Blanqueo de efectivo: la ventaja que se pierde si ya se retiran los fondos

Ayer, martes 1º de octubre, fue un día D luego de que se abriera la posibilidad de retirar el dinero en efectivo regularizado en el blanqueo. Esto pone en juego los depósitos y con ello, las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA), por lo que el Gobierno introdujo desincentivo para evitar salidas masivas.

Luego de semanas de especulación, a seis días del vencimiento, el ministro de Economía, Luis Caputo tomó la decisión -frente al pedido de los bancos y contadores- de prorrogar la “Etapa 1” del Régimen de Regularización de Activos hasta el 31 de octubre de 2024, inclusive.

Con ello, se extendió por 31 días la etapa en donde se tiene la alícuota más baja (5% versus 10% y 15%) para cuando se supere la franquicia de los u$s 100 mil y la única en donde se puede regularizar dinero en efectivo tanto en moneda local como extranjera.

Frente al fantasma del corralito, y para dar seguridad a los contribuyentes se estableció en el Decreto 864/2024, en línea con la Ley 27.743, que quienes hayan regularizado dinero en efectivo antes del 30 de septiembre, inclusive podrían retirarlo a partir del 1º de octubre de 2024.

Mientras que aquellos que lo hagan desde el 1º de octubre y hasta el 31 de ese mes recién podrían hacerlo desde el 1º de noviembre. Por lo que existía un gran atractivo para ingresar al blanqueo antes del 30 de septiembre.

Pero, con el objetivo de desincentivar la salida, se estableció una letra chica en el Decreto. “Quienes retiren -parcial o totalmente- fondos a partir del 1º de octubre de 2024, conforme la normativa indicada, no podrán regularizar montos adicionales a partir de esa fecha de retiro”, estipula en el artículo 2.

De esta manera, aquellos contribuyentes que hayan depositado en la Cuenta Especial de Regularización de Activos (CERA) antes del 30 de septiembre y decidan retirarlo desde este 1º de octubre, no tendrán la posibilidad de volver a exteriorizar activos o bienes.

Esto se vuelve más atractivo para aquellos contribuyentes que regularizaron montos inferiores a u$s 100 mil y tienen la posibilidad en el transcurso del mes de octubre de recibir ingresos adicionales en el mercado informal. Ya que, por lo contrario, cuando se deposite, se superaría la franquicia y se debería pagar el impuesto de regularización (5% sobre el total).

La letra chica que falta

Mientras tanto, los montos no quedan inmovilizados hasta el 1º de noviembre, en el caso de haber exteriorizado hasta u$s 100 mil luego del 30 de septiembre ni hasta el 31 de diciembre de 2025, inclusive, cuando se trate de cifras superiores.

Siempre se contará con la opción de poder retirar el dinero, aunque con un costo: el pago del impuesto de regularización, que es de un 5% sobre el total, o la posibilidad de invertirlo en diferentes instrumentos financieros, proyectos inmobiliarios o “bienes productivos”.

Sobre esta última faltan aclaraciones, ya que si bien el Gobierno sumó a mediados de septiembre la posibilidad adquirir bienes productivos con fondos regularizados sin pagar ningún tipo de penalidad y con una transferencia por fuera del ecosistema CERA, aún no se sabe cómo se debe hacer.

“Falta la letra chica, pero luego de depositar en la CERA se puede ir al banco, por ejemplo, con la factura de compra de un auto y decir que se quiere pagar con esos fondos o un boleto de un inmueble o escritura”, destacó el socio de Lisicki, Litvin & Asociados, Martín Caranta.

Sin embargo, remarcó que cada uno de los bancos tiene su manual. “Hay algunos que tienen un formulario en donde se completa bajo juramento que los fondos que se van a transferir de la CERA a otra cuenta son para una adquisición onerosa debidamente documentada, te solicitan adjuntar la documentación y entre 24 y 48 horas realizan la transferencia”, agregó.