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23-02-2025 Vol 19

Del juego familiar a competir en el mundial de Scrabble

Lo que comúnmente consideramos un juego de sobremesa o de largas tardes de playa se convirtió para ellos en una competencia que los lleva por todo el mundo.

Uno de los referentes a nivel local es Horacio Moavro, capitán del equipo argentino de Scrabble, quien entre rigurosos entrenamientos y actualizaciones permanentes lidera un grupo de apasionados por este juego.

Este pasatiempo de palabras cruzadas sobre un tablero que sigue un sistema de puntuación surgió en la década de 1930, en la ciudad de Nueva York. El año pasado, en Granada, el equipo argentino formado por cinco jugadores, entre ellos Moavro, Cristian Ayala, Benjamín Olaizola, Luis Picciochi y Rocco Laguzzi, se quedó con la Copa de las Naciones –torneo que ya había ganado en 2009, 2010 y 2018– y, en el Campeonato Individual que se juega en el marco del Mundial, Olaizola obtuvo el segundo puesto; Picciochi, el tercero y Ayala, el cuarto. Actualmente, Moavro, ex presidente de la Asociación Argentina de Scrabble, es tesorero de la Federación Internacional de Scrabble en español.

Alfred Mosher Butts creó el juego de mesa que hoy sigue divirtiendo a miles de personas de todo el mundo

–¿Cómo pasaste del juego familiar de sobremesa a ser el capitán del equipo nacional y competir a nivel internacional?

–Todo empezó un domingo, hace un montón de años, después de almorzar los ravioles de la abuela, cuando una tía dijo: “Miren el juego que traje”, y sacó el Scrabble. Inmediatamente nos pusimos a jugar en familia. Yo tendría unos diez u once años, jugábamos livianamente, era muy raro hacer un Scrabble, que es cuando el jugador coloca siete fichas en el tablero en su turno. Eso casi nunca sucedía, pero nos divertíamos y pasábamos una linda tarde entretenidos.

–¿En qué momento surgió la idea de competir?

–Unos años después estábamos de vacaciones en Miramar con unos amigos del colegio y nos pusimos a jugar al Scrabble en la playa, algo impensado hoy para chicos de esa edad. En aquel momento, el padre de uno de ellos jugaba competitivamente y recuerdo que nos decía que hiciéramos esto o aquello en la partida. Es decir, nos aconsejaba para jugar mejor. Su hijo lo echaba y no quería saber nada pero yo lo escuchaba y entonces me tomó un poco como su discípulo. Él me enseñó el pase del juego familiar al competitivo y fue todo un descubrimiento. Hoy en la Asociación Argentina de Scrabble existe un taller que se llama justamente Paso del Nivel Familiar al Nivel Competitivo.

–¿Y qué se enseña?

–Entre otras cosas se explica cómo aprovechar mejor las letras que llamamos gordas, que son las de mayor puntaje. El jugador debe colocarlas en las casillas del tablero que tienen premio, también se explica la manera de buscar el Scrabble, que tiene cincuenta puntos de premio. Se aconseja usar los comodines solamente para hacer Scrabble y aprender las palabras de dos y tres letras que están en una lista, para poder agilizar los enganches. Son todos secretos para poder pasar del Scrabble familiar al competitivo. En cuanto a las palabras, siempre hay que tener en cuenta que lo que está en el diccionario de la Real Academia Española es lo que vale y lo que no está no es válido, esa es la principal norma.

–¿Cómo hacen para tener el diccionario válido a mano?

–Los jugadores tenemos una app que se llama Lexicon de Scrabble, en la que uno pone una palabra para validarla, para saber si existe. Es una aplicación que se usa muchísimo. Por ejemplo, si uno tiene una duda sobre una palabra que puso su contrincante entra a la app para chequearla. La app solo te indica si existe o no, pero no te dice nada sobre el significado de la palabra porque no es necesario saberlo para jugar, sino resultaría algo imposible. La palabra tiene que existir en el diccionario de la Real Academia. Lexicon solo puede utilizarse una vez que el jugador puso la palabra en el tablero, no puede consultarse antes, eso está prohibido y penalizado.

Junto a cuatro jugadores argentinos, el año último Moavro obtuvo la
Copa de las Naciones, que se disputó en Granada, España

–¿De qué manera entrena un equipo de Scrabble?

–Nosotros jugamos prácticamente todos los días online y nos reunimos a jugar en forma presencial regularmente. Todos los meses hay torneos metropolitanos, rosarinos, bahienses y en muchas otras ciudades del país. Los que terminamos la partida nos reunimos en una sala próxima a la sala de juego, donde tiene que haber un silencio absoluto, para comentar las jugadas, las letras que nos tocaron, cómo las usamos. Además, nos pasa que tenemos una segunda mirada de las palabras que vemos en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, cuando vamos por la calle y nos encontramos un cartel con alguna palabra, pensamos qué otra se podría formar a partir de esa, cuántos puntos representa.

–El Scrabble está por doquier.

–Si encontrás una palabra, hay que buscar otra mejor. Otra con la que se puedan sumar más puntos. También organizamos partidos entre nosotros. Hace unos días tuvimos el Torneo Master Argentino donde estuvieron los 18 mejores jugadores del país y jugamos 11 rondas a lo largo de un día. Era un lugar con pileta, donde podíamos relajarnos entre partida y partida, a pesar de que fue una jornada larga donde no parabas de pensar. Es algo que nos apasiona, realmente la pasamos muy bien.

–¿Qué vinculo tienen entre los miembros del equipo?

–Hay un ambiente de camaradería, hay buena onda, somos amigos, son todos buena gente, y es así entre nosotros y con otros equipos. Recuerdo que hace unos años, antes de empezar un torneo, estábamos varios argentinos y españoles juntos y un español que no había ido al torneo había mandado de regalo una lista de anagramas, que son todas las palabras que se puede formar con determinadas letras. Uno la leía y los otros contestaban, cada uno aportaba algo. Entonces les dije: “¿En qué mundial de cualquier deporte, antes de empezar un torneo los dos principales equipos entrenan juntos?”. Y eso es algo que se da en este juego. La pasamos bien, nos divertimos, sufrimos, perdemos, ganamos y siempre aprendemos.

Se estima que cada hora se empiezan 30.000 partidas de Scrabble en todo el mundo

–¿Cómo siguió tu camino en el Scrabble competitivo?

–Viví unos años en Rosario y, en el 98, cuando tenía cuarenta años, volví a Buenos Aires. Para ese momento, después de que el papá de mi amigo me enseñara este pase al Scrabble competitivo, no podía jugar más en familia. Nadie quería jugar conmigo. A la vuelta de Rosario vi en el diario un pequeño aviso que anunciaba un torneo de Scrabble que se realizaba a los pocos días y fui. No paré. Entonces empecé a participar en la Asociación Argentina de Scrabble en la categoría C, la más baja, porque está la B y la A, donde hoy tenemos unos 30 jugadores a nivel metropolitano. En ese entonces, la Asociación recién comenzaba.

–¿Cómo se concretó esta asociación?

–Fue algo un poco milagroso, porque había dos amigos que jugaban al tenis todas las semanas. Y un día iban a jugar y empezó a llover. Como no paraba pensaron en jugar una partida de Scrabble, se pusieron a jugar como cualquiera, a modo recreativo. En el juego les surgió la duda sobre si existía alguna asociación de Scrabble para jugar a nivel competitivo y empezaron a buscar en el reglamento y no encontraron nada. Vieron en la caja el teléfono de Mattel, que es la empresa dueña de los derechos del juego, y era un número en Londres. Llamaron y se comunicaron.

–¿Resolvieron su duda?

–Sí, y es más. Por esas cosas del destino, Mattel había contratado unos días antes a un campeón inglés del juego para difundirlo a nivel mundial. Este llamado de los argentinos les vino como anillo al dedo porque no tenían ningún contacto local. Él los puso en contacto con Mattel Argentina, que impulsó la creación de la Asociación Argentina de Scrabble. Estos dos amigos fueron el primer presidente y el vice de la asociación, aproximadamente en el 97. Todo era muy experimental y provisorio, con el tiempo se organizó más y en 2000, en Chile se creó la Federación Internacional de Scrabble en Español, de la que fui el primer presidente. A partir de ahí empezamos a establecer criterios para el juego.

–¿Qué criterios?

–El primer criterio fue definir qué diccionario usar porque, por ejemplo, en México usaban el diccionario Larousse en vez de usar el de la Red de la Academia Española que, si bien no es totalmente distinto, tiene un porcentaje de diferencia, con lo que es suficiente para hacer un lío bárbaro. Entonces se unificó en el de la Red de la Academia Española. Lo que está ahí vale y lo que no está no vale. Se emitió un reglamento léxico que va por su versión 14, porque a medida que se actualiza el diccionario de la Red de la Academia Española se actualizan las palabras; es decir, se suman y se quitan palabras según cada actualización.

–¿Cómo se clasifica para el Mundial?

–Cada año se realiza un campeonato mundial presencial. El año pasado fue en Granada, en España, y este año va a ser en Chile, en septiembre. Cada país tiene una cantidad de cupos, de acuerdo con su torneo nacional y con el tamaño de su organización. Por la Argentina se clasificaron 35 jugadores de los que se votó para conformar el equipo de cinco que iban a representar al país. Yo fui elegido capitán de ese equipo.

Con 67 años, Moavro asegura que entre torneo y torneo se desempeñaba como contador público. “Ahora estoy jubilado, soy abuelo, hincha de Boca y participo en varias entidades sociales. Además de ser dirigente de la Asociación Argentina de Scrabble y de la Federación Internacional, estoy en el Club Político Argentino, en la Coalición por la Educación y soy revisor de cuentas en la Confederación Argentina de Deportes”, dice.

Durante más de veinte años tuvo una fábrica de máquinas para gimnasios que cerró en 2019, no obstante el Scrabble es desde hace muchos años una actividad que llena sus días y que lo apasiona. “Siempre hay algo nuevo, alguna sutileza, una nueva de estrategia para aprender”, agrega.

Con el verbo arrejerar, que significa fondear un barco con dos anclas, sumó muchos puntos en un torneo

–¿Cuál fue la palabra con la que más puntos hiciste?

–Fue en un torneo en el que fui el único que vi la jugada con una palabra y eso me permitió sumar muchos puntos por su ubicación en el tablero. Con esa jugada gané el torneo. La palabra era el verbo arrejerar, que significa fondear un barco con dos anclas.

–Un término no conocido.

–Sí, claro. Si bien no hay necesidad de conocer el significado, yo tengo una lista de palabras con un pequeño detalle sobre lo que quieren decir para poder recordarlas. Por ejemplo, tengo una lista de verbos raros, como arrejerar, y otros 3000 más, que me es útil repasar para las competencias.

–¿Cómo es jugar al Scrabble online?

–Nosotros solemos jugar todos los días online en una página que se llama Red de Letras y otra que se llama Scrabble Go, pero sabemos que es otra cosa. Entonces jugamos de manera recreativa para estar en contacto quizás con amigos que están en otro lado. A veces se hacen torneos online, pero no se clasifica a nada, solamente se considera válido el presencial.

–¿Hay nuevas generaciones de jugadores?

–Si bien es difícil que se enganchen, hay jugadores jóvenes. Por ejemplo, este año va a haber un Mundial Sub 21. Es una motivación para que se sumen las nuevas generaciones. Por otra parte, en los últimos años hicimos torneos escolares en el marco de las Olimpíadas organizadas por Adeepra, que es la Asociación de Entidades Educativas Privadas Argentinas, buscando difundir el Scrabble y entusiasmar a las nuevas generaciones para que dejen un rato la pantalla de lado y se sumen a este o a otro deporte de mesa. El último torneo fue en octubre del año pasado en el colegio José Ingenieros de Caseros y tuvo 168 participantes. El que se engancha se da cuenta de que es realmente apasionante, nosotros siempre decimos que no se trata de un juego de mesa, sino de un deporte de la mente.

M.M