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23-02-2025 Vol 19

Así es la torre inclinada de Nueva York: un error de cálculo detuvo la obra de lujo de 60 pisos

En el corazón del distrito financiero de Manhattan, en Nueva York, se alza el One Seaport, una torre de 60 pisos que prometía ser el nuevo emblema del lujo neoyorquino. Sin embargo, hoy, lejos de ser un ícono de sofisticación, se ha convertido en un monstruo de hormigón abandonado con una falla crítica que amenaza su estabilidad, mientras se desmoronan los sueños de quienes invirtieron en el proyecto que nunca llegó a cumplir las expectativas.

Una falla crítica en los cimientos hizo  tambalear el proyecto arquitectónico del grupo Fortis

One Seaport en Manhattan: una inversión millonaria y una falla que amenaza su futuro

El One Seaport, también conocido como 161 Maiden Lane o Seaport Residences, fue presentado en 2015 como el proyecto del primer rascacielos de lujo completamente de vidrio en el Bajo Manhattan. Con su imponente fachada de cristal y un diseño vanguardista, ofrecía departamentos que ofrecían vistas inigualables del East River.

Con una inversión anunciada de 272 millones de dólares, unidades de alto nivel, vistas impresionantes y comodidades exclusivas como un spa de hidroterapia y una piscina infinita en el piso 30, la torre estaba destinada a convertirse en un símbolo de lujo y sofisticación. Sin embargo, lo que comenzó como un sueño de diseño y confort, pronto se vio empañado por una falla estructural que amenaza con poner en peligro su futuro.

Los cimientos y el error que llevó a la inclinación del One Seaport

El problema en la base de One Seaport tiene que ver con un error en los cimientos. La tierra en la que se construyó no fue debidamente compactada, según analiza The New Yorker, lo que generó un asentamiento irregular de la estructura. Pese a este grave error, los desarrolladores decidieron continuar con el proyecto.

Ahora, la torre se ha inclinado hacia el frente en más de siete centímetros, lo que genera un riesgo no solo para la estabilidad del edificio, sino también para la seguridad de los rascacielos cercanos.

El Edificio Inclinado De NYC

La tragedia de un inmigrante que marcó la construcción de One Seaport

El 21 de septiembre de 2017, Juan Chonillo, un carpintero ecuatoriano de 44 años, perdió la vida de una manera trágica durante su trabajo en la construcción de One Seaport. Tras haber emigrado a Nueva York en 2006 con su hermana Angela, Chonillo se había adaptado a su nueva vida en los Estados Unidos y aprendió a hablar inglés rápidamente. Además, enviaba dinero regularmente a su familia en su país de origen.

Sin embargo, esa mañana fatídica, un simple error en la obra terminó con su vida. Mientras trabajaba en una plataforma de construcción móvil en el piso 29, la superficie se tambaleó y Chonillo cayó desde una altura considerable y fue declarado muerto en el acto.

El operador de la grúa declaró más tarde que había solicitado varias veces que se verificara si todos los trabajadores estaban fuera de la plataforma antes de moverla.

Con vistas panorámicas y comodidades como un spa de hidroterapia y una piscina infinita en el piso 30, se esperaba que esta torre fuera un referente del lujo urbano

Ante este panorama, la construcción de One Seaport se detuvo temporalmente por tres meses, pero la empresa Fortis Property Group, a cargo de la obra, nunca asumió su responsabilidad de manera adecuada.

El sueño trunco de quienes invirtieron en el One Seaport

Para los propietarios de One Seaport, la realidad fue mucho más amarga que la promesa de lujo que les vendieron. Invertir más de tres millones de dólares en un departamento en uno de los rascacielos más exclusivos de Nueva York les aseguraba un hogar con vistas espectaculares y comodidades de primer nivel, en pleno corazón de Manhattan. Sin embargo, hoy se enfrentan a la incertidumbre.

Es el caso de la multimillonaria familia Miu, con un imperio de empresas contables en Nueva Jersey, que adquirió dos unidades en la torre. Ahora, la amenaza de una inclinación cada vez más pronunciada pone en peligro su inversión. A pesar de haber pagado precios exorbitantes por sus departamentos, nunca recibieron reembolsos ni garantías.

M.M