El Baile de la Ópera, uno de los eventos más prestigiosos de la temporada de bailes en Viena, ya tiene sus entradas agotadas para su edición del 27 de febrero de 2025, aunque aún es posible acceder a la lista de espera o buscar opciones de reventa.
Este evento, que se celebra bajo los majestuosos candelabros de los salones vieneses, es solo uno de los más de 450 bailes que tienen lugar cada año en la capital austriaca entre noviembre y el martes de carnaval, que en 2025 será el 4 de marzo. Esta tradición, que se remonta al siglo XIX, sigue siendo un pilar cultural de la ciudad, aunque en los últimos años ha comenzado a transformarse con la incorporación de propuestas más modernas y diversas.
La tradición de los bailes vieneses tiene sus raíces en el Congreso de Viena, celebrado en 1814-1815, cuando los nobles y políticos de la época se reunían para discutir el futuro de Europa tras las guerras napoleónicas. Estos eventos sociales, que combinaban política y entretenimiento, se convirtieron en una costumbre anual que ha perdurado hasta la actualidad.
Según detalló BBC, los asistentes a estos bailes suelen lucir atuendos formales, como vestidos largos y fracs negros, siguiendo un estricto código de vestimenta que excluye accesorios modernos como relojes de pulsera.
Sin embargo, en los últimos años, una nueva generación ha comenzado a desafiar estas normas tradicionales. Helena Steinhart, directora de relaciones públicas de la Oficina de Turismo de Viena, explicó al medio que han surgido bailes más relajados y modernos, dirigidos principalmente a un público joven, con un enfoque más inclusivo y contemporáneo.
Desde zapatillas deportivas hasta disfraces
Entre las propuestas más innovadoras de la temporada destaca el baile de Hip Hop, que se celebrará el 15 de febrero de 2025. Este evento combina elementos tradicionales, como la vestimenta formal, con un toque moderno: los asistentes pueden usar zapatillas deportivas y bailar al ritmo de música hip hop en lugar del clásico vals. Lo cierto es que esta apuesta, que comenzó hace cinco años, ha ganado popularidad por su capacidad de mezclar lo antiguo con lo nuevo.
Otra opción menos convencional es el Sweatpants Ball, programado para el 1 de marzo. En este caso, el código de vestimenta es tan relajado que los asistentes pueden presentarse en ropa deportiva, según explicó Steinhart, destacando el carácter desenfadado de este evento.
La temporada de bailes en Viena también ha evolucionado para incluir eventos que celebran la diversidad y la inclusión. Un ejemplo destacado es el Rainbow Ball, que tuvo lugar el 25 de enero y está dirigido específicamente a la comunidad LGBT.
Este baile ofrece un espacio seguro y acogedor para parejas del mismo sexo, rompiendo con las normas tradicionales de los bailes vieneses, lo que muestra cómo la ciudad está adaptando sus tradiciones para reflejar los valores contemporáneos.
Otro evento que destaca por su enfoque inclusivo es el Baile Vegano, que combina la experiencia del baile con una cena de gala completamente vegana. Además, los amantes de la cultura pop pueden disfrutar del baile de la Comic Con, donde los asistentes son animados a disfrazarse de sus personajes favoritos, añadiendo un toque lúdico y creativo a la temporada.
Para quienes deseen participar en alguno de estos bailes, la ciudad de Viena ofrece múltiples opciones para facilitar la experiencia. Los asistentes pueden alquilar atuendos formales en diversas tiendas de la ciudad, lo que permite cumplir con el código de vestimenta sin necesidad de adquirir ropa costosa. Además, muchos hoteles en Viena, como el Almanac Palais, ofrecen paquetes turísticos temáticos que incluyen entradas a los bailes y alojamiento.
Aunque algunos de los eventos más populares, como el Baile de la Ópera, ya tienen sus entradas agotadas, aún es posible encontrar boletos en reventa. Sin embargo, Steinhart advirtió que esta opción puede ser complicada para quienes no hablen alemán, ya que no existe un sitio web oficial para gestionar estas transacciones. Otra alternativa es consultar las listas de espera de los bailes o explorar eventos menos concurridos, que aún tienen entradas disponibles.