Wellington Luiz Firmino es el tercer bolsonarista detenido en la Argentina por el intento de golpe de Estado a Lula Da Silva en enero de 2023. Hay una lista de 61 brasileros que fueron condenados por la Justicia del país vecino, y se sospecha que estarían en territorio local. El último capturado cayó en Jujuy, cuando intentó cruzar hacia Chile por un paso fronterizo.
La detención de Firmino estuvo a cargo de la Gendarmería Nacional y ocurrió el lunes, aunque se conoció recién en las últimas horas. Llegó en moto por la Ruta Nacional 52 al Paso de Jama. Según explicaron a Infobae, el ciudadano brasilero estaba radicado en Córdoba. Cuando llegó a ese punto fronterizo, el personal de Migraciones cruzó sus datos y detectaron que tenía vigente un pedido de captura de Interpol, al igual que el resto de los prófugos.
El propio Firmino publicó un video en sus redes sociales dando cuenta del momento del arresto.
El juez del máximo tribunal de Brasil, Alexandre de Moraes, envió un pedido de extradición que la Cancillería argentina remitió a la Justicia federal. Daniel Rafecas, magistrado a cargo del expediente, firmó el pasado viernes las órdenes de detención para los 61 bolsonaristas y dispuso que las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales tengan acceso a todas las identidades.
El primer detenido fue Joelton Gusmão de Oliveira, de 47 años, quien se encontraba viviendo con su familia en La Plata. El segundo, Rodrigo De Freitas Moro Ramalho, también fue encontrado en la capital bonaerense. Enfrentan una condena de 14 años de prisión por delitos de abolición violenta del Estado Democrático de Derecho, golpe de Estado, daño agravado, deterioro de los bienes catalogados y asociación delictiva armada.
Desde el año pasado, pero en mayor medida tras la asunción de Javier Milei en la Presidencia, los bolsonaristas ingresaron a la Argentina de manera legal y también algunos de manera irregular para no ser detectados por las autoridades migratorias brasileñas. La Comisión Nacional de Refugiados (CONARE) otorgó refugios provisorios a estas posibles “víctimas” de persecución política, quienes fueron renovando cada tres meses de manera consecutiva y reservada -para evitar revelar identidades que los exponga a eventuales represalias- sus documentos para permanecer en el país.
Infobae dialogó con integrantes de esa comunidad tras las primeras dos detenciones. “Están escondidos, con miedo. No son golpistas, por eso le pedimos al gobierno argentino que no extradite a nadie. Son patriotas y perseguidos políticos”, dijo Symon Filipi de Castro, un joven de 33 años que en su país era pastor evangelista y ahora vive en Misiones, donde trabaja en un restaurante como chef. Es uno de los militantes que participaron de la protesta que mantuvo sitiados los edificios de los tres poderes en Brasilia y que, al fracasar, cruzaron la frontera para huir del destino de prisión que los esperaba.
“La mayoría de los que estamos refugiados tenemos documento. De hecho, a Rodrigo Moro y Joelton Gusmão tenían sus documentos y fueron detenidos cuando fueron a hacer los trámites de renovación del refugio provisorio. En total somos más de 400 los bolsonaristas que estamos en Argentina, pero 61 tienen condenas y pidieron la extradición. Lo que estamos pidiendo es que no los extraditen, porque son inocentes y van a terminar en la cárcel”, precisó Filipi de Castro.
Eduardo Bolsonaro, diputado e hijo del ex presidente de Brasil, había publicado el último fin de semana un descargo en el que cuestionó las detenciones. Denunció que la orden de arresto provino de “un juez vinculado a la izquierda radical argentina” y aseguró que la medida es “ilegal”. Sin embargo, expresó su confianza en que el gobierno del presidente Javier Milei y el canciller Gerardo Werthein “respetarán los derechos” de los detenidos.
Bolsonaro también aprovechó el comunicado para realizar duras críticas al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, acusándolo de encabezar un régimen totalitario que viola derechos humanos básicos y persigue opositores políticos. Aseguró que los detenidos en Argentina son víctimas de una persecución similar a la que, según él, enfrentan otros disidentes brasileños en el extranjero.