Brasil devaluado: subió otra vez el dólar y sacrifican más reservas

La resistencia de Lula a lanzar un ajuste fiscal serio en Brasil está impactando fuerte en las reservas de su banco central. Ayer debió hacer dos licitaciones de divisas para contener la presión compradora cuando en las últimas jornadas sólo hacía una. Sólo con este accionar del banco central, el dólar cedió de su máximo a 6,20 reales a 6,10 reales al cierre de la jornada. La moneda brasileña acumula una caída de 20% en el 2024 con las mayores pérdidas observadas en diciembre.

Qué pasa en Brasil

Recuérdese que el ministro Fernando Haddad lanzó medidas fiscales, pero incluyó exenciones en el impuesto a las Ganancias lo que decepcionó a los analistas y gatilló una renovada presión sobre el dólar.

“Hay que ver si Haddad lo convence a Lula para hacer un mínimo ajuste o el establishment lo agarra de las orejas al presidente brasileño y se tranquiliza el mercado. Sino esto va para 6,5 reales”, advirtió a El Cronista un ex CEO de un banco norteamericano en la Argentina.

¿Qué impacto puede tener en la plaza local? La economía no es fútbol: no conviene nunca que el principal socio comercial tenga turbulencias cambiarias. De hecho, en el despegue del CCL, el MEP y el libre hay una incidencia de cuanto sucede en Brasil. Difícil cuantificarla, pero el clima externo afecta a la plaza cambiaria local.

“Para quienes prestan atención a la evolución de los precios en otros mercados emergentes, en particular en el terreno de las divisas, hay algunas luces rojas en la cabina que merecen ser vigiladas con la debida atención. El efecto mariposa es un término acuñado en la teoría del caos para describir el fenómeno en el que un pequeño cambio en las condiciones iniciales puede tener un impacto significativo en el resultado de un sistema complejo”, destaca un informe de Portfolio Personal Inversiones.

“Para quienes tenemos una larga historia de operaciones e inversiones en Brasil, la reacción en cadena de los recientes acontecimientos en los mercados financieros ha pasado de ser preocupante a algo que bordea la hiperventilación (y lo peor puede estar por venir). Para los no iniciados, Lula y su ministro de Economía, Fernando Haddad, han ignorado repetidamente a los custodios del mercado de bonos local para minimizar los riesgos fiscales vinculados al gasto social descontrolado y la abultada deuda bruta en moneda local respecto del PBI. Lula, al igual que Erdogan de Turquía, cree que las tasas de interés excesivamente altas son la causa principal del déficit fiscal de Brasil, un rojo de 9,4%, y ha criticado a los funcionarios del banco central por sus alzas agresivas de las tasas. Tirar piedras a una institución venerada como el banco central es un camino peligroso para Lula”, describe PPI.

Este análisis refleja la preocupación existente en la plaza y especialmente la posibilidad, como tantas veces se vio en la Argentina, de que el gobierno de Lula corra desde atrás los acontecimientos, en lugar de anticiparlos. “La semana pasada, el banco central vendió u$s 845 millones en una subasta al contado de dólares (algo poco frecuente) que fue devorada como caramelos en una fiesta de cumpleaños infantil”, ironizó PPI.

El resto de los mercados emergentes sigue de cerca cuanto sucede en Brasil. India también está en problemas. Hay que recordar que el dinero no duerme ni festeja la Navidad ni el Año Nuevo. Esto porque el clima navideño no aplacará las preocupaciones de los inversores. Si hay salida de fondos de los mercados, hay que ir a las causas rápidamente. Mientras más se tarde, más caro será el costo.

Lecciones argentinas.