Esta mañana, tras el anuncio de la próxima licitación por las obras de la nueva línea F del subte, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, informó la inminente llegada a la ciudad de un nuevo medio de transporte público del que ya se venía hablando: el TramBÚS.
Según detalló, serán dos líneas que se incorporarán al sistema actual y que también apuntan a conectar las zonas más alejadas de CABA. Son vagones eléctricos y, al combinar características de tranvías con colectivos, como contar con ruedas propias, no van a necesitar vías exclusivas para su circulación. “Trabajamos en conectar zonas de la Ciudad que hoy lo necesitan, como sucederá en el casco histórico con los buses eléctricos”, había remarcado Macri a finales del año pasado.
Ahora, además, destacó respecto de ambas propuestas: “La F y la incorporación del TramBús son un gran salto de calidad en la transformación que estamos haciendo, como lo hicimos con el Metrobús, las bicisendas o el Paseo del Bajo”.
Por su parte, Pablo Bereciartúa, ministro de Infraestructura, agregó: “Con estas obras planteamos soluciones innovadoras para que los vecinos puedan viajar más rápido, cómodos y seguros. Vamos a conectar nuevos barrios y a generar nuestras transversalidades para que viajar en la Ciudad sea cada vez más fácil”.
Las nuevas líneas del TramBús se integrarán a la red de subte de forma transversal, informaron. La idea es, así, que conecten las principales cabeceras del subte. Este año llegarán los primeros 20 coches, que irán por carriles exclusivos y semáforos sincronizados. De esta manera, el Gobierno busca acelerar la conexión norte-sur de la Ciudad, reducir en un 40% los tiempos de viaje actuales y beneficiar en forma directa a más de 60.000 usuarios diarios.
“El TramBús es una especie de subte en superficie, similar al Metrobús, pero más moderno, 100% sostenible, porque es eléctrico, adaptado a personas con discapacidad y, además, silencioso, por lo que también vamos a reducir la contaminación sonora”, dijo Jorge Macri.
Dos tramos
Como se contó, el TramBús va a tener dos tramos, T1 y T2. El primero empezará a circular en 2026 por el centro de la Ciudad, para conectar la Costanera (cerca de Aeroparque) con el Centro de Trasbordo Sáenz. En el medio pasará por los barrios de Palermo, Villa Crespo, Caballito, Almagro, Parque Chacabuco, Boedo, Parque Patricios y Nueva Pompeya. Esto habilitará que se conecte fácilmente con el subte porteño, específicamente con la línea D en Palermo, la B en Dorrego, la A en Acoyte, la E en avenida La Plata, y la E en Hospitales. A su vez, la última parada terminará en el ferrocarril Belgrano Sur.
La otra, la línea T2, irá transversal de norte a sur y hacia el oeste. Conectará Nueva Pompeya, Flores, Villa Santa Rita, Villa del Parque, Agronomía, Parque Chas, Villa Pueyrredón, Villa Urquiza y Belgrano. También acercará a la estación Belgrano C del Tren Mitre con San Pedrito, de la línea A. Pasará por Congreso de Tucumán, de la D, y las estaciones Luis María Drago y Pueyrredón del Mitre. Recién se espera su llegada y puesta en funcionamiento para 2027.
Con el TramBús se comienza a plantear la incorporación de una alternativa de movilidad sustentable en las calles porteñas. No es el único, ya que en pocos meses llegará la primera flota de buses eléctricos, que empezarían a circular entre fines de abril y principios de mayo. En una primera instancia serán 12 coches con asientos para 13 pasajeros y espacio para otros 11 de pie.
Estas novedades se dan en el contexto del cambio de foco por parte del Gobierno a partir de lo que se presentó, a principios de año, como el Sistema Integrado de Movilidad Urbana, que se basa en el cada vez más alto caudal de pasajeros en los transportes públicos. De hecho, los cálculos oficiales estiman un promedio de tres millones de personas en las franjas horarias de la mañana y la tarde, lo que sería un total de seis millones al día.
La flota se compondría de una formación de 20 coches, y, según los primeros datos que brindó el Gobierno en enero, demandaría una inversión de US$27,7 millones. La mira está puesta en el sector de la movilidad, en donde todas las modificaciones, incluyendo infraestructura en autopistas, modificación de carriles, pasos bajo nivel y más, implicarían el desembolso de US$700 millones en total.
“En nuestro primer año de gestión, además de tener el menor nivel de deuda de los últimos 12 años, logramos un superávit del 3,9%. Gastamos menos, ahorramos e invertimos en obras que cambian la vida de los porteños para siempre”, dijo Jorge Macri esta mañana desde la estación Facultad de Derecho. Y finalizó: “Podemos encarar este desafío porque cuidamos los recursos y los administramos de manera eficiente. El orden y la transparencia en las cuentas públicas es un sello del PRO, desde que gobernamos la Ciudad”.