Milagro: al menos en una cosa las redes sociales no dudaron ni pelearon. Por unanimidad, más bien, la consagraron como la panelista más linda de la Argentina. La periodista más bella de la televisión. Tampoco pusieron en duda sus cualidades profesionales, pero sobre todo -y más que nada hoy, 14 de febrero, día de los enamorados- recalcaron con énfasis esa circunstancia. Para Twitter y para Insta no hay nadie que sea tan interesante o que esté “tan buena” como ella.
Un poco por eso sorprendió y llamó la atención que ella, justo ella, haya lamentado la llegada de San Valentín, o haya sentido cierto remordimiento al observar a las parejas dándose un beso, o al escuchar los testimonios de hombres y mujeres que recibieron un obsequito, un saludo o un simple corazoncito por Wahstapp. Ella revisó en su celu y nada. Como se dice en el barrio, cerapio.
Anda por los 30 y todo indica que el amor no ha golpeado a su puerta. O sí, pero ya no se escucha. Alguna vez Daniel Agostini se hizo millonario cantando la ventanita del amor se me cerró. Bueno, parece que le pasa lo mismo pero en vez de ganar toneladas de dinero lo que suma son frustraciones y pesares. Y que ni siquiera esa figura cautivante, esos ojos incandescentes y esos labios endemoniados son suficientes para que ese sonido celestial vuelva a sonar en su domicilio.
¿Qué fue lo que pasó para que haya tanta cosa? Que en su cuenta de Twitter, sí, allí donde ahora pasa la vida de la gente, ella cayó en la melancólica desesperanza al advertir que no iba a pasar nada durante el 14 de febrero, una fecha que parece interesarles más a las mujeres que a los hombres. O que la viven con mayor intensidad, quién sabe. Subió una foto del personaje de Griselda Sicialini en la serie envidiosa y sobre esa imagen escribió una frase tan corta como contundente: “Hoy yo todo el día”. Lo último que puso fue el emoji de una carita desconfiada, o triste.
LA PERIODISTA MAS LINDA DE LA ARGENTINA PASO UN DIA DE LOS ENAMORADOS HORRIBLE
Develemos el misterio: ella no es otra que Nazarena Di Serio, quien la rompe en todos los laburos que hace pero parece no tener la misma suerte en su recorrido afectivo. No es de las mediáticas, de las que ventilan su vida, de las que hablan y en ese hablar cuentan intimidades. No, es más bien de las reservadas, de las que no muestran demasiado. También por eso causó cierto asombro que haya mostrado ese flanco débil de su actualidad.
“La suerte de las feas las lindas la desean” contaba una frase que ha caído en desuso. Pero las abuelas nunca se equivocan -también se decía en esas épocas- y habrá que darles la razón una vez más: la mujer que interpreta Siciliani en la serie éxito que protagoniza no encuentra suceso en los afectos más allá de los logros que obtiene a niveles profesionales y eso la vuelve, como el título de la ficción, una mujer envidiosa.
