Considerada a nivel global como una grave violación contra los derechos humanos, la salud y la integridad de mujeres y niñas, la mutilación genital femenina (MGF) es un procedimiento que consiste en la modificación o daño de los genitales femeninos, lo que implica la extirpación parcial o total de los genitales externos o algún otro tipo de lesión en ellos, en especial el clítoris, por razones culturales pero no médicas.
Esta práctica suele realizarse en países de África y de Oriente Medio y Asia meridional, en algunos países asiáticos como India, Indonesia, Iraq y Paquistán y en algunos pueblos indígenas de Latinoamérica, entre los que se incluye uno perteneciente a la selva peruana.
La mutilación genital femenina en Perú
Según la abogada Delia Segovia Candia, en una publicación de la asociación civil sin fines de lucro Acción por Igualdad, la mutilación genital femenina en Latinoamérica se practica en la comunidad embera de Colombia y entre los shipibos konibos del Perú.
La MGF en este pueblo de la selva peruana se realiza como parte del Ani Xeati o Pishta, que significa “fiesta indígena”. En esta celebración, se lleva a cabo un rito de iniciación llamado Xebiana Tsekati, que no es otra cosa que la ablación del clítoris. “Se practica a niñas desde los 8 años de edad, pero generalmente cuando llegan a la adolescencia. Para ello, se embriaga a las menores y se cercioran que estén completamente ebrias. Hecho esto, la abuela, en compañía de las mujeres más cercanas del grupo familiar, toma un cuchillo hecho de caña brava afilado con machete y corta el clítoris de su nieta”, explica Segovia. En el caso de que el cuchillo esté mal afilado o la abuela realice un movimiento equivocado, la niña puede morir desangrada debido a una hemorragia severa.
En Noticias Ser.pe, la antropóloga social y etnóloga Alejandra Ballón señala, en base a testimonios de mujeres shipibo-konibo, que el Xebiana Tsekati es un rito de pubertad femenina que tiene graves consecuencias a nivel social si es que no se lleva a cabo. “Si una niña no ha sido sometida a la circuncisión, puede ser objeto de burlas tanto por parte de su joven pareja como de las demás mujeres, lo que, paradójicamente, lleva a la misma niña a presionar a su familia para que se someta voluntariamente al procedimiento”, sostiene Ballón.
Aunque la MGF entre los shipibo-konibo se realiza cada vez con menos frecuencia, todavía continúa siendo una práctica tradicional en la actualidad porque simboliza la llegada de la niña shipiba a la vida adulta. Tal como indica Segovia, “se cree que el motivo de esta práctica entre las mujeres shipibas era con el fin de disminuir su deseo sexual, y guardar fidelidad al marido”.
Consecuencias de la mutilación genital femenina para la salud
Una de las metas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el 2030 es eliminar la mutilación genital femenina en el mundo entero debido a las graves consecuencias que esta práctica tiene para la salud sexual y reproductiva de las niñas y mujeres.
Las complicaciones pueden ocurrir con todos los tipos de MGF, aunque son más comunes en el caso de la infibulación, que consiste en el cierre parcial de la abertura vaginal mediante suturas, donde los labios son cortados y luego recolocados, dejando solo una pequeña abertura para la salida de orina y la sangre menstrual. Este procedimiento puede o no incluir la extirpación del clítoris, conocida también como clitoridectomía.
Esta forma de mutilación genital femenina puede causar lo siguiente:
- Una excesiva formación de tejido cicatricial
- Dificultad para orinar
- Trastornos menstruales
- Infecciones recurrentes del tracto urinario
- Fístulas
- Esterilidad
- Obstrucción casi total de la vagina, lo que provoca la acumulación de flujo menstrual en la vejiga y el útero.
- Barrera física para el coito y el parto, por lo que tanto para la penetración como para dar a luz es necesario realizar una incisión en la abertura vaginal.