En el mercado de autos usados, la buena fe juega un rol fundamental. Si las operaciones se realizan por fuera de las agencias, concesionarias o centros de compra-venta oficiales, la confianza entre involucrados es la clave para que la operación llegue a buen puerto.
Lamentablemente, hay quienes se aprovechan de esa situación para esconder algunos desperfectos que pueda tener la unidad y evitar que repercutan en el precio final. En ese sentido, un mecánico elaboró una serie de consejos a tener en cuenta al momento de revisar a la unidad en persona antes de comprar.
Los cinco ejercicios de escritura para fortalecer la memoria
Publicados en el diario El País, de España, los tips requieren un mínimo conocimiento de mecánica así como algunos instrumentos especiales para la ocasión. En ese sentido, también se recomienda asistir junto a un especialista de confianza, más que nada si se trata de la compra del primer auto.
“Necesitamos un espesímetro, un aparato que mide el espesor de la pintura”, señaló el experto de NeedCarHelp, un canal de YouTube especializado. “En la parte delantera de los autos es donde más información va a haber”, explicó también.
“Cuando el auto tiene cualquier tipo de accidente, lo primero que se hace es desmontar todas las partes externas. Si vemos marcajes de que estos elementos inamovibles se han movido, deberemos indagar más”, añadió. En esa línea, explicó que hay que revisar las fechas que figuran en las autopartes, las cuales deberían coincidir con el año de fabricación del vehículo si es que nunca fueron reemplazadas.
En lo que refiere al espesímetro, es un instrumento muy útil para averiguar si hay masilla aplicada en el auto o bien el grosor de la pintura de la carrocería. Si el número que arroja es elevado, es indicador de que el auto pudo haber estado involucrado en un accidente.
No obstante, que el espesor sea alto puede ser consecuencia de repintado por motivos estéticos o pequeños rayones, por lo que no debe ser considerado por sí solo.
Qué más evaluar antes de comprar un auto usado
Aunque parezcan obviedades, nunca está de más tener presentes una serie de aspectos para evitar dolores de cabeza.
- El estado general del auto es la piedra angular, por lo que es recomendable revisarlo con un mecánico de confianza. Además de carrocería y motor, es clave constatar el estado de neumáticos y aspectos del interior como volante y asientos, al igual que el kilometraje, donde muchas veces el real no coincide con el del odómetro. Una prueba de manejo y una inspección pormenorizada son pasos aconsejables.
- La papelería es un punto para no descuidar. La documentación en regla es fundamental para una transacción sin problemas. El listado contempla: el título del automóvil, la cédula de identidad, la vigencia de la Verificación Técnica Vehicular (VTV), números de motor y chasis, la verificación policial y el informe de dominio histórico. Libre deuda de patentes y multas, la grabación de autopartes y la certificación del formulario 08 y CETA (certificado de transferencia del automotor) son ítems elementales.
- Vendedor o sitio de compra: si es una transacción particular mano a mano, entra en juego la confianza hacia el vendedor, cuestión que no es tan sencilla de conseguir, salvo que suceda en una ciudad chica o un pueblo, donde también es más fácil acceder al historial del auto. El lugar donde comprarlo es todo un tema, porque de no ser un concesionario reventa, hoy hay un buen número de plataformas (Mercado Libre, Kavak, Car One, Karvi, entre otros) donde buscar para cerrar una operación. Son una opción válida porque ahorra tiempos y logísticas en visitas de concesionarios y además ofrecen información detallada del modelo en cuestión. La comodidad lleva a que mucha gente prefiera un par de “clicks”, que andar de recorrida por locales haciendo la búsqueda.