Cómo aumentar la “vitamina del sol”, que beneficia al sistema inmunológico y fortalece los huesos

La vitamina D, conocida como la “vitamina del sol”, juega un papel fundamental en el bienestar del cuerpo humano. Pero a pesar de su rol central en la salud de las personas muchas veces pasa desapercibida o incluso se piensa que se suma de forma pasiva. No obstante, hay varios métodos para incluirla en el día a día y, de esta manera, mejorar la calidad de vida.

La vitamina D es esencial para el organismo porque participa en numerosos procesos biológicos. Una de sus funciones principales es el mantenimiento de huesos fuertes y sanos, ya que facilita la absorción de calcio y fósforo, minerales clave para la salud ósea. Además, contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico, ya que protege contra infecciones y enfermedades, mejora la función muscular y juega un papel importante en la salud cardiovascular.

A su vez, algunos estudios, como uno publicado por la Universidad de Michigan, sugieren que este nutriente podría contribuir a la prevención de ciertas enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer.

En cambio, cuando el cuerpo tiene niveles bajos de vitamina D, pueden aparecer problemas de salud significativos. La deficiencia puede llevar a debilitamiento óseo, lo que provoca condiciones como la osteoporosis en adultos y el raquitismo en niños. También se asocia con fatiga crónica, dolores musculares y un sistema inmunológico debilitado. Ante estas señales, es fundamental consultar con un profesional de la salud para confirmar el diagnóstico y recibir un tratamiento adecuado, y tomar medidas para contrarrestar este déficit.

Los hongos expuestos a luz ultravioleta son una fuente importante de este tipo de vitamina

La exposición solar como fuente de vitamina D

La exposición al sol es uno de los métodos más naturales y efectivos para estimular la producción de vitamina D en el organismo. Este proceso se desencadena cuando los rayos ultravioleta B (UVB) penetran en las capas superficiales de la piel, lo que transforma un precursor químico llamado 7-dehidrocolesterol en vitamina D3, una forma activa de esta vitamina.

Sin embargo, la eficiencia de este proceso puede variar según factores como la pigmentación de la piel, que actúa como un filtro natural de los rayos UVB; la edad, ya que con el tiempo la capacidad de la piel para sintetizar vitamina D disminuye; y la localización geográfica, que determina la intensidad y duración de la radiación solar en función de la latitud y la estación del año.

Según el medio especializado en salud Healthline, para aprovechar los beneficios del sol de forma segura, es recomendable dedicar entre 4 y 15 minutos diarios a la exposición directa al mediodía, enfocados principalmente en áreas como brazos y piernas, ya que estas suelen estar más expuestas. Sin embargo, también es clave señalar que el uso de protectores solares y la consulta con dermatólogos es fundamental para que esta acción se realice de forma segura.

Se recomienda tomar entre 4 a 15 minutos de sol para sintetizar vitamina D

Alimentos ricos en vitamina D

La dieta es otra fuente esencial para obtener vitamina D, especialmente cuando la exposición al sol es limitada. Aunque pocos alimentos contienen esta vitamina de manera natural, incluirlos regularmente puede contribuir significativamente a mantener niveles saludables. Los pescados grasos, como el salmón, el atún y las sardinas, son particularmente ricos en vitamina D.

El hígado de vaca y las yemas de huevo son otros ejemplos de comestibles que aportan esta vitamina, aunque en cantidades más moderadas. Los hongos también son una fuente interesante, especialmente aquellos que fueron expuestos a la luz ultravioleta, ya que este proceso incrementa su contenido de vitamina D, según descubrió un estudio de la Universidad de Curtin en Australia.

Además, muchos alimentos son fortificados para ayudar a cubrir las necesidades diarias de la población. Entre estos se encuentran la leche, los cereales y el jugo de naranja, opciones prácticas para incluir en el desayuno o en otras comidas del día.

Otras maneras de aumentar los niveles de vitamina D

Existen diversas estrategias adicionales para incrementar los niveles de vitamina D en el cuerpo. El uso de suplementos es una solución eficaz, especialmente para personas con deficiencia diagnosticada o aquellas que viven en regiones con poca luz solar. Sin embargo, es crucial que estos sean consumidos bajo supervisión médica para asegurar que la dosis sea adecuada y segura.

Por otro lado, la actividad física al aire libre no solo mejora la salud en general, sino que también puede facilitar una exposición moderada al sol, lo que promueve la síntesis natural de vitamina D. Mantener un peso saludable es otro factor importante, ya que el exceso de tejido graso puede interferir con la biodisponibilidad de esta vitamina en el organismo.