“La inflación se está destruyendo”, dijo el economista de OJF y Asociados Fausto Spotorno, ex integrante del Consejo de Asesores de la Presidencia. Los números que anticipó están en línea con los que miran cerca del ministro Luis Caputo, que marcan que la inflación núcleo -que descuenta subas de tarifas y estacionales- está avanzando a un ritmo del 2% mensual.
La baja de la tasa de inflación se da con superávit fiscal y baja de la emisión monetaria, pero también en un contexto de recesión que hace que no se convaliden subas de precios. El consumo en los supermercados, por ejemplo, cayó 15% en julio en una de las principales cadenas.
Los primeros datos de cierre de julio marcan una inflación en torno al 4%, por debajo del mes pasado que cerró 4,6% para el Indec. Según los números de Spotorno, en 4 semanas, la inflación que mide en el área metropolitana de Buenos Aires llegó a 3,5%, mientras que para C&T en el Gran Buenos Aires la suba del índice de precios fue del 4,4% en julio, por debajo del 4,9% que su mismo relevamiento había marcado en junio.
Para Spotorno, la inflación núcleo corrió al 2,2% en cuatro semanas, según relató en una videoconferencia organizada por Cohen Aliados Financieros. Para C&T, la “core” fue de 2,7%, 0,1 punto por arriba del mes anterior. En tanto, los datos de EcoGo plantearon un cierre de julio en 4,1% mientras que midieron la inflación núcleo en 3,9%.
En el entorno oficial celebran que se esté cerca de que la inflación converja a la tasa del crawling peg, el ritmo de devaluación del peso contra el dólar (2% mensual), uno de los puntos que Milei marcó como condición para avanzar hacia la apertura del cepo.
Las proyecciones para 2025
Para el próximo año, además, los economistas vaticinan que la inflación puede terminar en un 30% hacia fin de año. Spotorno consideró que el ritmo mensual de inflación puede estar en torno al 1,5% al 2,5% el próximo año, aunque no descarta meses al 3%.
Así la inflación cerrar el 2025 alrededor del 30%, algo que está en línea con el pronóstico que dejó Morgan Stanley esta semana, que bajó la previsión del 31 % anterior al 28,8% previsto para diciembre.
Salida del cepo y el riesgo de devaluación
Todo esto, en tanto, está atado a que se mantenga el ritmo actual. Los riesgos de que haya un salto inflacionario están atados a la posibilidad de una devaluación y la forma de salida del cepo.
Para Spotorno, se está “cerca de salir del cepo”. “La inflación núcleo está cerca de que en septiembre empiece con 1”, dijo. Y reconoció que el Gobierno quiere mostrar “señales de táctica. Cada tanto, muestra la inflación”, agregó sobre la credencial a la que apuesta Economía, mientras que la actividad sigue mostrando señales mixtas.
Caputo, por su parte, ajustó al mínimo posible las subas de tarifas energéticas para evitar un impacto en inflación. Eso hará que parte de los aumentos previstos para bajar subsidios pasen al 2025.
Uno de los riesgos para este año, en tanto, es “salir mal del cepo”, según planteó Spotorno y que “el tipo de cambio se dispare”, mientras que el otro está asociado a tardar mucho en salir. “Si se mantiene el equilibrio fiscal se puede reordenar, pero el riesgo es que se acerque demasiado a las elecciones y se caiga en la tentación de aumentar el gasto”, agregó el ex asesor.
¿Recesión, depresión o recuperación?
En cuanto a la actividad, mientras que economistas como Mercedes D’Alessandro sostienen que no se trata de una recesión sino de una “depresión económica” y “las consecuencias van a ser muy difíciles de revertir”, los más optimistas se aferran a los datos mixtos y aseguran que la caída empieza a encontrar un piso.
El mes pasado, la mejora de los indicadores de actividad estuvo explicada por el fuerte crecimiento del campo, del 100%, comparado además contra la sequía de 2023. Los datos de consumo, en tanto, no repuntan y los salarios marcan una recuperación en el sector privado pero no llegan a completar lo perdido.
La expectativa entonces está en ver si en este tercer trimestre se consolida ese piso, mientras que los industriales pyme advierten, en tanto, que con la caída de actividad y apertura de importaciones hay 10 mil pymes y 180 mil puestos de trabajo en riesgo proyectado para fin de año.