Aunque los análisis todavía no reflejan un “boom” de importaciones en términos generales, al contrario, en lo que va del año la caída promedia el 24%, lo que significó un fuerte alivio a la demanda de divisas del Banco Central (BCRA) y ayudó a consolidar un superávit de u$s 16.000 millones, los bienes de consumo van en aumento.
De cara al último trimestre del año, la reducción del impuesto PAIS y las medidas de desregulación que implementó el Gobierno, comienzan a impactar en los números del comercio exterior.
En los nueve meses de 2024 las exportaciones registraron un aumento de 15,5%, por un total de 59.124 millones de dólares mientras que las importaciones alcanzaron un valor de 44.049 millones de dólares, lo que representa una caída del 24,2%, en comparación con el mismo período del 2023, según los últimos datos del INDEC.
Sin embargo, según los datos del sector privado, frente a la mayor facilidad para acceder a dólares oficiales y un tipo de cambio conveniente, a partir de septiembre y por primera vez en el año, la cantidad de importaciones de bienes de consumo creció de forma interanual al pasar de 58.300 en 2023 a 63.684 en el noveno mes del 2024.
Los datos se corroboran con los que arrojó el último informe de intercambio comercial (ICA) en septiembre donde el rubro bienes de consumo creció 15% en relación al mismo mes del 2023, con una demanda creciente de divisas de los 691 millones a 794 millones de dólares.
La situación se reitera en el mes de octubre con una variación creciente entre las 61.004 operaciones que se realizaron en 2023 y más de 66.500 en el mismo mes de este año.
Si bien la tendencia parece creciente, Eduardo Rotbard, que analiza los datos del 35% de los CUIT registrados en ARCA advirtió que de forma preliminar la información refleja que en noviembre las operaciones caen.
En ese sentido, el especialista señaló que además de la influencia del último feriado, lo que sobresale es “cierto retraso de los pedidos al exterior por la expectativa que genera la eliminación del Impuesto PAIS y posiblemente el cepo”.
Tras cinco años de vigencia y 16 meses en el ámbito del comercio exterior, según el plazo que indica la ley, el próximo 24 de diciembre el impuesto PAIS llegará a su fin.
La medida representa un alivio tanto para los particulares por el efecto que generará en los consumos con tarjeta y en el exterior, como para los importadores y exportadores que encontrarán un dólar más accesible al realizar sus operaciones, pero abre un frente de incertidumbre sobre cómo gestionará el Central la demanda de divisas.
A eso se suma, la baja en la recaudación de un tributo que se posicionó entre los de mayor incidencia para las arcas del Estado.
Según la información oficial, durante octubre, el Sector Público Nacional (SPN) registró un superávit financiero de $523.398 millones, a partir de un superávit primario de $746.921 millones.
En cuanto a los ingresos totales alcanzaron los $9.358.314 millones (167,8% i.a.) frente a un alza de la recaudación tributaria de 181,4% i.a. por la variación de los ingresos correspondientes a los Aportes y Contribuciones a la Seguridad Social (213,2% i.a.), los Derechos de Exportación (219,8%), y Derechos de Importación (203,1% i.a.).
En tanto que los tributos ligados a la actividad económica interna crecieron en menor medida en la comparación interanual: IVA neto de reintegros, 192,8%; Impuesto a los Débitos y Créditos 169,0% y Ganancias 115,5%.
Frente al impacto en la recaudación y un superávit comercial que achica su saldo a favor en los últimos datos oficiales, los analistas económicos plantean interrogantes.
En ese sentido, el último informe de LCG advierte de que “aunque el Gobierno se las ingenia para conseguir todos los préstamos puente para aguantar el deterioro del saldo comercial externo para el mediano plazo sigue siendo un interrogante qué modelo productivo podría ser resiliente a un esquema de mayores importaciones financiadas con entradas de capitales”.