Si camina ahora mismo por el centro porteño y cruza la emblemática esquina de Lavalle y Florida, probablemente no sería reconocido por nadie. A Arne Slot le pasa algo parecido en Inglaterra: de a poco, lo van reconociendo. Es un entrenador de equipos de autor, aunque su carrera como entrenador (también, como jugador) haya pasado siempre en Países Bajos, su tierra. Desde hace cuatro meses dirige a Liverpool, el gigante, inspirado en el legado de los nueve gloriosos años con Jurgen Klopp.
Fue un amor a primera vista lo de Klopp y el fogoso club rojo. Sentarse en ese sillón vacío representaba algo más que un desafío para el hombre de 45 años, de sweater, camisa, pantalón de salir, sonrisa permanente y cultor de la misma filosofía que el alemán. O más aún: más vertical, más punzante. Liverpool ganó los tres primeros encuentros de la Premier League y no sufrió goles. El zarpazo fue este domingo: un 3-0 que se quedó corto en el Teatro de los Sueños, la casa de Manchester United. Como si Boca goleara en el Monumental o River, en la Bombonera. Fútbol total.
Puntero, con dos goles a favor menos, aunque en la misma línea que el Manchester City de Pep Guardiola, el ganador habitual, que logró el título en los últimos cuatro años. Un 2-0 sobre Ipswich Town, con el 62 por ciento de posesión, 18 disparos y 10 córners, otro 2-0 ante Brentford, con el mismo porcentaje de tenencia del balón, 19 tiros y 9 tiros de esquina y el citado 3-0 con números más humildes, solo 11 remates, aunque la goleada pudo ser histórica.
“En los entrenamientos es donde se puede influir más y tenés que influir más, porque tenés que darles herramientas a tus jugadores, algo común al modelo de juego y a tu plan de juego. Y creo que de eso se trata, de encontrar una forma de jugar que se adapte mejor a los jugadores. Pero atención: eso es todo táctico y creo que hay algo más en ser entrenador en jefe o gerente o como quieran llamarlo y son las relaciones que tenés con la gente”, se presenta en sociedad. Pizarrón (siempre al ataque) y relaciones públicas (casi siempre con una sonrisa).
Instalarse en el gigante británico, en el pedestal del Gran Jürgen parece una misión imposible. Ganar, gustar, soñar. Un auténtico desconocido en la Premier League (dos títulos en Feyenoord), de cara al público más conmovedor. ¿Y ahora? En el prólogo de su experiencia, al menos, tiene a todos en el bolsillo. “Todos estábamos un poco inspirados por la rivalidad entre el City y el Liverpool. Todos nos inspiramos en Guardiola y Klopp. Creo que en un club grande es probablemente el único estilo que podés jugar: tener mucho el balón, tener mucha energía”, sostiene.
El comienzo de ensueño de Slot en Inglaterra se acrecienta: se convirtió en el primer entrenador de Liverpool que gana su primer cruce con el United desde Bob Paisley en noviembre de 1975, y sólo el segundo que lo hace fuera de casa, después de George Kay en noviembre de 1936. Historia pura. “Todo lo que querés ver como entrenador lo vi en este partido. Hubo momentos difíciles para nosotros, el United empezó muy bien, luego nos anularon un gol y no hubo una reacción negativa. Seguimos jugando, marcamos tres, podríamos haber marcado más”, cuenta, con absoluta naturalidad.
No entra en polémicas: Mo Salah, seguramente, se irá al final de temporada. Sigue volando, contra todo pronóstico. “En este momento es uno de los nuestros y estoy muy contento con él. No hablo de contratos. Estuvo impresionante, como en los dos primeros partidos, pero si hablás de un individuo, no hacés justicia a los demás”, advierte el neerlandés, que se inclina por un 4-2 (con Alexis Mac Allister, algo más atrás que en la temporada anterior)-3-1. Y tiene una obsesión, más allá del ataque.
En una entrevista con el sitio oficial, Trent Alexander-Arnold, símbolo del club, reveló una drástica decisión que se impuso en Anfield. “Es una de las reglas que el entrenador introdujo: si no cumplís esa regla, no vas a jugar. Es así de simple”, cuenta.
El lateral (volvió a jugar en su puesto, sin intentar bruscos movimientos tácticos) reveló que una de las exigencias de Slot es que cada jugador, sin importar su posición en la cancha, aporte “decisivamente” en la fase defensiva. Una idea que no solía instrumentar Klopp. “No se trata solo de que los defensores defiendan y los atacantes simplemente nos observen defender. Es una cuestión de todo el equipo. Normalmente, el equipo que recibe menos goles o menos ocasiones claras tiene muchas posibilidades de ganar la liga”, aporta el número 4, de calidad suprema en los tiros libres y los centros con jugada en movimiento. Alisson se mantiene invicto.
Ese factor fue el núcleo de la charla durante el entretiempo en el clásico inglés; los Reds ganaban 2-0. “Dijimos que el United iba a presionar de forma diferente, así que intentamos prepararnos para eso. Pero también les mostramos a los jugadores momentos en los que, en una situación que dio lugar a una oportunidad para Mazraoui, Luis Díaz no estaba retrocediendo como debía. Y un momento en el que Trent hizo un pase descuidado hacia atrás a Alisson… Esos momentos pueden cambiar el partido: hay que estar concentrado cada segundo si querés ganar”, advierte el DT, en sintonía.
“Mostramos muchos instantes en los que los delanteros retrocedieron con mucha agresividad y eso es lo que necesitamos si queremos ganar estos partidos”, exige el conductor, que es elogiado hasta por Macca (así lo llamaba Klopp). “Para muchos es algo novedoso y extraño, incluso para los hinchas, ya que [Klopp] estuvo allí por nueve años. Solo llevo un año y me adapté al cambio de entrenador. Tenemos un nuevo técnico lleno de ambición y sed de triunfo. Estamos en el camino correcto en el club”, entiende.
Love it, Arne 💪 pic.twitter.com/XytJFB0IOl
— Liverpool FC (@LFC) September 2, 2024
Mientras recorre las calles de Liverpool sin pedidos de selfies, disfruta el camino. “Me preguntan por el proceso anterior… Tenemos los mismos jugadores, tenemos los mismos fanáticos, y si ambos van a hacer el mismo trabajo, eso va a mejorar mucho mi vida. ¡Será más fácil!”, apunta. Y lanza una carcajada.