el camión cisterna que viene a la empresa y pasa esto cada vez que el camión viene a la empresa. Capaz que puede ser de más allá, pero el camión ¿dónde lleva estos líquidos a tratar a veces en menos de una hora, a veces un poquito más? ¿Quién controla?”, expresó.
También cuestionó la actuación de las autoridades: “Los organismos vienen y dicen que no encontraron nada, que está todo bien, y no pasa nada. Con otros vecinos estuvimos en La Plata el 12 de diciembre, estuve con gente de Ambiente y me dijeron que iban a tratar de ver a quién correspondía. Si van a ocupar un sillón y no se van a hacer cargo, que den un paso al costado. Porque están haciendo daño a los vecinos, al medio ambiente y a todos los animales, el agua, mirá lo que es”, sostuvo Ducomls.
En la zona, además del color rojo del agua, llama la atención el olor nauseabundo –como a basura– procedente del arroyo. Por momentos es más tenue y, luego, se acentúa. Según Ducomls, este olor se registra todos los días, porque la empresa de tratamiento no puede desechar los residuos y los mantiene en bidones a la intemperie hasta que llega el camión cisterna a retirarlos.
Claudia, otra vecina de la zona, coincidió en que el cambio de color del agua del canal Sarandí es un hecho reiterado. “No es la primera vez que vemos esto. Somos los olvidados. En la zona falta mucho, ni siquiera tenemos agua potable”, reveló.
“No hay constancia de que los cambios de colores se hayan producido en otras ocasiones. Hoy, es algo puntual que se va corriendo hacia la boca del Río de la Plata”, respondieron desde la municipalidad.