Santafesina, además de dedicarse a la escritura, fue traductora, investigadora y docente. De una obra escueta e implacable, Molina atravesó los meandros del canon argentino sigilosamente, relacionándose y entablando intercambios literarios con un pequeño grupo de escritores, siempre deseosos de que sus libros atravesaran la barrera del vanguardismo para llegar al gran público. Jamás lo consiguieron, porque Milita Molina no lo deseaba. Leer más