Durante una reunión informal liderada por Georgieva, el directorio del FMI decidió que tratará la reducción de los sobrecargos en octubre

Javier Milei y Kristalina Georgieva conversan antes de una sesión de trabajo en la cumbre del G7 en Borgo Egnazia, Italia (REUTERS)

Desde Washington, Estados Unidos – Durante un cónclave informal liderado por Kristalina Georgieva, el board del Fondo Monetario Internacional (FMI) aceptó tratar la reducción de los sobrecargos durante su reunión anual en esta ciudad. Aún la directora gerente no estableció una fecha exacta, pero la reunión para aprobar una poda de los excesivos intereses que pagan Ucrania, Argentina, Ecuador, Sudáfrica y Egipto, entre otros países, ocurrirá entre el 21 y 26 de octubre.

Durante años, el directorio del FMI se negó a avalar una quita en las sobrecargos que pagan los estados muy endeudados: esas partidas sirven para cubrir los gastos de la burocracia. Ahora, Estados Unidos necesita exponer su apoyo a Ucrania y dar una señal explícita respecto a la sustentabilidad económica de sus aliados frente a la ofensiva global de China.

Dos reuniones de altísimo nivel geopolítico –en Roma y Washington permitieron deducir este año que la administración Biden acompañaba los reclamos constantes de países como Argentina, Ucrania y Ecuador. En esos dos encuentros, la Casa Blanca argumentó a favor de reducir los sobrecargos.

En este contexto, Yanet Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU, sostiene que ya es momento de resolver estas asimetrías que complican a los países endeudados. Si Yellen no apoyara esta iniciativa, el directorio no hubiera convalidado tratar este asunto a fines de octubre.

Martín Guzmán, exministro de Economía de Alberto Fernández, empujó la reducción de los sobrecargos en sucesivas reuniones que mantuvo Georgieva. Guzmán no está solo en esta cruzada: es apoyado por Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, y un puñado de economistas y académicos que influyen en el staff del FMI y de la Secretaria del Tesoro.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, durante una reunión del FMI en Washington, (Estados Unidos)

La reunión informal del FMI fue abierta por Georgieva, que aprovechó la oportunidad para respaldar a Rodrigo Valdés, el director del Departamento del Hemisferio Occidental que fue desplazado de la negociación con Argentina por exigencia de Javier Milei. La directora gerente del Fondo sugirió que el presidente argentino le había hecho bullying a Valdés.

El board trató la reducción de los sobrecargos a partir de un informe técnico presentado por asesores de finanzas y miembros de la influyente oficina de Estrategia, Política y Revisión (SPR, por sus siglas en inglés). La presentación del informe duró unas dos horas, y su estructura corre sobre tres ejes fundamentales:

  1. Subir el umbral que se aplica para exigir los sobrecargos.
  2. Reducir la tasa de los sobrecargos.
  3. Achicar la tasa básica.

La explicación clave fue realizada por los técnicos del SPR, que son muy influyentes en la estructura interna del FMI. Los técnicos argumentaron que la baja de los sobrecargos implicará un mix de los tres andariveles, y que en definitiva el board debe decidir que porcentaje se asignará al umbral y a las respectivas tasas.

Desde esta perspectiva, Argentina podría ahorrarse una suma promedio de 400 millones de dólares al año. Y asumiendo que el país pagará el credito tomado por Mauricio Macri hasta 2055, se evitaría un desembolso cercano a los 12.000 millones de dólares.

Luis Caputo y Kristalina Georgieva durante un encuentro oficial en el G20 de San Pablo

Luis Caputo estará en Washington cuando el board trate la poda de los sobrecargos. El ministro de Economía participará de la reunión formal de octubre, y mantendrá encuentros con Georgieva, Gita Gopinath, subdirectora del FMI, y Luis Cubeddu, el funcionario a cargo de Argentina, para avanzar en la negociación hacia un nuevo programa.

Será una tarea compleja para Caputo: no solo encontrará resistencia para lograr que Georgieva, Gopinath y el staff avale un desembolso extra de 10.000 millones de dólares para fortalecer reservas y abrir el cepo, sino que además habrá un silencioso malestar por la presión que ejerció el Palacio de Hacienda para desplazar a Valdés.

El ministro conoce el campo de batalla. Ya le sucedió con Christine Lagarde –que negoció con la administración de Mauricio Macri– y ahora se repetirá con Georgieva, su sucesora.