Andamios

El reflejo es casi automático. Andamios, un grupo de hombres trabajando, la cámara que los registra. La mente viaja, de la sugerencia de la foto que vemos aquí –las siluetas y el contraluz, la puesta de sol, la luz de toda la escena– a aquella que, tomada en 1932, quedó marcada a fuego en el imaginario occidental. Almuerzo sobre un rascacielos, se bautizó y todos sabemos de qué se trata; todos la vimos reproducida sobre la más diversa variedad de soportes: blanco y negro (ningún contraluz), Nueva York allá abajo, un andamio y once obreros, sin equipo de protección, almorzando en las alturas. No faltaron discusiones a su alrededor; al día de hoy no hay certezas sobre su autor o sobre las condiciones en que la realizó. De lo que nadie duda es de su pregnancia: más que una foto, una marca de época, un signo, una huella destinada a reverberar en generaciones de retinas.