Tal como había anticipado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, comenzó a regir en Medio Oriente el alto al fuego entre Israel y Hezbollah. Es la primera tregua en el conflicto que comenzó con los ataques del 7 de octubre en manos de Hamás y que se recrudeció con la intervención del grupo terrorista libanés. Según creen líderes del mundo, podría significar el final del enfrentamiento bélico.
Tras casi 14 meses de combates, Netanyahu aceptó un cese al fuego, siempre y cuando el los líderes de Hezbollah no rompan el trato y respeten lo pactado. “Por cada violación [del acuerdo], atacaremos con fuerza”, advirtió el funcionario el martes por la tarde.
En teoría, el acuerdo consiste una pausa de 60 días en la lucha bélica. Las tropas israelíes se retirarían a su lado de la frontera, mientras que Hezbollah cesaría su presencia armada en una franja del sur del Líbano. El trato comenzó a funcionar a partir de la madrugada de la hora local, tal como había adelantado el presidente estadounidense Joe Biden, quien se mostró alegre de haber diseñado un “cese permanente de hostilidades”.
En el pacto, Estados Unidos cumplirá un rol crucial: será líder del panel internacional que supervisará el cumplimiento de todas las partes. En tanto, miles de efectivos libaneses y cascos azules de la ONU se desplegarán en la región al sur del río Litani.
En contrarrespuesta a la mirada de Netanyahu, un líder de Hezbollah dijo que el apoyo al trato dependerá de que Israel claramente cese sus ataques. Mahmoud Qamati, vicepresidente del consejo político del grupo, afirmó a la cadena de noticias qatarí Al Jazeera: “Después de revisar el acuerdo firmado por el gobierno enemigo, veremos si hay una coincidencia entre lo que declaramos y lo que acordaron los funcionarios libaneses”.
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Con información de AP.